viernes, 31 de agosto de 2012

228. La discusión

Quizás sea envidia. Envidia por ver que Toni ha dejado de quejarse y lloriquear como un chiquillo y está tomando medidas para hacer que su vida se parezca a lo que cree que tiene que ser.

Quizás sea frustración. Frustración por seguir andando en círculos, sin lograr que el guión de su existencia coja foco. Por tener una novia a la que no sabe si quiere y haber renunciado a un trabajo que no sabe si le hubiera gustado.

En cualquier caso es confusión. Rabia. Desprecio. Sentimientos poderosos que Javi dirige hacia la persona equivocada, atacando a Toni cuando lo que quiere es insultarse a sí mismo por ser tan estúpido de no saber poner su vida en orden.

Tacha a Toni de mezquino por haber perseguido a la chica que le gustaba, ignorando el hecho de que Lorena dejó de hablarle antes de que su amigo entrara en la ecuación o, peor aún, que jamás dijo nada sobre estar encaprichado con la taquillera. Bastante ocupado andaba follándose a las novias de otros.

Eso último lo dice Toni, lo que sólo consigue que Javi se ponga rojo de rabia. Porque es un golpe bajo, porque le ha dolido pero, sobre todo, porque sabe que es verdad. Nada nos molesta más que descubrir que no somos tan misteriosos como nos pensamos.

Se gritan y se gritan y pierden el control hasta el punto de olvidarse de que si se reunieron fue precisamente para volver a ser amigos. Ahora están embarcados en una guerra sin cuartel.

Al menos hasta que sus teléfonos emiten sonidos simultáneos. Un mensaje de Álex. Una noticia horrible. Tristemente, la única que puede conseguir que los dos se olviden de su estúpido ego y se concentren en ser los amigos que se espera que sean en esos difíciles momentos.


jueves, 30 de agosto de 2012

227. La maldición de los deseos frustrados

La madre de Toni siempre decía que "el infierno está lleno de buenas intenciones". Hasta hoy nunca se había percatado de cuánta verdad hay en dicha afirmación.

Ha ido a hablar con Javi y hacer las paces de una vez por todas. La amistad verdadera es un millón de veces más poderosa que el enfado más justificado. Y éste ni siquiera lo es.

Javi está en la misma situación. Toni se le ha adelantado por cuestión de horas, ya que pensaba ir a visitarle y poner fin a este disparate. Le echa demasiado de menos como para seguir aplazándolo.

Los dos se quieren más de lo que puedan expresar con palabras y desean de todo corazón arreglar sus diferencias. Entonces, ¿cómo es posible que su encuentro termine tan mal?

Se reúnen para hacer las paces. Pero dos minutos más tarde están chillándose de nuevo, convirtiendo su pelea previa en un juego de niños. Y todo ello a pesar de su predisposición por arreglar las cosas.

Ojalá existiera alguien capacitado para interpretar esta clase de situaciones. Una especie de mago del comportamiento humano que fuera capaz de explicar qué desencadena algunas de nuestras reacciones. ¿Fue un gesto, un suspiro? ¿Una palabra mal expresada? ¿Fuerzas poderosas que nos rodean y que somos incapaces de percibir?

Es lo mismo que hace inexplicable que dos personas que se gustan con locura terminen por no ser amantes. Que gente que se odia pasen la vida juntas. Que familias unidas se separen y dejen de llamarse. Estúpido y sin sentido. Y sin embargo, todos caemos en la trampa.

Es la maldición de los deseos frustrados. El injusto autocastigo que nos imponemos para evitar que la felicidad llame a nuestra puerta, como si pensáramos, tontamente, que no somos dignos de ella.


miércoles, 29 de agosto de 2012

226. Inolvidable

¿Qué estabas haciendo tú cuando...?

A la gente le encanta este juego. Adoran recordar dónde estaban en el momento concreto en el que sucedió un acontecimiento importante. En unos minutos Álex deseará justo todo lo contrario. 

Está en una cafetería con su amiga Carmen, riendo y poniéndose al día. Después de unos meses duros, le reconforta comprobar lo agradable que es poder conversar con otras personas. Pasar algo de tiempo con gente a la que quiere y de la que hace mucho que no sabe nada.

Además, por supuesto, del placer añadido que supone poder hablar de todo y de nada, de tonterías y trivialidades, sin tener que referirse en todo momento a la muerte de Anabel.

Carmen le está haciendo un resumen rápido de su vida cuando el teléfono de Álex suena. El chico mira la pantalla, observa que se trata de un "número privado" y lo aparta quitándole el sonido. Ahora mismo no es tan importante como escuchar a su amiga. O eso piensa él.

El teléfono suena una segunda vez, minutos más tarde. Carmen le dice que lo coja, que no pasa nada, pero él niega con la cabeza. Ahora mismo toda su atención está centrada en ella. Sea quien sea, puede llamar más tarde.

Pero a pesar de sus buenos propósitos, la tercera llamada es suficiente como para acabar con los nervios de los dos. Álex se disculpa, contesta al teléfono dispuesto a cortar de inmediato a su interlocutor...y entonces se queda sin palabras.

Oye lo que nunca creyó que tendría que volver a escuchar. Una broma macabra que agita su corazón y su mente. Mira la hora. Se fija en la cara de Carmen. Los clientes de la cafetería. La mancha de la pared. Se le graba todo en la cabeza. Jamás podrá olvidar un solo detalle.


martes, 28 de agosto de 2012

225. Todo lo que un segundo puede cambiar

Kim, desde el coche, pone el manos libres para atender la llamada de Eva. El animado saludo de su amiga le hace suponer que todo ha salido de acuerdo al plan. Aún así, quiere oír la confirmación. Escuchar todos los detalles.

- ¿Ha ido bien? - pregunta
- ¡Ha ido de maravilla! - Eva se muestra pletórica, con un subidón de adrenalina - Tendrías que haber visto la cara que ha puesto el cerdo ese cuando he sacado la grabadora
- Me la imagino. Pero aún así descríbemela. Me apetece regodearme con los deta...

Unos neumáticos que chirrían.
Un ruido seco.
Impacto.
Un espasmo involuntario.
Lluvia de cristales.
Gritos lejanos.
Un pensamiento efímero.
Dolor.
Desconexión.
Fundido a negro.
Oscuridad.
Silencio.




La nada.



lunes, 27 de agosto de 2012

224. La confesión

Víctor entra en la cafetería en la que le ha citado Kim. La reconoce por la descripción que le ha dado por teléfono, así que se acerca a la mesa y se sienta bruscamente.

- Muy bien - dice - Ya estoy aquí. ¿De qué querías hablarme?
- Creo que lo sabes perfectamente - responde la chica
- Vale, vale, vale. Pero antes que nada, esta conversación es privada, ¿no? Quiero decir...
- Las conversaciones entre psicólogos y pacientes están amparadas por el secreto profesional

Al escuchar esto, Víctor se relaja. Su sonrisa adquiere un tono más burlón. 

- ¿Sabes? Iba a decirte eso de que todo es mentira. Pero que te jodan. Y que la jodan a ella. Sí, es cierto. Le he pegado, ¿vale? He pegado a esa zorra estúpida de Samantha y lo volveré a hacer
- Oh, yo creo que no...

Antes de que Víctor pueda decir nada, la chica saca una grabadora del bolsillo. Reproduce las últimas palabras del joven, que se escuchan nítidamente. Su confesión en estéreo.

- Lo que vas a hacer es irte rápidamente de esta ciudad, sin parar siquiera a despedirte. Porque si vuelves a acercarte a ella, te juro que hago que te detengan por malos tratos
- ¡Espera! - Víctor parece algo asustado, pero no mucho - No puedes hacer eso. No sin meterte también tú en problemas por la mierda esa de la confidencialidad...
- Si fuera psicóloga tendrías razón - replica Eva - Pero no lo soy. Nunca he dicho que lo fuera. Mi amiga Kim lo es. Yo sólo le ayudo a joder a un mierda de maltratador

Víctor se queda de piedra. Ahora sí que está aterrado. Eva sale de la cafetería con la absoluta certeza de que mañana, a esta hora, ya no seguirá en la ciudad.



domingo, 26 de agosto de 2012

223. A veces un final es un final

Déjame en paz.

Eso es lo que ponía el mensaje. Déjame en paz.

Y de repente el enfermizo, malsano, a ratos incomprensible pero aún así satisfactorio juego que lleva meses manteniendo con Javi se rompe en mil pedazos. Inesperada y salvajemente.

Es como la crítica que leyó una vez sobre "Algo salvaje". La reseña decía que es una película en la que "te ríes, te ríes, hasta que llega un momento en el que dejas de reírte". Pues algo similar acaba de sucederle a Sara. En un instante la situación ha pasado a no tener ni puta gracia.

¿Qué esperabas realmente que ocurriera entre Javi y tú? se interroga con dureza, como si fuera el implacable fiscal en su propio juicio. ¿A dónde crees que llevaban todas esas idas y venidas? Los juegos, las insinuaciones, los sí pero no. Las promesas de una segunda oportunidad con los dedos cruzados, mientras otros hombres pasaban por tu cama.

Duele. Duele demasiado como para intentar pensar en una respuesta sincera.

¿Quería volver con el chico pero temía que su orgullo sufriera un varapalo si él la rechazaba? ¿O quizás una parte de ella deseaba intentarlo pero otra, la misma que la llevó a engañarle la primera vez, le decía que no fuera mentirosa, que en el fondo Javi no es lo que realmente anda buscando?

Ahora ya nunca lo sabrá. Porque Javi ha roto la cuerda. Los otros enfados nunca le parecieron definitivos. Este mensaje lapidario sí que lo es.

Por eso no entiende a qué viene que él la llame varias veces un par de días más tarde. Por eso tampoco coge el teléfono. Porque a veces un final es un final. Y si no te gusta, nadie te obligó a participar en el juego.


sábado, 25 de agosto de 2012

222. Sacrificios innecesarios

Lorena no parece feliz con las palabras de Toni. Si se parara a pensarlo, se daría cuenta de que el chico está en lo cierto. Pero a veces necesitamos que la irracionalidad domine nuestra vida.

- Si me voy a la universidad estaremos separados. ¿Es eso lo que quieres? ¿Librarte de mí?
- Por supuesto que no - replica Toni, tratando de mantener la calma - Estoy enamorado de ti. Quiero verte cada mañana de mi vida. Pero...

"...pero no quiero ser el responsable de que tu futuro tome un desvío que no estaba previsto. No quiero saber que me eligirás a mí por encima de ti misma. Mi amor es superior a mi egoísmo. No puedo alentarte a que hagas algo estúpido. Ni siquiera permitírtelo"

"Si mis deseos controlaran este universo, tú y yo estaríamos siempre juntos. Pero, ¿y si no es así? Sé que me acusarás de falta de romanticismo, pero yo prefiero pensar que soy práctico. Que hago preguntas difíciles que no quiero formular, pero cuyas respuestas he de conocer"

"¿Y si te hartas de mí? Dentro de cinco años, por ejemplo. Y entonces echas la vista atrás y te das cuenta de que no fuiste a la universidad sólo por seguir a un tipo que ya no significa nada para ti. Que lo diste todo para no recibir nada a cambio. Entonces te odiarás y me odiarás"

"Nuestra relación quizás sobreviva a la distancia, pero tu vida no sobrevivirá a la renuncia de tus sueños. No lo hagas, por favor. Es un sacrificio tonto e innecesario"

Habla con el corazón, deseando más que nunca dar con las palabras adecuadas para convencerla. Pero cuando Lorena abre la puerta y le invita a irse, entiende que no lo ha conseguido.

- Supongo que esto significa que hemos terminado - dice ella

Pero no es una pregunta, sino una afirmación. Una que rompe el corazón de Toni.


viernes, 24 de agosto de 2012

221. Problemas personales

Habitualmente hablar con Laura hace que el estado de ánimo de Lorena mejore. Pero hoy la chica cuelga el teléfono visiblemente enfadada. Suelta un grito para desahogarse.

- ¿Te ocurre algo? - pregunta Toni, testigo de la situación
- Es Laura. No deja de presionarme para que vaya el año que viene a la universidad. Intenta hacerlo disimuladamente, pero la sutileza nunca ha sido su fuerte

Toni lo piensa un segundo, se encoge de hombros y calla.

- ¿A qué viene ese gesto? - pregunta Lorena, molesta ante la reacción de su novio
- Simplemente me preguntaba si no deberías pensártelo un poco mejor
- No es un buen momento - se excusa ella - Ahora mismo tengo demasiadas cosas en la cabeza
- Siempre tendrás cosas en la cabeza - objeta Toni - Así es la vida

"Nos encanta utilizar excusas del tipo "no es un buen momento", pero lo cierto es que nunca es un buen momento. La vida es una sucesión de alegrías, tristezas, problemas y soluciones. Es una rueda que nunca deja de girar. Siempre habrá algo que nos preocupe"

"Aplazar nuestros planes porque "no es un buen momento" es una excusa barata que nos ponemos para no tener que esforzarnos. Hemos de aprender a sobreponernos a nuestros problemas personales y seguir adelante. Es duro, por supuesto. Pero es el único modo"

"Sería maravilloso que todo se solucionara por arte de magia y pudiéramos afrontar cada mañana nuestra vida con el marcador a cero y una sonrisa en los labios. Pero las cosas no funcionan así. Aprietas los dientes, intentas establecer prioridades, luchas tus batallas y confías en ganar más de las que pierdes. Convivimos con los problemas. Pero no nos rendimos ante ellos. Nunca"





jueves, 23 de agosto de 2012

220. Planes de futuro

Álex está en el salón, rodeado de papeles. Guiones a medio escribir, notas, esquemas... Busca inspiración  para volver al trabajo. Está ansioso por dirigir una nueva película. Siente que ha despertado de un sueño que ha durado demasiado tiempo y no tiene tiempo que perder.

Kim sale del dormitorio (ha vuelto a pasar la noche en el piso de su novio, a decir verdad prácticamente ya vive allí) y le besa en la mejilla.

- Voy al museo, a ver la exposición de Rembrandt. ¿Quieres venir conmigo?
- He quedado luego - se disculpa Álex - Además estoy con esto. ¿La semana que viene?
- Hoy es el último día - le informa Kim - Porfa, porfa, porfa...

Álex mira a su novia con cariño, pero su sonrisa deja a las claras que no va a ceder. Kim hace un mohín con la intención de hacerle sentir mal. Lo consigue sólo a medias.

- Te lo compensaré, te lo prometo. 
- Más te vale - ríe Kim - Y ahora te dejo con tus papeles importantes, que tengo que hacer un par de cosas antes de ir al museo y no quiero que me cierren. Quizás tú no aprecies a Rembrandt en su justa medida, pero yo no quiero perderme esa exposición por nada del mundo.

Sale del apartamento. Álex no tarda en perder la concentración. Por un momento siente el deseo de llamar a Kim al móvil y decirle que ha cambiado de opinión. Comprende que rechazar cualquier instante de felicidad a nuestro alcance es un lujo que nunca deberíamos permitirnos.

Al final no lo hace, al recordar que ha quedado. Pero la idea no deja de rondarle por la cabeza. La importancia que siempre parecemos darle al futuro y lo mucho que descuidamos nuestro presente. Vivir un día por delante es una estupidez, se dice. Y como tal, debería evitar hacerlo. Siempre.



miércoles, 22 de agosto de 2012

219. Por los motivos equivocados

Un tono. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. La voz pregrabada ofrece la opción de dejar un mensaje. Javi cuelga. Vuelve a marcar el mismo número. Espera los mismos tonos. Escucha la misma voz. Cuelga de nuevo.

Es la cuarta vez en 48 horas que intenta hablar con Sara sin conseguirlo. Finalmente se da por vencido. No soporta a la gente que no sabe captar los mensajes. Le parece de mala educación forzar situaciones que están perfectamente claras. La belleza de los convencionalismos crueles.

Se pregunta qué ha podido pasar. La última vez que hablaron fue algo brusco con ella, sí, pero no dijo nada tan hiriente como para que Sara haya decidido cerrarse en banda. Además, no es de esa clase de mujeres. Sara sabe encajar muy bien los golpes. Siempre la ha admirado por ello.

Deja el teléfono sobre el lavamanos, sintiéndose frustrado. Realmente quería hablar con ella. No es que esa conversación lo hubiera cambiado todo. O quizás sí. Nos gusta creer que tenemos el guión perfectamente aprendido, pero a la hora de la verdad no dejamos de improvisar nuestra vida.

Se queda a solas unos minutos, en silencio. Inspira profundamente y luego sale del cuarto de baño, se reúne con Eli y le comunica que no aceptará el trabajo. Que se quedará a su lado. Su novia reacciona con desbordante entusiasmo. Desearía poder compartir esa emoción.

Quizás sea lo que Javi quiere hacer. Tal vez incluso lo que deba hacer. Pero lo cierto es que toma la decisión por los motivos equivocados y sin conocer todos los datos de la ecuación. 

Desconoce que Eli cogió su teléfono hace dos noches para mandar un escueto mensaje que decía DÉJAME EN PAZ. Sin ese dato, por mucho que le de vueltas al asunto, y lo hará, nunca será capaz de explicarse de verdad el reciente curso de los acontecimientos.


martes, 21 de agosto de 2012

218. Orgullo y dignidad

La distinción entre buenos y malos la inventaron, por supuesto, los que se definieron a sí mismos como "los buenos". Posiblemente también fueron los vencedores en el primer enfrentamiento entre dos facciones en conflicto. La historia, como se suele decir, la escriben los ganadores.

Lo mismo ocurre con el orgullo y la dignidad. Los que aducen esto último en la mayoría de los casos lo que quieren decir es que son demasiado orgullosos como para pensar siquiera en dar su brazo a torcer, como si hacerlo fuera una señal de debilidad.

Es más sencillo mantener el discurso de que hay cosas que son imperdonables y que no estamos haciendo ningún bien si finalmente las pasamos por alto. Pero, ¿qué bien puede hacer prolongar un conflicto sólo porque ambas partes son demasiado tercas como para admitir la posibilidad de que quizás ellos mismos tengan, si no toda, al menos parte de la culpa?

Toni aún piensa que Javi es el único responsable del problema entre ambos. Se metió en un terreno en el que sabía que no debía entrar y por unos motivos de difícil justificación. Al menos para él. Cada historia tiene dos caras. Y todo mentiroso termina creyéndose sus propias excusas.

Pero con el paso de los días, mientras las reacciones viscerales se han ido apaciguando, empieza a preguntarse si merece la pena. Si estar convencido de que tiene razón y que es Javi el que tendría que pedir perdón compensa el hecho de haber dejado de hablar con uno de sus mejores amigos.

Él no ha hecho nada malo, se excusa. Dar el primer paso parece una medida desesperada, como si estuviera renunciando a su dignidad. ¿Dignidad u orgullo? Ahí está la clave.

Y mientras debate sobre cuestiones baladíes, la única verdad que no admite discusión es que echa muchísimo de menos a Javi. El resto, ¿realmente importa?




lunes, 20 de agosto de 2012

217. Erratas y repeticiones

Todos cometemos errores que nos hubiera gustado no cometer. Equivocaciones que desearíamos poder enmendar. Nadie acierta siempre.

Es una de las primeras lecciones que nos enseña la vida. Nuestro perfecto mural impoluto no tarda en empezar a acumular manchas. De esas que se disimulan pero que no se quitan del todo.

A partir de ahí tenemos dos opciones. Dar por perdido el cuadro y y empezar a dar tumbos sobre la pintura, o aprender a admirar la belleza que hay en las imperfecciones. Lo primero es lo que hace Javi, que en su afán por tener la vida perfecta cada vez emborrona más el conjunto. Lo segundo es la opción de Toni, que sólo espera que sus fallos no empañen del todo los aciertos conseguidos.

Otra característica de los seres humanos es la necesidad que sentimos de repetirnos. Repetir comportamientos, errores. Historias. Sobre todo esto último. Las contamos una y otra vez, como si regresar a los mismos asuntos nos fuera a dar la clave para terminar de comprenderlos.

La obsesión nos hace aburridos. Pero hay que entender que si sentimos la necesidad de volver a hablar de algo es que, sea lo que sea lo que nos preocupa, aún no lo hemos resuelto.

Por eso Álex sigue hablando de Anabel. Ha contado las mismas historias cientos de veces, muchas más de las que él mismo es capaz de recordar. Si pudiera echar una ojeada a la transcripción de todas las conversaciones que ha mantenido en los últimos meses, se sentiría avergonzado al ver hasta qué punto da vueltas a las mismas cosas una y otra vez.

Y sin embargo no debería sentirse mal. Así somos todos. Nos creemos originales, pero en realidad sólo damos vueltas en círculo en nuestro pequeño universo. Nos equivocamos y volvemos a repetirlo desde el principio. Quizás sea estúpido. Quizás sea inteligente. En cualquier caso, es humano.


domingo, 19 de agosto de 2012

216. Una voz interior

Álex pasa buena parte de su tiempo hablando consigo mismo.

No está loco ni escucha voces. Al menos en plural y en el sentido en el que lo hacen los esquizofrénicos. Simplemente hay algo dentro de él que le sirve de guía. Un amigo invisible que le dice qué está haciendo bien y qué no. Aunque luego sea libre de seguir actuando como le plazca.

En cualquier disciplina artística te recomiendan que conozcas perfectamente las reglas antes de empezar a saltártelas. En la vida es igual. Puedes ignorar los buenos consejos y hacer lo incorrecto. Pero que al menos tengas claro en qué te estás metiendo.

Álex tiene a su voz. Habla con ella por las noches. Aunque, para ser más exactos, él sólo se limita a escuchar. Es la voz la que hace balance de la situación. La que le da ánimos en los malos momentos, la que le recrimina las decisiones equivocadas. Es su mentor, su guía, su faro.

Dicho así es fácil pensar que al chico le faltan un par de tornillos. Pero, paradójicamente, estas charlas unilaterales son lo único que le permiten mantener la cordura.

Es esa voz la que le hizo comprender que estaba enamorado de Anabel. La que le impidió hundirse cuando no tenía motivos para vivir. La que le exhorta a ser feliz con Kim. Es, a falta de un término mejor, y a pesar de su condición de no creyente, la voz de su alma hablándole. 

Ha aprendido a confiar en ella, precisamente porque le dice cosas que no desea escuchar. Es comprensiva, pero no indulgente. Le obliga a admitir los fallos y a esforzarse.

Y ahora la voz le dice que es momento de volver a trabajar. Se acabó el tiempo muerto. Estaba postrado en el suelo. Luego pasó a estar de rodillas. Kim ha conseguido hacer que se levante. Pero el último paso es suyo. Toca volar y volver a tocar el cielo con los dedos.


sábado, 18 de agosto de 2012

215. Nuevas experiencias

La experiencia ha resultado ser más agridulce de lo que esperaba.

Javi adora comenzar nuevos trabajos con personas a las que no conoce. Eso le impide caer en la autocomplacencia al tener que empezar de cero y ganarse la confianza de todo el mundo. Le gustan los retos. Además, siempre le resulta agradable conocer gente nueva.

Tenía muchas esperanzas depositadas en esta aventura. Confiaba en poder quitarse a Sara de la cabeza. Lo curioso es que ahora que lleva días sin saber de ella, de nuevo la echa de menos. Pero teme que su silencio significa que la historia entre ellos ha alcanzado un punto de no retorno.

Ha conocido a gente fantástica como Silvia o Lorena, eso es cierto. Pero esta vez se las ha arreglado para estropearlo todo más rápidamente que nunca. Y además ha perdido a Toni por el camino. Quizás algún día se perdone por ello. Pero está lejos de alcanzar ese momento.

Le queda Eli, por supuesto. Su nueva novia, que no ha reaccionado nada bien al hecho de que él tenga una oferta para reescribir otra comedia romántica en la otra punta del país. Y aunque Javi quiere aceptar el trabajo, no está seguro de si lo hará. Quiere hacer feliz a Eli, aunque no está seguro de por qué. Quizás sea su manera de purgar sus pecados por todas las mujeres a las que ha hecho sufrir últimamente.

Ésta tenía que haber sido una experiencia catártica, se dice. Un nuevo comienzo que le convirtiera en mejor persona y le hiciera estar en paz consigo mismo. Pero lejos de eso, se siente más confuso que nunca, hecho un lío. No está feliz con lo que tiene, no está feliz con lo que no tiene. 

Es lo malo de las nuevas experiencias. No admiten cambios ni devoluciones cuando descubres que las cosas no han terminado saliendo como tú esperabas.


viernes, 17 de agosto de 2012

214. Historias inconclusas

- ¿Qué pasó con tu novela? - pregunta Lorena

Hace tiempo que Toni no habla del libro que escribe de manera intermitente, por lo que la chica sospecha que lo ha aparcado. Él termina de confirmar su teoría.

- Ahí está - admite, encogiéndose de hombros - Esperando su momento

"Sé que no es justo, pero a veces los escritores nos aburrimos de lo que estamos contando. Qué demonios, los lectores también lo hacen. Te abandonan por el camino. Te aparcan en una página concreta, jurando que lo retomarán en algún momento. Pero pocas veces cumplen su promesa".

"Los escritores, pese a lo que algunos piensan, no tenemos un compromiso con nadie. Comparto lo que quiero y necesito contar. Y cuando ya no tenga nada que decir, me pararé. Confío en encontrar un punto y final. Pero si la historia queda inconclusa, podré seguir durmiendo por las noches". 

"Damos vida a nuestras fantasías. A veces acertamos y creamos algo realmente bueno. La mayoría de las veces tomamos un camino equivocado y nuestro esfuerzo se convierte en una experiencia fallida. Pero si somos capaces de darle un punto de apoyo a una sola persona, una esquinita desde la que pueda seguir adelante con su propia interpretación de la historia, habremos triunfado".

"A veces escribo con ansia, compulsivamente. Otros días me levanto y comprendo que estoy en blanco. Es bonito soñar una vida. Pero es más bonito vivirla. Las dos opciones son difícilmente compatibles, créeme. El dolor es una gran fuerza creadora. La alegría no tanto".

"Me apasiona escribir, pero si tengo que elegir, mi novela dormirá para siempre el sueño de los justos. Me preocupo por mis personajes, pero no tanto como por ti. Por lo que a mí respecta, eres mi prioridad. El resto sólo son palabras desplegadas sobre un papel".


jueves, 16 de agosto de 2012

213. Cartas marcadas

La segunda sesión con Samantha es, en cierto modo, incluso más dura que la primera.

Gracias a Kim, a que la vez anterior supo cómo hacer pensar a Samantha, cuando ésta llega de nuevo  a la consulta lo hace entendiendo la diferencia entre amor y lo que ella tiene con su novio. El problema es que aparece también con un ojo amoratado.

A Kim le hierve la sangre. Ni siquiera se plantea un modo de decir lo que piensa sin decirlo realmente. Podría hacerlo, pero no le da la gana.

- Tienes que dejarle. Hoy mismo
- No es tan sencillo

Kim quiere protestar, pero lo cierto es que no, no lo es. Y entiende que Samantha no se refiere únicamente a cuestiones como dónde va a vivir y de qué modo logrará alimentarse. Son problemas serios, desde luego, y no pueden tomarse a la ligera. Pero esos aún tienen solución.

Samantha se refiere al problema que supone querer a gente que nos hace daño. Física o emocionalmente. Saber que alguien no nos conviene es el primer paso, pero por desgracia es un paso muy pequeño en un camino gigantesco.

Los días son muy largos. Los pensamientos demasiado caprichosos. Y por mucho dolor o miedo que sintamos, siempre hay un momento en que la mente se evade a los buenos momentos. Se nos hace dífícil renunciar a ellos. Incluso a pesar de que sólo sean una ilusión peligrosa.

Samantha sabe que Víctor es una bomba de relojería y que debe dejarle. Pero saberlo, quererlo y hacerlo son tres conceptos muy distintos. Eso es lo que realmente enfada a Kim. Que la vida juega muchas veces con las puñeteras cartas marcadas.



miércoles, 15 de agosto de 2012

212. Lecciones útiles

- ¿Querías verme? - pregunta Silvia

Javi asiente con la cabeza. Se le ve de un inusual buen humor. Lo que, piensa inmediatamente la guionista, quiere decir que ha encontrado un nuevo y retorcido modo de joder mi trabajo.

- Sabes que la película está a punto de acabarse, ¿verdad?  Sólo queda reescribir la secuencia final
- Ajá. Y me has llamado para restregarme por la cara que también me lo vas a cambiar todo
- No. Te he llamado para encargarte que te ocupas tú de escribirlo

Escucha las palabras. Gramaticalmente tienen sentido. Forman una frase perfectamente entendible, clara, coherente. Pero a Silvia le cuesta trabajo asimilarla, como si hubiera una trampa oculta y algo se le estuviera escapando. Nerviosa, no puede evitar sonreír.

- ¿Quieres que...? ¿Yo? ¿En serio?
- Ey, desde el primer momento te dije que tenías mucho talento - Javi no oculta lo feliz que le hace verla tan contenta - Sólo necesitabas pulirlo.
- Gracias, gracias, gracias - no sabe si abrazarle o no y le cuesta respirar con normalidad - Siento haber dicho que eras un gilipollas engreído
- Probablemente lo fuera. Y algún día alguien pensará lo mismo de ti, cuando estés "destrozando" su trabajo para crear algo mejor

En la universidad Silvia no aprendió casi nada de ninguna clase. No está acostumbrada a recibir lecciones útiles. Pero es consciente de que, pese a los malos momentos y a lo duro que ha sido, gracias a Javi ahora es mejor guionista que hace dos meses. Posiblemente debería odiarlo aún más por ello. Pero está demasiado ocupada en saborear la buena noticia como para pensar en eso.




martes, 14 de agosto de 2012

211. Un paso atrás

A veces encadenamos rachas negativas en las que todo nos sale mal. Pero también hay ocasiones en las que la vida nos sonríe y las buenas noticias se acumulan. Algo que debería alegrarnos, pero que curiosamente para Lorena se ha convertido en una fuente de quebraderos de cabeza.

Desde que Laura se fue ha estado soñando con el día en el que volverían a reunirse. Lleva ahorrando caso un año para poder ir a visitarla. Y ahora que finalmente puede hacerlo, descubre con preocupación que ya no tiene tantas ganas de hacer ese viaje.

La razón, por supuesto, es Toni.

Está enamorada del taciturno escritor. Más de lo que pensaba y quizás de lo que desearía. Pero las cosas son así, le gusten o no. Lo quiere con locura y no le apetece separarse de él dos semanas.

Por eso, cuando habla con Laura por teléfono, por primera vez hace algo inimaginable: empieza a especular con la posibilidad de retrasar su viaje. No lo dice directamente, sino dando rodeos, con frases vagas y excusas tontas. Argumentos que podrían engañar a otra persona, pero no a su amiga. De manera que termina viéndose obligada a confesar el auténtico motivo de sus dudas.

A Laura le molesta oírlo. Pero no por el viaje, sino porque empieza a entender que sus esperanzas de que Lorena finalmente se matricule en la universidad el próximo curso empiezan a desvanecerse.

Todo el mundo tiene su proceso, por supuesto. Pero igual que el año anterior entendía que Lorena necesitaba quedarse en casa, ahora cree que cometerá un grave error si termina permaneciendo en el pueblo. Aunque tal vez sólo sean sus deseos egoístas hablando, quién sabe.

En cualquier caso, lo único que Laura tiene claro es que, en ese momento, odia a Toni. Con todas sus fuerzas.

lunes, 13 de agosto de 2012

210. La vida de Laura

Irse de su pueblo natal es la decisión más difícil que Laura ha tenido que tomar nunca. Sobre todo porque siempre tuvo claro que lo hacía para no volver.

Mudarse a gran ciudad en la que no conocía a nadie le daba miedo. Claro que el miedo es una emoción que siempre la ha motivado. El cosquilleo que se siente al iniciar una nueva aventura, en la que no se sabe cómo van a salir las cosas. Es cierto que puedes fracasar. Pero la emoción de intentarlo ha de prevalecer siempre sobre la incertidumbre del resultado.

Jamás hubiera dado el paso de no ser por su madre. Fue ella quien la alentó a irse a la universidad y no volver la vista atrás. No porque no la quisiera, sino todo lo contrario. La amaba demasiado como para permitir que Laura desperdiciara su vida siendo una simple taquillera de cine.

Echa de menos a su familia, por supuesto. Pero curiosamente no tanto como a Lorena. Su mejor amiga, su alma gemela. Hasta el último momento, mientras subía al autobús, conservó la ilusión de que apareciera por sorpresa, con su maleta a cuestas, decidida a acompañarla. 

Sin embargo sabía que eso no iba a ocurrir. Queremos mantener cerca a la gente a la que amamos, pero a veces resulta imposible. Cada uno tiene su camino, su plan, su proceso. No podemos ponerle cortapisas, sólo confiar en que volveremos a coincidir con ellos más temprano que tarde.

Ahora ha pasado casi un año. En ese tiempo Laura ha pasado por momentos buenos y momentos malos. En ocasiones ha querido tirar la toalla y volver a casa. Pero no lo ha hecho. No está dispuesta a permitir que el miedo o el desánimo tomen el control de su vida.

Pase lo que pase, hemos de seguir adelante. Forjando nuestro destino. Confiando en que algún día miraremos atrás, evaluaremos nuestras decisiones y nos diremos "bien hecho".






domingo, 12 de agosto de 2012

209. ¿Amor?

Es la primera sesión de Kim con Samantha, una joven de 25 años que parece una anciana demacrada por culpa de la pena. La terapeuta sabe que su trabajo sólo consiste en escuchar. Pero en días como hoy, en situaciones como ésta, le cuesta mucho contener sus opiniones.

Samantha le habla de su novio Víctor. Le cuenta cómo vino a la ciudad siguiendo a su chico. A decir verdad, él nunca le consultó su decisión de mudarse, pero ella hizo las maletas igualmente.

La escucha hablarle de las dos aventuras que ha tenido su novio. De cómo se gasta casi todo el dinero que gana, a pesar de que pasan dificultades para pagar el alquiler (ella ahora mismo está en paro). La manera en que la minusvalora y la hace sentir que no tiene talento.

Eso es lo que Kim está segura de haber escuchado. Por eso se sorprende tanto cuando su paciente, casi con lágrimas en los ojos, le pregunta:

- ¿Qué puedo hacer para no perderle, doctora?

Por un instante Kim es incapaz de reaccionar. Hasta que entiende que Samantha no comparte su interpretación de los hechos. Para ella, que Víctor la dejara acompañarle a la ciudad es una prueba de amor. Al igual que el hecho de volver con ella a pesar de haber estado con otras chicas.

Si es duro con ella es para motivarla a esforzarse más. Y le agradece en el alma que la mantenga económicamente. En definitiva, Víctor la ama y es Samantha quien no cree estar a la altura.

¿Amor? se pregunta Kim ¿Realmente estamos tan jodidos que podemos ser capaces de creer que algunos comportamientos deleznables son muestras de amor? ¿Hasta qué punto llegamos a vendarnos los ojos cuando hablamos de la persona que queremos y que pensamos, deseamos, necesitamos que nos quiera del mismo modo? ¿Cómo podemos estar tan ciegos a veces?




sábado, 11 de agosto de 2012

208. La navaja de Ockham

El teléfono de Javi suena varias veces sin que nadie conteste. Por un momento Sara teme que el chico la esté evitando, que deliberadamente haya decidido no volver a hablar con ella.

Sabe que está en su derecho y lo respetará si es lo que desea. En eso también consiste el amor, en saber cuándo decir basta por mucho que nos duela. Y aún así...

Está a punto de colgar cuando finalmente alguien contesta. Pero no es Javi, sino la voz de una chica, lo que deja descolocada a Sara.

- Perdón, creo que me he equivocado - se disculpa
- ¿Querías hablar con Javi? - dice la agradable voz femenina - Verás, es que está en el plató, preparando una escena...

Sara ríe para sus adentros. En un segundo todos sus miedos desparecen. Ni Javi la ignora ni su novia está atendiendo sus llamadas. Lo único que pasa es que el chico está de rodaje y posiblemente sea su secretaria, o alguien del equipo, la que ha atendido la llamada. 

Se da cuenta de que tiene el vicio de pensar siempre lo peor cuando muchas veces las explicaciones son increíblemente más sencillas. La navaja de Ockham en todo su esplendor.

- ¿Podrías darle un mensaje? - pregunta, con una nota más alegre en su voz - Simplemente dile que Sara le ha llamado y que me gustaría hablar un rato con él cuando tenga algo de tiempo libre
- Descuida, se lo diré

Sara cuelga mientras suspira aliviada. Aunque quizás no debería cantar victoria tan rápido. A kilómetros de distancia, aún con el teléfono de Javi en la mano, Eli borra el rastro de una llamada que, por lo que a ella respecta, jamás se ha producido.



viernes, 10 de agosto de 2012

207. Arrepentimiento

Los seres humanos nunca nos damos prisa en enmendar nuestros errores. Creemos que disponemos de todo el tiempo del mundo para hacerlo. Nuestra arrogancia nos lleva a pensar que nosotros tenemos el control. Hasta que la naturaleza se harta y pone las cosas en su sitio.

Sara últimamente piensa mucho en los errores que ha cometido. Sabe que no existe una guía para el comportamiento humano, que en toda vida hay luces y sombras. Como en los musicales, sólo hay que intentar que el final tenga un poco más de colorido que los momentos precedentes.

Le hizo daño a Javi. Lleva mucho tiempo escudándose en que no sabía lo que quería, que no era feliz y que no fue del todo responsable de sus actos. Pero ninguna de esas medias verdades justifica su comportamiento. Se equivocó y hace mucho que lo sabe. Simplemente no quería admitirlo. No estaba dispuesta a ser la primera en dar su brazo a torcer.

Pero ahora necesita hacer las paces con Javi. Intentarlo, cuanto menos. No es una adivina, no sabe si su esfuerzo tendrá recompensa. No sabe si él la perdonará, si querrá escucharla siquiera. Pero puede dar lo mejor de sí misma intentando lograr que eso suceda. Nadie le pide más. 

Siempre, incluso en los peores momentos, han tenido una extraña relación de dependencia, como si estuvieran unidos por un invisible hilo que rehúsa romperse. Pero la tensa última conversación que mantuvieron, el hecho de que no la haya llamado ni escrito... Sara se siente huérfana.

Se podría pensar que su arrepentimiento es egoísta. Que sólo está dispuesta a asumir las consecuencias de sus actos porque no quiere sentirse abandonada. Tal vez sea cierto. Pero en este mundo nuestros motivos no siempre son puros. Y una disculpa sincera motivada por el miedo a perder a alguien siempre es mejor que un silencio orgulloso. Como mínimo, es un comienzo.




jueves, 9 de agosto de 2012

206. Prejuicios

Si algo parece demasiado bueno para ser verdad, es que no es verdad. Con esta filosofía tan pesimista encara Toni habitualmente la vida, y el día de hoy no es una excepción.

- ¿Te ocurre algo? - pregunta Lorena - Parece que estés en las nubes
- Lo siento. Yo sólo... estaba pensando en lo que me dijo Javi y preguntándome si no tendría razón

Lorena se para en mitad de la calle y se cruza de brazos. No le gusta aplazar las discusiones. No le ve sentido a alargar los problemas cuando pueden resolverse por la vía rápida.

- Te refieres a lo de la diferencia de edad entre nosotros dos

Toni asiente con la cabeza. Cuanto más lo piensa, más le parece que salir con Lorena es una mala idea. Aunque las dudas no provienen de sus sentimientos, sino de los prejuicios sociales.

- Resumiendo, te preocupa que la gente crea que estás engañando a una jovencita inocente que sólo te gusta por su físico y que se ve deslumbrada por tu aire de tío mayor. ¿Es eso?
- Sí
- ¿Es verdad?
- Sabes que no
- Pues entonces deja de preocuparte, joder. Sí, nos llevamos bastante edad. Y sí, somos una pareja nada convencional, sobre todo porque ninguno de los dos somos personas convencionales

"Está claro que nos gustamos. Y, sinceramente, no me apetece diseccionar los motivos de un modo científico. Llámame idiota, pero me gusta la magia del amor. Y no debería importarte lo que piensa nadie, salvo nosotros. ¿Tengo o no tengo razón?"

La tiene. A la mierda con los prejuicios, se dice Toni. Abraza a su chica y siguen caminando.


miércoles, 8 de agosto de 2012

205. Ochenta años

Cuando Kim se despierta descubre que Álex ya no está a su lado en la cama. Es la primera noche que pasan juntos en el apartamento de ella. Son las 9.35 de la mañana de un soleado domingo.

Por un momento se preocupa. Pero entonces le ve regresar, sosteniendo entre sus manos una bandeja en la que hay varias tostadas, mantequilla y una taza de café aún humeante.

- Buenos días, bella durmiente 
- ¿Qué es eso? - pregunta Kim, aún medio adormilada y con el pelo revuelto
- Es una ancestral tradición que recibe el pintoresco nombre de "desayuno"
- Ja, ja. Lo que quería decir es que no tenías por qué hacerlo

Álex deja la bandeja sobre la mesilla, se sienta al lado de Kim y la besa en los labios.

- Hay muy pocas cosas que realmente estemos obligados a hacer en la vida. Creemos que sí, pero es mentira. Simplemente elegimos hacerlas. Y en este caso concreto me apetecía terriblemente...
- Ya, ya, ya... No hace falta que sigas. Te recuerdo que yo soy la psicóloga

Kim se incorpora. Se arregla un poco el pelo, sonríe y vuelve a besar a Álex. Susurra un "gracias"y se abalanza sobre su taza de café mientras ríe de un modo tan infantil como natural.

Álex la observa mientras engulle las tostadas. Se siente completamente feliz. Son esos pequeños placeres, como prepararle el desayuno a la mujer que ama o pasar un día de domingo con ella en el sofá viendo la tele, los que le hacen sentirse realmente afortunado. Sus sueños hechos realidad.

La atracción física es excitante, por supuesto, pero no deja de ser un simple aliciente adicional. Por mucho que la quiera, duda que Kim a sus 80 años siga siendo tan sexy. Pero sabe que él seguirá disfrutando llevándole el desayuno a la cama y viéndola tomar su café. Eso es el amor para Álex.


  


martes, 7 de agosto de 2012

204. Tango

Las relaciones humanas son luchas de poder. Sometemos o somos sometidos. Incluso cuando intentamos engañarnos a nosotros mismos pensando que estamos en posición de igualdad con otras personas, eso no es del todo cierto. Siempre hay un líder del grupo. Alguien que impone su criterio. A la hora de bailar un tango las dos personas no pueden guiar al mismo tiempo.

Eli siempre quiere llevar el ritmo. Le gusta salirse con la suya y es muy buena lográndolo. Sin embargo, incluso ella a veces mide mal sus pasos. Es lo que descubre esta noche, después de hablarle a Javi del viaje que ha planeado para ambos una vez que acaben el rodaje.

Ha reservado dos billetes a París. Creía que al chico le haría ilusión, que ya se estaban consolidando como pareja. Pero la cara que pone le hace darse cuenta de que se ha precipitado.

- ¿Viaje? ¿París? - intenta medir sus palabras para no resultar demasiado brusco - Creo que estás yendo muy rápido, ¿no te parece? No me malinterpretes, es genial estar contigo, pero... en fin... 
- Tienes razón, perdona. No sé en lo que estaba pensando
- Tranquila, no pasa nada. Simplemente...no sé, me has sorprendido. Pero no quiere decir que no desee hacer ese viaje. Simplemente vayamos paso a paso, a ver dónde nos lleva todo esto
- Por supuesto - contesta, sumisa, segundos antes de besarle

Eli no vuelve a sacar el tema, como si se diera por satisfecha con la explicación recibida.

Por supuesto no se ha tragado nada de esa mierda condescendiente con la que acaban de bombardearla. Pero no está dispuesta a perder su ventaja. Javi es suyo, lo quiera o no. Sólo tiene que hacer unos cuantos ajustes a su plan. Es su melodía la que bailan. Si quiere engañarse pensando que es él quien está marcando el paso, ese es su problema.


lunes, 6 de agosto de 2012

203. Entrañables héroes tercos

- Javi y yo nos hemos enfadado - confirma Toni, sin entrar en demasiados detalles

Le ha tocado volver a la ciudad por otra reunión y ha aprovechado para quedar con Álex y ponerle al día de las últimas novedades. Aunque no lo dice, todavía se siente culpable por no haber acudido a la reunión del miércoles anterior. Como si hubiera cometido un terrible acto de traición.

Forman un gran equipo, los tres. Juntos consiguen que sus virtudes brillen más y que sus defectos queden disimulados. Son muy diferentes entre sí, pero se complementan de un modo extraordinario. Cada uno influye en los demás de un modo positivo.

Álex es el gran héroe, el caballero de brillante armadura que acude al rescate de la dama en apuros. Un idealista. El problema es el alto precio que paga cuando ha de enfrentarse al mundo real, donde nada es blanco o negro y uno ha de saber diferenciar las distintas gamas de grises.

Toni, por su parte, es el guerrero. Tiene un lado oscuro, se equivoca y falla muchas veces. Pero su orgullo le impide darse por vencido, no sabe rendirse y siempre permanecerá en pie para una última batalla. Quizás coja el camino difícil, pero al menos no se da la vuelta nunca.

Javi, el tercero en discordia, es quien mejor sabe adaptarse a este desquiciado mundo. Flexible con sus opiniones, tiene don de gentes y le gusta sentirse integrado. Aunque haciéndolo corra el riesgo de quedar a veces desdibujado y a expensas de la gente que le rodea.

Juntos saben ser entrañables héroes tercos. Por separado sólo son proyectos de grandes hombres, una vulgar sombra de las personas en las que podrían convertirse.

Por eso Álex y Toni brindan sin palabras por Javi, el amigo ausente. Esperan que la vida vuelva a reunirles pronto a los tres. Confían en que eso ocurra. Lo desean con toda su alma.

domingo, 5 de agosto de 2012

202. Las enseñanzas de Albert Einstein

Los seres humanos nos engañamos con una facilidad pasmosa. Intentamos creer que aprendemos de nuestros fracasos, que cada piedra en el camino es un buen indicador de la carretera que no debemos transitar. Perder nos hace más inteligentes. Eso nos decimos a nosotros mismos.

La teoría es correcta. Pero en la práctica lo cierto es que todos regresamos siempre al camino de las piedras, una y otra vez. Andamos en círculos, tropezamos, nos levantamos, juramos que hemos aprendido la lección y tropezamos de nuevo.

Albert Einstein dijo que la locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes.

El problema es que, aunque nos creamos el paradigma de la cordura, todos estamos locos, porque repetimos nuestros errores invariablemente, sin saber siquiera que lo estamos haciendo.

Javi, creyéndose independiente, deja que otros siempre decidan por él. Toni está tan desesperado por conectar con alguien que acaba apartando a todo el mundo. Y Álex está tan centrado en que nadie le haga daño que acaba actuando a corazón abierto, lo que le lleva a salir herido siempre. 

Deberían haber aprendido de sus fallos. Creen haberlo hecho, todos ellos piensan que han cambiado tanto... pero no lo han hecho. Esa es la verdad que son incapaces de ver.

Tal vez es porque la memoria es selectiva, y al final sólo nos acordamos de una parte sesgada de la historia,  la que más nos conviene. O quizás es porque, aunque esté lleno de piedras, resulta más fácil andar por una carretera que conocemos que adentrarnos por un camino desconocido.

Nos engañamos pensando que todo será diferente porque estamos haciendo algo diferente. Pero seguimos haciendo lo mismo y el resultado será el de siempre. Hasta que aprendamos de las enseñanzas de Einstein y dejemos de fingir los cambios para ponerlos verdaderamente en práctica.



sábado, 4 de agosto de 2012

201. Un buen momento para dejarlo

¿Saben ese momento, en los concursos de televisión, en el que el presentador les ofrece a los participantes la opción de seguir adelante o plantarse?

Los amantes de los finales felices deberían hacerse la misma pregunta en este momento.

Quiero decir, la historia ahora mismo ha alcanzado un final feliz, ¿no? Los tres protagonistas comenzaron el relato solos y ahora cada uno de ellos tiene pareja. Álex ha superado la muerte de Anabel. Toni va a empezar su propio negocio y a Javi no le va mal con su película.

Sí, es cierto que quedan cabos sueltos. Javi y Toni han roto una amistad de muchísimos años. Pero no se puede tener la seguridad de que vayan a conseguir arreglarlo en el futuro. Y además, nadie ha dicho que la vida sea un puzzle en el que las piezas encajan a la perfección. El mundo se caracteriza por ser asimétrico, irregular y descoordinado.

Ahora mismo las cosas les van relativamente bien a todos los personajes. Es cierto que mañana podría irles mejor. Pero también mucho peor.

¿Realmente merece la pena arriesgarse a comprobar cuál de los dos caminos viene a continuación?

A veces querer saber demasiado es nuestra perdición. No obstante, la curiosidad es una fuerza que nos impulsa a conseguir todas nuestras metas. El problema es que la vida no te permite rebobinar y empezar de nuevo. Los momentos mágicos no se borran. Pero las desilusiones tampoco.

Si deciden bajarse del barco, siempre podrán imaginarse la última línea a su antojo. Si se arriesgan a seguir, quizás amen la conclusión, tal vez la odien. Está en sus manos.

En cualquier caso la historia entra en su recta final, con o sin ustedes. La vida no espera por nadie, ni se detiene a nuestro antojo. La película se sigue proyectando haya o no gente en la sala.


viernes, 3 de agosto de 2012

200. Desmontando la teoría

Álex espera que una avalancha de dolor invada las paredes de su corazón, pero ésta no llega a materializarse. Aunque no le gusta la conclusión, descubre que ha disfrutado mucho con el viaje. Quizás ahora sea más sabio. O se haya vuelto loco. O ambas cosas.

- Presumo que has elegido a Carlos - dice, muy serenamente - Y debería sentirme como una mierda, pero lo cierto es que estoy feliz.

"Porque cuando murió Anabel creí que era imposible que volviera a sonreír, pero lo conseguí. Y pensé que era imposible reponerme de lo que me había pasado y también me equivoqué".

"Nunca creí que volvería a mirar a otra mujer y aquí estoy, completamente enamorado y en paz conmigo mismo y mis sentimientos. Y todo es gracias a haber aprendido que el que la gente te diga que algo es imposible no significa que no puedas lograrlo".

"Por eso no me siento derrotado. Porque lo nuestro aún no es imposible. Esperaré un día, un mes, un año, una vida, la siguiente, diez reencarnaciones. Esperaré y te encontraré, el mundo no es tan grande como para no conseguirlo. Porque es lo que quiero. Y lo imposible sólo es algo que todavía no nos hemos atrevido a soñar".

Kim espera a estar segura de que Álex ha terminado para tomar la palabra.

- Gran discurso - dice con un deje burlón - Y ahora que ya me has arruinado el momento, ¿quieres callarte de una puta vez y dejarme hablar?
- ¿Qué?
- No podemos seguir siendo amigos porque vamos a ser novios, ¿de acuerdo? Y ahora, mi querido filósofo, deja a un lado las teorías y pon en práctica unos cuantos besos.



jueves, 2 de agosto de 2012

199. Optimistas y pesimistas

Kim acaba de decirle a Álex que no pueden seguir siendo amigos. ¿Era acaso lo que esperaban que dijera? ¿Lo que temían? ¿Les afecta de algún modo? ¿Lo entienden? ¿Lo comparten?

Pesimistas y optimistas tienen maneras muy diferentes de afrontar la vida. Los primeros piensan en el "no", intuyen las desgracias antes de que ocurran. Pero pensar en lo malo no te prepara para hacerle frente cuando sucede. Es como intentar capear un maremoto armado con un flotador.

Los optimistas siempre confían en que las cosas siempre saldrán bien. Cuando así sucede, son felices. Pero cuando no, la única verdad es que están atrapados en el mismo maremoto que todos. Pensar que no te puede ocurrir algo tampoco te protege de que te acabe pasando.

Cuando nos sucede algo malo en la vida, no nos queda más remedio que seguir adelante. Pero en el mundo de la ficción siempre podemos decidir cuándo bajarnos del carro. Elegir el momento en que no estamos disfrutando del viaje y por tanto no nos compensa continuar.

¿Cuáles son aquí las perspectivas? Quizás los pesimistas piensen que "ya lo veían venir". Los optimistas podrán esgrimir que las decisiones no son irrevocables. Que quizás aún haya un futuro para ellos. Que si esperan lo suficiente, tendrán el prometido final feliz.

Así es la vida. Una mezcla de alegrías, sinsabores, sorpresas, decepciones, esperanzas y sueños encerrados en una caja. Un viaje en el que cuando todo va mal  soñamos con el día en que las cosas mejoren, pero que cuando van bien nos hacen vivir con el temor de que, tarde o temprano, todo empezará a torcerse. Las dos caras de una moneda condenadas a equilibrarse.

En cualquier caso Kim acaba de negarle a Álex su amistad. A día de hoy, y a falta de ver qué pasará mañana, esa es, sencillamente, la incontestable realidad.

miércoles, 1 de agosto de 2012

198. Una parte de mí

- Aquella noche, cuando volvimos de lo de Anabel, en el coche. ¿Por qué no me besaste?

Álex toma aire. No hace ni cinco minutos que se han sentado en la cafetería, acaban de pedir dos batidos y así, sin más, Kim le suelta esa pregunta bomba. Decide atenerse a la verdad.

- Una parte de mí quería hacerlo
- ¿Pero...?
- No, ya está. No hay más. Una parte de mí quería hacerlo, pero una parte no es el conjunto entero.  Supongo que tenía dudas, un poco de miedo. Necesitaba aclararme la cabeza. Convencerme de que lo que sentía era correcto

La camarera regresa con las bebidas, lo que les concede una pequeña tregua. Cuando vuelve a la barra es como si la campana anunciara el inicio del segundo round.

- Podrías haberte arriesgado - dice Kim
- Sí, pero me hubiera equivocado, ¿no crees? No eres el ligue de una noche. Te mereces convencimiento absoluto. Una persona muy sabia hace poco me dijo que tenía que tratarte como si fueras la mujer de mi vida. No deberías conformarte con menos de eso.
- Estúpido - le recrimina Kim - Estúpido, estúpido, estúpido
- Perdona,  no quería ofenderte
- Y no lo has hecho. Estoy emocionada. Pero me fastidia que sepas qué decir en cada momento. Que seas tan asquerosamente encantador. Sobre todo hoy

Le mira a los ojos e inspira profundamente. Álex adivina las palabras antes incluso de escucharlas.

- No podemos seguir siendo amigos - sentencia Kim