jueves, 19 de julio de 2012

185. La red de araña

Cuando regresa a su habitación de hotel, por la noche, Javi se sorprende al descubrir que no está solo. Tumbada en la cama, desnuda bajo las sábanas, le espera Eli.

A Javi no le gustan las sorpresas. Le hacen sentirse torpe, porque no sabe muy bien cómo reaccionar. Prefiere tenerlo todo bajo control, lo que no deja de ser una divertida ironía teniendo en cuenta que hace mucho que su vida se ha convertido en un torbellino en el que sólo consigue avanzar por intuición, basándose en el principio de prueba-y-error.

- Creí que ibas a salir de compras - comenta algo aturdido
- Y lo hice - Eli se muestra pícara, consciente de tener el control de la situación - Pero he vuelto
- Lo que me lleva a la pregunta de cómo has conseguido entrar en mi habitación

La chica se levanta de la cama y se acerca a Javi. Le acaricia el pelo y comienza a quitarle la camiseta, lo que le produce una instantánea e involuntaria erección. El tacto de la hermosa mujer comienzan a impedirle pensar con claridad.

- Tengo mis métodos - le susurra Eli antes de comenzar a mordisquearle el lóbulo de la oreja

Javi no protesta. Se deja llevar, como una marioneta en manos de Eli. Hacen el amor y se quedan dormidos. Apenas hablan.

Ese ha sido, desde el principio, el plan de la chica. Sabe que necesita aturdir a Javi lo suficiente como para que él deje de preguntarse si quiere estar con ella. Y el sexo es el mejor cebo. El que ha decidido usar para atraparle en su red de araña y que entonces Javi ya no pueda escapar. Mejor aún, que no quiera escapar. Que sea él quien le ruegue a ella que no se marche.

Todos merecemos ser amados, se justifica a sí misma. No ve nada de malo en perseguir su sueño.


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