viernes, 6 de julio de 2012

172. La mañana siguiente

A la mañana siguiente, Javi y Eli viven ese incómodo momento de despertarse uno al lado del otro cuando es evidente que sus deseos de la noche anterior ya no perduran con la llegada del alba.

Pese a todo, Javi no se arrepiente de lo que ha pasado. Antes se decía a sí mismo que no era de esa clase de hombres que tenían aventuras de una noche. Pero la repetición de este tipo de comportamientos le han hecho entender que da lo mismo lo que desee pensar, los hechos se imponen sobre los deseos. Somos lo que somos, no lo que nos gustaría ser.

Por eso ha aprendido a ser más indulgente consigo mismo. Hasta hace poco caminaba como si cargara con todos los problemas del mundo sobre los hombros. Incluso cuando Sara le engañó, pasó mucho tiempo pensando que, de algún modo, él había sido el máximo responsable.

Ahora, con esfuerzo, ha logrado librarse de gran parte de los sentimientos de culpa. No puede dejar que le dominen, si lo hiciera le sería imposible vivir. Tiene que darse un respiro. Nadie acierta siempre. Los seres humanos nos definimos por la manera en la que somos capaces de sobreponernos a nuestros errores.

Sin embargo eso no quiere decir que no se siga sintiendo incómodo en estas situaciones. No sabe bien cómo reaccionar. No quiere ser demasiado brusco, pero entiende que un exceso de cariño podría dar lugar a malentendidos nada deseables. Lo mejor, desde luego, sería mantener un tono casual y agradable. Claro que es más fácil decirlo que hacerlo.

Lleva media hora despierto y pensando en estas cuestiones cuando Eli abre los ojos. A pesar del tiempo que ha tenido para prepararse, Javi se siente sobresaltado. Se limita a sonreír confiando en que ella sepa manejarse mejor en estas situaciones. Acierta.



No hay comentarios:

Publicar un comentario