lunes, 9 de julio de 2012

175. La importancia de un beso

Un beso puede no significar nada o significarlo todo, dependiendo de cuánto perdure su recuerdo.

Lorena todavía está tratando de decidir qué significó el que le dio a Toni 24 horas atrás. En su momento apenas le dio importancia, no fue más que un simple impulso. Pero el hecho de que sea sábado por la noche y siga pensando en ello le hace suponer que hay algo más.

Si al menos el chico le hubiera mandado un mensaje a lo largo del día...

No tiene por qué hacerlo, por supuesto. Son sólo amigos. Y aunque fueran novios. Lorena no cree en las relaciones agobiantes, piensa que todo el mundo debe tener su espacio. Ya le contará qué tal le fue la entrevista, no tiene por qué mantenerla informada al instante.

Y aún así, le gustaría que la hubiera llamado aunque sólo fuera un minuto.

No se ha separado del móvil en todo el día, albergando el secreto deseo de oír la voz de Toni. Pero aunque ha sonado unas pocas veces, en ninguno de los casos era él. Sus amigos la han invitado a salir por la noche. Lorena ha dicho que sí, por supuesto. Pero lo ha hecho más por un deseo secreto de castigar al chico que por auténticas ganas de fiesta.

Entiende lo ridículo que resulta, por tantos motivos que no merece la pena empezar a enumerarlos siquiera.

Terminado el último turno en el cine se prepara para irse de marcha, como casi todos los sábados. Nada ha cambiado, pero todo ha cambiado. Ella ha cambiado. Se siente diferente. Y odia sentirse así, porque adora sentirse así. La paradoja de los deseos que no sabemos cómo acabarán.

Mira el móvil por última vez. Nada.

Sale de casa más enfadada de lo que está dispuesta a admitir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario