viernes, 13 de julio de 2012

179. Háblame de tu día

- Ya sé que no son horas - se disculpa Toni con una delicadeza inusual en él - Pero es que no quería irme a dormir sin contarte qué tal ha ido todo. A decir verdad no estaba seguro de si tendrías el teléfono conectado

- Estaba de fiesta - contesta una jovial Lorena, más alegre de lo que reconocería en voz alta - Ya me voy para casa
- ¿Y qué tal la noche?
- Nada importante en comparación con tu día. Cuéntamelo todo
- No. He cambiado de opinión. Prefiero saber qué has estado haciendo tú. Dime, ¿tuviste mucho lío hoy en el cine?

Lorena está a punto de protestar. Realmente quiere enterarse de qué tal le han ido las cosas a Toni, cómo salió su reunión. Pero entonces se da cuenta de que el sentimiento es mutuo. El chico no está intentando quedar bien (hablamos de alguien con problemas de empatía). No le interesa lo suyo, sólo le importa lo que ella tenga que contarle, por cotidiano que pueda resultar.

Es bonito saber que hay alguien a quien realmente le importas.

Así que, con unas pequeñas excepciones (la sinceridad no tiene por qué ser sinónimo de estupidez, así que pasa por alto algunos datos, como su cabreo por no saber antes de él, su vestimenta y la historia con el tío de la discoteca) le cuenta todo lo que ha hecho.

Luego él le dice que todo ha ido bien y que va a empezar su revista (también opta por no nombrar a Elsa para nada) Siguen hablando durante mucho, mucho tiempo. Cuando cuelgan, ya son casi las cinco de la madrugada.



No hay comentarios:

Publicar un comentario