lunes, 31 de diciembre de 2012

(350) Todo

Todo está conectado. Álex, Toni, Javi, Kim, Eva, Silvia, Eli, Anabel, Toni, Lorena, Elsa, Jorge, Laura, Pablo, TJ, Carlos, Marcos, Julia... Todas sus historias son mi historia. Retazos de ella.

Es una conexión que escapa a mi control. Empezar a escribir por tristeza, terminar de hacerlo con alegría. Intentar enseñarle algunas lecciones a mis personajes y acabar aprendiendo de ellos.

Comenzar un puzzle infinito en donde todo tiene cabida. Un pensamiento, un sentimiento, una ilusión. Aciertos, errores, esperanzas, reproches. Lo que fue. Lo que debió ser. Lo que será.

Tomar historias reales y hacerlas pasar por ficticias. Inventar situaciones y ver cómo mágicamente se hacen reales. Crear personajes basados en personas reales y descubrir a personas de carne y hueso que resultan ser como tus personajes.

Pensar en lo divertido que sería escribir sobre extraños que hablan con tus creaciones en los aeropuertos y terminar viviendo esa misma situación sólo unas pocas semanas después. Infundirles coraje a tus héroes y acabar teniéndolo tú. Hacer que se enamoren y enamorarte en el camino.

"You're beautiful" en boca de James Blunt. Semisonic y su "Closing time", el "How to save a life" de The Fray, Cranberries cantando "Dreams", las cuatro canciones que han servido de banda sonora a gran parte de los capítulos. Alguien las compuso, posiblemente para contar algo personal, y ahora sus creaciones se mezclaron con la mía y me ayudaron a contar mi historia. Me inspiraron.

Por eso sé que esto ya no me pertenece sólo a mí, sino a todos los que han encontrado aquí algo que les gusta, les atrae, les motiva o les trae recuerdos. La historia también es vuestra.

Un mal año, lo sé. Pero, egoístamente hablando, ha sido el mejor de mi vida. El año en que recordé que no hay nada imposible.

31 de diciembre de 2012

domingo, 30 de diciembre de 2012

Segundas oportunidades

- ¿De verdad crees que saldrá bien?
- ¿A qué te refieres? ¿A lo nuestro?

Sara asiente con la cabeza. De repente, por un momento, se ha sentido terriblemente asustada. La idea la avergüenza. Javi la abraza con fuerza y le da un beso tranquilizador en la mejilla. Sonríe conmovido. Lo que Sara interpreta como un gesto de debilidad, para él es una prueba de amor. 

- Sí, realmente lo creo
- ¿Cómo puedes estar seguro? La primera vez todo acabó de una forma muy dolorosa
- A lo mejor en ese momento no estábamos destinados a estar juntos

"El pasado se escribe con rotuladores permanentes. No puedo borrar mis recuerdos, pero puedo decidir ignorarlos. No hay dos copos de nieve que sean exactamente iguales. Y no existen dos situaciones idénticas en nuestras vidas. Cada momento, para lo bueno y para lo malo, es único".

"Dicen que las parejas deben reconquistarse cada día. Que no vale lo mucho que hayas hecho en el pasado por la persona a la que quieres. Si empiezas a descuidarla, no te la mereces. Porque el amor no es un premio que se gana a perpetuidad. Hay que saber cuidarlo".

"Pues te digo lo mismo, pero al revés. No puedes condenar una relación por errores que se cometieron en el pasado. Si mirar atrás no sirve como excusa para retener a alguien, tampoco debería usarse para castigarlo"

"He elegido estar contigo, Sara, y agradecer al cielo el hecho de que tú también quieras estar conmigo. He elegido creer en nosotros y en esta segunda oportunidad. Porque nunca es tarde para intentar ser feliz. Y menos cuando eso implica poder estar con alguien tan maravilloso como tú".


sábado, 29 de diciembre de 2012

La vida es una película

A Álex le emocionan los finales felices de casi todas las películas. Le ocurre incluso con las comedias románticas más tontas, esas que Javi desprecia vehementemente por estar basadas en fórmulas manidas, sin un mínimo atisbo de originalidad. Pero a Álex le da igual. No puede reprimir las ganas de llorar de alegría cuando las parejas acaban juntas en la gran pantalla.

Al principio se sentía un poco tonto por reaccionar así. Pero con el tiempo comprendió que si se siguen haciendo esos finales es porque debe haber más idiotas como él que salen satisfechos del cine cuando ven que a dos personajes ficticios, a los que no conocían dos horas atrás y de los que nunca volverán a saber nada, resulta que las cosas les salen bien.

Es su válvula de escape. El truco que utiliza para recordarse las cosas que son verdaderamente importantes en la vida, y que no tienen nada que ver con los asuntos mundanos que suelen ocupar sus pensamientos a lo largo del día.

Nos preocupamos por el éxito. Nos obsesionamos con nuestro físico. Nos cabreamos cuando las cosas salen mal. Pero al final de la jornada todo eso es secundario si tenemos a una persona que nos rodee con sus brazos y nos bese con una sonrisa en los labios.

Por eso le gusta el cine. Por eso dirige películas y se pasa la vida viendo films realizados por otros directores .Porque así, con su obsesiva afición, es como ha llegado a entender que la vida es una película deliciosa en la que todo resulta posible. Que la magia de los sentimientos es real y que todos podemos protagonizar una historia fascinante de esas que te llegan muy adentro.

El mundo y todas sus maravillas nos están esperando. Da miedo dar el primer paso, pero si nos lanzamos viviremos la aventura de nuestras vidas. Porque somos especiales. Somos infinitos.


viernes, 28 de diciembre de 2012

Interpretaciones

¿Cómo podemos saber si una decisión ha sido acertada o no? ¿Cuándo se acaba el plazo para juzgarla? ¿Alguna vez podemos estar realmente seguros?

Cuando Javi entra en el proyecto, Silvia se siente emocionada. Ser guionista es una profesión solitaria, y le encanta la idea de colaborar con alguien que, además, atesora tantísimo talento.

En el momento en el que Javi empieza a hacer cambios radicales a su trabajo, la chica empieza a aborrecer el día en el que entró en el proyecto. Y, sinceramente, no cree que sea tan bueno.

Mientras Javi y ella mantienen una aventura, Silvia se muestra convencida de estar viviendo los días más increíbles y excitantes de toda su existencia. Está haciendo una película. Está teniendo un lío con su compañero de trabajo. Se siente viva.

La vergüenza la consume tras romper con Javi. Lo peor es que lo tiene que seguir viendo todos los días en el trabajo. Piensa en confesárselo todo a Jorge, pero no lo hace para no herirle. Pero en su fuero interno se siente estúpida y odia profundamente el momento en que decidió empezar a escribir. Ojalá nunca hubiera comenzado aquel guión.

Al empezar su nuevo trabajo, Silvia tiene mucha más confianza en sí misma y en su trabajo. Entiende perfectamente que nada de eso sería posible si no fuera por sus experiencias previas. Todo lo ocurrido durante el rodaje de su primera película la ha transformado. Personal y profesionalmente. Se siente agradecida por ello.

Así pues, ¿sentarse a escribir ese guión fue una buena o una mala idea? ¿Se alegra de haberlo hecho o se arrepiente? ¿Fue Javi una fuente de inspiración o alguien a quien desearía no haber conocido? No hay respuestas. Sólo interpretaciones fugaces que varían a cada paso del camino.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Otro enfoque

Silvia regresa a casa de mal humor, lo que ya se ha convertido en una constante. Jorge la deja en paz durante una hora, para que se calme, y luego se acerca ejerciendo de paño de lágrimas.

- ¿Qué ha pasado esta vez? - pregunta
- ¿Que qué ha pasado? Lo de siempre. Que hay algo que sigue sin gustarles pero no saben explicarme el qué. Así que me han pedido que le dé otra vuelta. No sabes cómo odio esa expresión

Han sido unos meses de importantes vaivenes emocionales. Silvia intentó vender su guión durante casi año y medio sin éxito. Y justo cuando estaba a punto de darse por vencida, apareció una importante productora interesada en hacerse con los derechos.

En comparación con lo anterior, la preproducción resultó sorprendentemente rápida. Silvia no cabía en sí de gozo. ¡Iba a hacer una película! Se pasó una buena temporada pellizcándose cada mañana para convencerse de que no estaba soñando. No dejaba de intentar encontrar la trampa.

Y al final la trampa apareció sola. Un día sus jefes se reunieron con ella para decirle que el guión no les terminaba de convencer. Lo que parecía no tener sentido, ya que es el mismo que habían comprado entusiasmados. Pero en el mundo del cine pocas cosas resultan comprensibles.

Desde entonces lo único que han hecho es pedir cambios. Y con cada nueva versión, escrita a la carrera, Silvia se siente más perdida. No sabe qué más hacer. Cómo remediarlo. Está tan desesperada por agradar que cada día se desagrada un poco más a sí misma.

Por eso, cuando días más tarde le indican que han contratado a alguien para que reescriba el guión, se muestra terriblemente aliviada. A lo mejor es todo cuanto necesitamos, se dice. Otro enfoque.

Un pensamiento inocente para una situación que cambiará radicalmente su vida.



miércoles, 26 de diciembre de 2012

El siempre emocionante primer paso

El grito, procedente del despacho, se escucha en toda la casa. Jorge, alarmado, entra sin llamar, a pesar de que sabe que es algo que su novia odia. Lo sorprendente es que Silvia tiene una sonrisa de oreja a oreja. No sólo no parece enfadada sino que se muestra feliz ante la presencia del chico.

- ¿Ocurre algo? - pregunta confundido - Te he oído gritar
- Lo siento, creo que me he dejado llevar por la emoción. Lo he terminado. ¡Terminado!

Se refiere al guión que lleva escribiendo desde hace cuatro meses y que la ha mantenido encerrada en esa habitación una media de ocho horas al día, a veces más. El proyecto que ha puesto a prueba la paciencia de Jorge, ya que su novia en este tiempo ha experimentado unos considerables cambios de humor, casi siempre a peor. Al menos su sacrificio parece haber servido para algo.

- ¡Enhorabuena! - la felicita, con verdadera alegría - ¿Y ahora qué?
- Ahora no tengo ni idea - confiesa Silvia

No ha escrito el guión por encargo, sino por placer. Lleva años dejando todo lo que empieza a medias, así que terminar esto era realmente importante para ella.

Pero una vez finalizado no sabe qué pasará con el guión. No tiene ni idea de cómo van estas cosas. No conoce a nadie en el mundo del cine ni sabe cuáles son los pasos que hay que dar a partir de ahora. Entiende que lo más probable es que el proyecto no llegue a ninguna parte.

Sin embargo, no le importa. Saber demasiado a veces estropea las cosas. Quién puede decir si en el futuro se alegrará o se arrepentirá de haber escrito esta historia. No puede imaginar lo lejos o no que va a llevarle su esfuerzo. Es lo emocionante de los primeros pasos. Saber que hay un mundo entero de posibilidades por explorar y soñar con cada una de ellas.


martes, 25 de diciembre de 2012

Espíritu navideño

- Álex, ¿quieres hacer el favor de cambiar esa cara?
- Lo siento mucho, pero es mía y le tengo cariño. No pienso ir al cirujano plástico
- Ja, ja, ja. Deberías ser humorista. Pero haciendo el número en el zoo. Tú harías tus payasadas y el público te recompensaría tirándote pescado crudo

Kim frunce el ceño y pone morritos de enfado. Permanece así durante casi un minuto, desafiante, hasta que no puede contener más la risa. Le tira una bola de plástico a Álex, dándole en la cabeza.

- ¡Ouch! ¿A qué ha venido eso?
- A que quiero que colabores. Es nuestra primera navidad juntos. ¿Dónde está tu espíritu navideño?
- Creo que guardado en el desván, en una de las cajas
- Y sigue el festival del humor...

Álex coge a su novia por la cintura, la atrae hacia él y comienza a besarla por toda la cara, exageradamente, logrando que cada beso suene estruendosamente.

- Ahora en serio, Kim. Soy feliz, pero sabes que nunca he tenido mucho espíritu navideño
- Pues muy mal. Todo el mundo debería tenerlo. Cuando domine el mundo, será mi primera orden

"Espíritu navideño es pararte un momento a pensar en las cosas buenas que tienes en tu vida. Dedicarle un pensamiento a cada persona a la que quieres. Regalarte una sonrisa sólo porque sí".

"Somos estúpidos y olvidadizos. Y pecamos de derrotistas. Pero medio lleno o medio vacío, el vaso siempre tiene algo dentro. Así que bebamos para celebrarlo. ¿Puedes hacer eso por mí?"

El chico asiente con la cabeza. Kim le guiña un ojo y le tira otra bola de plástico a la cabeza. Sale corriendo, entre carcajadas. Es afortunada. Tiene a Álex. Es todo lo que quiere por Navidad.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Un día de felicidad

En una ciudad de cuatro millones de habitantes cada día hay cuatro millones de historias que contar. Pero hoy, 24 de diciembre, todas se concentran en un único lugar y un solo pensamiento.

Las luces navideñas están encendidas y la gente abarrota la avenida principal, donde se ha instalado una pista de patinaje. Hay música a todo volumen y numerosos puestos ambulantes.

Anabel y Sara se adelantan a paso ligero hasta la zona de las tiendas, riendo como niñas pequeñas. Rezagados, Javier niega con la cabeza y suspira, mientras Álex, sonriente, le pasa el brazo por encima de los hombros.

Toni y Elsa cierran la comitiva. Van cogidos de la mano y se miran con cariño. Dos amigos especiales que tienen la suerte de compartir un momento mágico en un día igualmente mágico.

En la pista de patinaje, Kim y Eva intentan mantener el equilibrio, evidenciando su falta de pericia en esta actividad. Kim se cae de culo al frío suelo. Suelta una carcajada y se levanta de inmediato.

Un par de calles más atrás Silvia y su novio Jorge, que están de visita en la ciudad para cenar en Nochebuena con los padres de ella, observan el espectáculo de luces y música y se besan.

Debajo del tradicional árbol gigante que cada año se decora en el centro de la plaza, Eli, en compañía de Pedro, su compañero de reparto en la película que está rodando y ocasional amante, se emociona al contemplar a tanta gente feliz a su alrededor. La alegría siempre es contagiosa.

Hoy no hay dramas ni conflictos. Todos están felices. Mañana regresarán a sus preocupaciones. A lo que quieren lograr, lo que intentan cambiar, sus anhelos y frustraciones. Pero hoy toca disfrutar de lo que tienen. Dar gracias por la suerte que significa poder amar y ser amados. Hoy es un día para creer en los finales felices y brindar por la gente que nos quiere. Y por la que no, también.


domingo, 23 de diciembre de 2012

Para siempre

La soledad es la compañía inseparable de la tristeza. Cuando necesitamos un respiro de la vida, lo primero que hacemos es aislarnos del resto del mundo para llorar en silencio las penas. Como si fuera un rito que todos tenemos que atravesar y para el que no podemos contar con ayuda.

Así se siente Javi después de lo de Sara. Se recluye en casa, desaparece de las redes sociales y apaga el móvil. No quiere ver a nadie.Pero sus amigos no parecen entender el mensaje porque, invariablemente, cada día, le llaman por teléfono. Aunque nunca conteste.

Se conecta a Facebook para lanzar un escueto comunicado. Les da las gracias por su preocupación, les asegura que está bien y que sólo necesita tiempo para él.

Álex y Toni le responden que no se preocupe, que lo entienden. Pero entonces, al día siguiente, vuelven a llamarle de nuevo. Es una situación que, en otro momento, podría resultar hasta cómica.

Viendo que la estrategia no funciona, comienzan a alternar llamadas telefónicas con visitas a su piso. Tocan el timbre. No reciben respuesta. Se van. Regresan pasadas unas horas. De nuevo la puerta sigue cerrada. Se marchan. Pero nunca desfallecen. Siempre regresan a la carga.

Llega un día en el que Javi, harto del acoso, o sencillamente de mejor humor, contesta al móvil y queda con ellos. Van a su cafetería de siempre, a la hora de siempre.

- ¿Por qué insistís tanto? - pregunta, sin acritud - Ahora mismo no soy una buena compañía
- ¿Y qué más da? - contesta Álex, con sinceridad - Somos tus amigos, estamos preocupados y no vamos a dejarte solo. No vamos a desaparecer. No cejaremos en nuestro empeño hasta arrancarte una sonrisa. Estamos aquí para siempre. Más vale que te acostumbres

Javi suspira, contrariado. Esa es la fachada. Por dentro, sonríe. La primera sonrisa tras la tormenta.


sábado, 22 de diciembre de 2012

A pesar de los presagios, el mundo no se acabó

Tiene la sensación de que el corazón le late a cámara lenta. Siente que pasan siglos entre cada latido y el siguiente, como si ese pequeño músculo al que culpamos sin razón de nuestros problemas afectivos estuviera demasiado cansado como para seguir en funcionamiento.

Nota en su cabeza un pitido que se niega a desaparecer y que logra distorsionar todos los sonidos que escucha y que intenta procesar sin éxito. No oye voces, sino simple ruido amplificado sin orden ni concierto. Trata de seguir el hilo de las conversaciones, respondiendo más por intuición que por auténtico conocimiento acerca de qué pueden estarle hablando.

Cuando se va a la cama y cierra los ojos, Javi tiene el convencimiento de que se sumergirá en la nada. Que tan pronto como pierda la conciencia, el mundo dejará de existir. A fin de cuentas ya no hay motivo alguno para que siga haciéndolo.

Hoy Sara ha roto con él tras confesarle que le ha sido infiel.

Cuando se despierta, descubre que el mundo no se ha acabado. El sol ha salido como todos los días. Y la calle está abarrotada de personas que caminan como si nada hubiera sucedido, inmersas en sus propios asuntos y preocupaciones.

Le cuesta asimilar que, sin la salida fácil, le toca seguir adelante con su vida. Quizás el mundo siga en pie, pero el suyo no. Para él todo ha terminado.

Ese es su equivocado pensamiento. Pero aún pasará algún tiempo hasta que se dé cuenta de ello. Hasta que el pitido desaparezca de su cabeza y su corazón, con un merecido veredicto de inocencia, pueda latir de nuevo a su ritmo. Hasta que se vaya a la cama, sonriendo, deseoso de que llegue un nuevo día, en el que todo siga exactamente como está.


viernes, 21 de diciembre de 2012

El punto de partida

- Esto es una estupidez - refunfuña Toni - Nos hemos levantado a las siete de la mañana para venir a la universidad, ¿y ahora nos vamos a fugar de la primera clase?
- Nadie te obligó a venir con nosotros - le contesta Álex

Javi observa la situación casi sin poder contener la risa. Para ese entonces cada uno de ellos ha adquirido ya un rol muy específico dentro del grupo. Toni es el gruñón, Javi el temerario y Álex, en teoría, ejerce de voz de la conciencia. Aunque lo cierto es que la mayoría de las ideas descabelladas siempre surgen de su mente.

Los tres vagan sin rumbo fijo, buscando un lugar en el que poder refugiarse. Finalmente Álex señala una cafetería que le transmite buenas vibraciones. Está empezando a llover, así que ninguno de sus amigos cuestiona su sugerencia.

Cuando entran son exactamente las 7.45 de la mañana.

Permanecen en la cafetería tres cuartos de hora, hablando de tonterías. Mujeres, fútbol, películas... No dicen nada destacado, pero aún así Álex se siente extrañamente feliz

- Deberíamos instaurar esto como una tradición - dice, de repente - Venir una vez por semana aquí, a esta misma cafetería, a la misma hora. Y así el resto de nuestras vidas
- Te juego lo que quieras a que no lo hacemos ni siquiera tres semanas seguidas - le rebate Toni
- Puede ser. Pero también podría tratarse del punto de partida de una tradición que perdure en el tiempo. Nunca podemos saber si algo será efímero o adquirirá un gran y duradero valor en nuestras vidas. Es cuestión de fe. Y yo hoy quiero creer que, dentro de muchos años, seguiremos aquí. Y por si acaso me equivoco, intentaré disfrutar de cada instante en este lugar


jueves, 20 de diciembre de 2012

Comienzos titubeantes

Es difícil saber cuándo reparan en él por primera vez. Al principio es sólo una figura decorativa, un extra sin frase al que se han acostumbrado a reconocer pero que no significa nada para ellos.

Toni y Javi siempre lo ven en la cafetería, a la hora del almuerzo, comiendo solo en una mesa alejada. Parece alicaído, como si su soledad fuera una penitencia por algo que ha hecho. Y en el fondo así es. No ha pasado mucho desde lo de Julia y Álex aún se siente culpable por lo sucedido.

Tampoco es fácil explicar qué les lleva a invitarle a que se siente con ellos. No lo conocen, así que es imposible que sepan que luego se va a convertir en el alma del grupo. Y ninguno de los dos es especialmente sociable. Así que, por muchas vueltas que le den en el futuro, jamás llegarán a entender por qué decidieron actuar como lo hicieron.

En cualquier caso Álex empieza a comer con ellos. Al principio apenas habla. Pero poco a poco comienza a soltarse, a participar más en las conversaciones. De forma gradual y de un modo natural, su amistad va creciendo. Empieza a quedar con Javi y con Toni fuera de clase. Se convierte en el tercer mosquetero de una sociedad que, con el tiempo, se revelará como indisoluble.

Cuando hablan del pasado, los tres tienden a pensar que siempre han sido como son ahora. Que desde el principio Álex fue la pieza clave que mantenía unido al grupo. Pero eso no es cierto. En los primeros tiempos apenas era un esbozo de la persona en la que terminó convirtiéndose.

Solemos pensar que las cosas originarias son mejores y que, con el tiempo, todo se estropea. Pero si realmente nos fijáramos, nos daríamos cuenta de que en casi todo lo que hacemos nuestros comienzos son titubeantes. Damos pequeños pasos, a gatas, inseguros. Hasta que poco a poco adquirimos la confianza suficiente como para sentir que estamos cumpliendo nuestro destino.


miércoles, 19 de diciembre de 2012

Amigos inesperados

- Venga - le ruega Lidia - Será divertido

Pero Javi sabe que eso no es cierto, al menos para él. No le gusta conocer gente nueva, y menos cuando eso implica tener que quedar con los amigos de su novia.

Es algo que siempre le ha molestado. Él es de la opinión de que cada uno debería tener sus propias amistades, y que éstas no deberían mezclarse. ¡Si ni siquiera le gusta reunir a gente que no se conoce entre sí, aunque todos sean amigos suyos! Le hace sentirse tenso, como si fuera responsabilidad suya preocuparse de que todos se lleven bien.

Así que eso de tener que integrarse en un grupo de extraños le resulta aún más incómodo si cabe. Se siente como si estuviera de prestado, encajando con calzador en un sitio al que no pertenece.

Pero acaba de empezar el segundo curso de universidad, está muy enamorado de Lidia y sabe que a ella le hace ilusión que la acompañe, así que finalmente termina claudicando, muy a su pesar. Promete hacer acto de presencia y quedarse un rato. Pero luego hará mutis por el foro.

Lo que Javi no se espera es que Lidia tenga razón. Porque al final termina pasándoselo muy bien. Y además conoce a un tipo genial con el que conecta inmediatamente. Su nombre es Toni.

Es curioso el modo en que establecemos conexiones con las personas que terminan siendo fundamentales en nuestras vidas. Es un pequeño milagro mágico e inexplicable, del que muchas veces no nos damos cuenta.

Porque al final lo de Javi y Lidia sólo durará unos meses y ninguno dejará huella en el otro. Con el tiempo, ni siquiera Toni mantendrá la amistad con la chica. Pero los destinos de ellos dos sí que quedan unidos para siempre. Amigos inesperados, amigos inseparables.


martes, 18 de diciembre de 2012

Canciones cautivas

En asuntos musicales, Toni es una persona muy obsesiva. Cuando se siente cautivado por una canción es capaz de escucharla cientos de veces, consecutivamente, sin cansarse. A la hora de escribir, incluso selecciona un tema que necesita que suene mientras está delante del teclado.

Durante un tiempo esa canción forma parte de su vida. Aprende a amarla, a identificarla con un estado de ánimo. Se convierte no sólo en parte de su rutina, sino en parte de sí mismo. Desarrolla un fuerte vínculo afectivo con esa pieza. 

Luego, un día, sin aviso previo, empieza a sentirse hastiado de escuchar los mismos ritmos. Lo que hasta el día anterior funcionaba ya no lo hace. La magia se rompe y, lo que es peor, incluso llega a cogerle cierta manía a la canción que tanto significó para él tiempo atrás. No sólo es que no quiera seguir escuchándola. Es que, cuando lo hace, no sabe identificar qué es lo que le gustaba de ella.

Entonces prueba con nuevas melodías. Las que, según cree, reflejan verdaderamente sus sentimientos. Así es durante un tiempo. Días, meses, a veces hasta años en los que se siente ligeramente avergonzado por sus gustos anteriores. Hasta que un día se reencuentra con la antigua canción, esa que amó y repudió. Y la hace sonar sin saber bien qué espera que suceda.

Y, como un viejo amigo al que hace tiempo que no se visita, de repente la música hace que los recuerdos empiecen a emerger de nuevo en su cabeza. Sonríe al redescubrir la belleza de lo que una vez lo significó todo para él, aunque llegara a convencerse de lo contrario.

Aprende a amar de nuevo a esa canción cautiva que, quiera admitirlo o no, siempre estuvo ligada a su alma. Aún si desafinamos al tararear una melodía, y a pesar de algunas ejecuciones poco inspiradas, con los ajustes correctos ésta sigue conservando su belleza primigenia.


lunes, 17 de diciembre de 2012

Misteriosa, impredecible Sara

Tras una semana hablando de Sara no hemos descubierto nada nuevo sobre ella. ¿Qué es egoísta? Ya había quedado claro. ¿Que sus actos no tienen lógica? Tampoco es una gran revelación.

Lo cierto es que podríamos seguir centrándonos todo un año en ella y el resultado seguiría siendo exactamente el mismo. Porque Sara es de esas mujeres misteriosas e impredecibles sobre las que uno nunca puede estar seguro del todo.

Quizás creamos conocerla. Tal vez pensemos que entendemos sus pautas de comportamiento. Pero entonces, cuando más confiados estemos, hará algo que nos parezca fuera de lugar. Pero no lo estará. Encajará en su patrón. En su ilógica lógica, esa que conoce de manera intuitiva pero en la que nunca se ha parado a pensar seriamente.

Podríamos contar el modo en que preparó lo del autógrafo de Natalie Portman, y eso nos dibujará a una Sara encantadora y enamorada. Que, no lo olvidemos, seguía acostándose con Rod. O tal vez deberíamos detenernos en el día en que consiguió que Javi fuera el encargado de reescribir un guión, el mismo día en que no atendió a una nueva llamada del chico porque estaba harta de él.

Ni siquiera el resto de historias desconocidas pueden ayudarnos. Porque ofrecen más confusión que auténticas respuestas. ¿En qué nos puede ayudar saber que se presentó de incógnito en el plató, que quemó las fotos de Javi o que estuvo de viaje espiritual en la India?

Sara es una escapista que se desliza entre las palabras que intentamos usar para definirla. Es sencilla y complicada, única en su género. Es, en definitiva, una buena actriz que se esconde detrás de un personaje o deja que el personaje se esconda detrás de ella. Quién sabe. Con ella, todas las interpretaciones son siempre plausibles. Es parte de su encanto.


domingo, 16 de diciembre de 2012

Atenciones

A pesar de que ya no está interesada en Javi, a Sara le gusta saber que el chico sigue pensando en ella. A ojos del mundo se muestra molesta cuando él le envía algún mensaje por facebook o hace comentarios dirigidos específicamente a ella. Pero en su fuero interno se levanta cada día confiando en que su ex novio haya escrito algo nuevo en su muro.

Por eso, cuando finalmente los mensajes dejan de llegar, se siente más triste de lo que está dispuesta a admitir. Sus amigas la felicitan por haberse librado de él. Y Sara les da la razón y sonríe. Pero por dentro se pregunta qué ha cambiado.

Algunas noches se desvela tratando de comprender por qué Javi está actuando de este modo. Si es que la ha borrado ya de su mente, o si ha conocido a otra mujer... Ese último pensamiento siempre despierta en ella unos gigantescos e incomprensibles celos.

Nada de esto significa que Sara esté aún enamorada de Javi. Pero que no esté interesada en el chico no significa que no disfrutara con las atenciones que éste le brindaba. Le gusta sentirse deseada, observada. Saber que hay alguien que piensa en ella antes de irse a dormir cada noche.

Está en nuestra naturaleza. Nos gusta sentirnos queridos, incluso por aquellas personas a las que no tenemos intención de corresponder. Pero cuando pierden su interés es como si de repente nos faltara algo. Porque a todos nos gusta sabernos importantes, perseguidos, deseados. Quizás sea algo tonto y egoísta. Pero lo necesitamos.

Por eso, desesperada ante la falta de noticias, Sara claudica. Le manda a Javi un escueto mensaje al móvil que dice "¿estás ahí?". Porque necesita saber que está. Que aún piensa en ella. Que aunque nunca vuelvan a estar juntos, él aún sueña con un futuro en el que eso pueda ser posible.


sábado, 15 de diciembre de 2012

Todo y lo contrario

¿Qué ocurre cuando quieres a alguien pero a la vez no lo quieres? 

Esa es la pregunta que se hace Sara cuando niega estar teniendo una aventura a espaldas de Javi. Siente que se está decepcionando a sí misma con este comportamiento. Pero no se refiere al engaño en sí o a la mentira que acaba de soltar. Lo que la molesta es el por qué lo está haciendo.

La verdad es que cuando niega los hechos, Javi la cree. No hay un atisbo de duda en su mirada. Consigue la tarjeta de "salga libre de la cárcel", una que quizás no se merezca pero que ahí está, como un inesperado regalo salvador para una pecadora que duda sobre si está arrepentida.

De modo que, si quisiera a Javi, lo único que tendría que hacer es no engañarle más. Dar gracias al cielo por haber cometido un crimen en el que la víctima no es consciente de serlo y seguir adelante con su vida, valorando más lo que tiene, prometiéndose no incidir en los mismos errores.

Y si ya no quiere estar con él, ha tenido la ocasión perfecta para acelerar la ruptura. Pasar el mal trago y seguir adelante, buscando algo que realmente la satisfaga.

Pero no hace ninguna de las dos cosas. Niega el delito para conservar a Javi, pero al mismo tiempo vuelve a ponerle los cuernos. Contradicción en estado puro.

Se arriesga a perder a su novio, actúa como si es lo que realmente deseara, pero también se aferra a él con todas sus fuerzas. Puede que sea el miedo a quedarse sola, o la necesidad de tener un as en la manga si las cosas salen mal. Verdaderas dudas, egoísmo exacerbado, capricho o complejo de Dios, creyéndose más lista que nadie. 

Puede ser todo esto o algo diferente. Es cuestión de opiniones. La verdad incontestable es que Sara lo quiere todo y lo contrario. La mejor manera de acabar quedándose sin nada.


viernes, 14 de diciembre de 2012

Dudas y remordimientos

Sara y Rod se miran fijamente. Cuando él intenta besarla, ella gira la cabeza, temblorosa. Su cuerpo quiere, pero su mente no deja de pensar en Javi. Está confusa, no sabe qué hacer. De repente se siente una niña pequeña, inmersa en una situación que la supera por completo.

La función de esa noche ha sido un éxito. Han llenado el aforo y el público les ha dedicado una calurosa ovación, de esas que no se dan por compromiso, sino con auténtico convencimiento. 

El elenco al completo decide salir a celebrarlo. Sara llama a Javi para decirle que no la espere levantada, que llegará tarde...si no duerme en casa de alguna amiga. Él ya está acostumbrado a esas salidas nocturnas, así que se limita a desearle que se lo pase estupendamente.

Se divierte. Mucho. Tanto que casi no se da cuenta de que, poco a poco, el resto de sus compañeros van desapareciendo, hasta que sólo quedan Rod y ella. Son las cuatro de la mañana y, con los bares cerrados y demasiado borracha para pensar con claridad, acaban en casa del actor.

Y entonces sucede. El amago de beso, los remordimientos de Sara, su cerebro nublado, los pensamientos que se agolpan en su cabeza hasta que parece que le va a explotar.

Sólo que esto no es lo que realmente ocurre. 

La verdad del asunto es que Sara no está tan borracha como para no saber lo que hace. Lo cierto es que no se aparta cuando Rod acerca sus labios a los de ella. No piensa en Javi, no se debate en un mar de dudas. Se deja llevar y se acuesta con el chico. Tan sencillo como eso.

Nos gusta creer que nuestras reacciones están meditadas. Que pensamos las cosas, que medimos las consecuencias. Pero muchas veces, cuando la vida nos sorprende, simplemente actuamos. Bien o mal, eso son juicios de valor. Juicios que no tienen cabida en el fragor del momento.


jueves, 13 de diciembre de 2012

Caja de sorpresas

Cuando Javi se despierta antes que Sara, se levanta intentando no hacer ruido, para que ella pueda seguir durmiendo. Pero si es Sara la primera en desvelarse, de inmediato comienza a hacerle cosquillas a su novio, obligándole a ponerse también en pie.

La primera vez él se molestó un poco, al considerar aquella una actitud de lo más egoísta. Pero con el tiempo la idea empezó a parecerle cada vez más divertida, hasta el punto de que ahora a veces finge seguir dormido sólo para que ella pueda abalanzarse sobre él.

De modo que el día empieza con risas y una lucha fingida entre las sábanas que termina con la feliz pareja haciendo el amor. Después Javi se levanta y se da una ducha. Sara se cuela por sorpresa en el cuarto de baño. Hacen el amor por segunda vez. 

24 horas más tarde Sara estará en la cama con otro hombre.

Si no le encuentran sentido es porque no lo tiene. En los meses siguientes la chica volverá mentalmente una y otra vez sobre sus pasos, tratando de comprender la secuencia de acontecimientos. La lógica dictamina que, para hacer lo que hizo, tenía que sentirse muy desgraciada. Pero es incapaz de recordar haberse sentido así en esa época.

Así es la vida. Nuestro cerebro intenta ordenar fechas y sucesos de acuerdo a unos parámetros coherentes, pero falsos. Reímos tras una tragedia, amamos tras un desengaño. Aunque las piezas no encajen, lo curioso del caso es que son las correctas.

El mundo está lleno de actos sin sentido e incoherentes. Pasamos de la risa al llanto en cuestión de segundos. Amamos, odiamos y cambiamos de opinión a cada instante. Somos una imprevisible caja de sorpresas. Y no siempre agradables.




miércoles, 12 de diciembre de 2012

Romanticismo

A Sara no le gusta decir "te quiero" ni que se lo digan a ella. La pone nerviosa e irritable. No cree demasiado en las palabras. Y la necesidad que tienen ciertas personas de reafirmar continuamente sus sentimientos siempre la hace sospechar que no son del todo sinceras.

No le agradan los regalos de aniversario, ni la tontería del Día de San Valentín, ni las demostraciones públicas de afecto. Se siente terriblemente incómoda en estas situaciones.

Odia que le regalen flores, le parece lo más tonto del mundo. Las flores se marchitan y mueren. No son útiles, no son duraderas. Se parecen demasiado a las promesas de algunos novios.

Le sacan de quicio los diminutivos cariñosos, los "cielo", "corazón", y demás sandeces que se regalan algunas parejas. No soporta las comedias románticas ñoñas y hablar sobre sus sentimientos. Siempre elude el tema. Antes lo hacía con una sonrisa. Ahora ni siquiera se esfuerza en intentar ser amable.

Pese a todo, Sara no se considera a sí misma una persona fría o poco sentimental. Más aún, se define como una romántica empedernida. Pero a ella le interesa el amor verdadero, no los adornos, tonterías y artificios absurdos que parecen fascinar al resto del mundo.

Le fascina la esencia del sentimiento, eso que ni se ve ni se comparte, sólo se vive. Todo lo demás le parece palabrería barata, un ejercicio narcisista de gente desesperada por parecer maravillosa. Es intentar crear magia falsa recurriendo a los trucos más viejos y baratos del mercado.

Prefiere no participar del engaño. Si alguien piensa que los arrumacos y las miraditas y ese tipo de chorradas son auténtico romanticismo, ese es su problema. Pero que no cuenten con ella para perpetuar la mentira. 



martes, 11 de diciembre de 2012

Situaciones que lo cambian todo

Esta historia tiene lugar año y medio antes del inicio de La teoría de lo imposible

Sara está asustada. Quiere convencerse de lo contrario, que es una mujer fuerte que no tiene miedo a afrontar cualquier situación. Pero repetirlo muchas veces no va a convertirlo en verdad.

Lleva cinco días de retraso. Todavía no es nada preocupante, ni siquiera es la primera vez que le ocurre. Pero desde que la idea de que podía estar embarazada se le metió en la cabeza, le ha resultado imposible sacársela. Da lo mismo lo irracional o precipitada que sea. Hay temores que no podemos controlar. Son ellos los que nos controlan a nosotros.

No ha querido decirle nada a Javi. Aunque lo cierto es que tampoco hay nada que decir aún. ¿Por qué asustarle antes de tiempo? 

Es lo que se dice, pero está incurriendo en una nueva mentira. Si no se lo ha contado no ha sido por no preocuparle, sino porque no quiere que lo sepa. Pase lo que pase, y decida lo que decida, no está segura de querer que su novio forme parte de esa decisión. 

Con el tiempo, Sara se dará cuenta de que ese fue el primer indicio de que algo no iba bien en su relación.

Alguna gente te habla del milagro de la vida, de lo maravilloso que es tener un niño. Otras personas le quitan importancia al tema y comentan lo fácil que resulta abortar. Ni una cosa ni la otra. Tome la decisión que tome, está jodida. Es una de esas situaciones que lo cambian todo.

No duerme durante dos noches más, haciendo planes con respecto a hipótesis aún no confirmadas. Le da mil vueltas, cambia de idea cientos de veces. Evalúa cada escenario hasta casi volverse loca.

Al final, 24 horas más tarde, le baja la regla. Se encierra en el baño a llorar. No está segura de si de alegría o de tristeza. No sabe lo que siente. No sabe si quiere saberlo.


lunes, 10 de diciembre de 2012

Detalles sin importancia

Decimos que nos gustan los bosques, pero sólo nos fijamos en algunos árboles. Dicho de otro modo, no somos capaces de mirar casi nunca la pintura completa. Hacemos juicios de valor sesgados. Damos demasiada importancia a detalles tontos.

Es la hipocresía tiránica de lo políticamente correcto. Nos centramos tanto en intentar no ofender a nadie  por cuestiones de sexo, credo, raza, orientación sexual... que a veces perdemos la perspectiva sobre al auténtico valor de las cosas. 

Laura, la amiga de Lorena, no era feliz en su pequeño pueblo natal. Ni siquiera cuando era una niña pequeña. Siempre supo que su destino estaba lejos de su tierra, en la gran ciudad, rodeada de grandes rascacielos, tráfico, polución y personas anónimas que pasaran a su lado haciéndola sentir insignificante e imprescindible al mismo tiempo.

Su familia no tenía estudios y nunca la animaron a tratar de superarse. Afortunadamente tampoco le pusieron cortapisas a que lo intentara. La dejaron seguir su propio camino.

A los 14 años comenzó a trabajar de camarera, a pesar de no tener aún edad legal para ello. Después estuvo casi un año como taquillera del cine, donde conoció a su amiga del alma. Y en cuanto pudo, escapó, rumbo a la universidad.

Se ha hecho a sí misma. Sabe que aún le queda mucho camino por recorrer, pero al menos siente que está en la senda correcta y que lleva el calzado apropiado. 

En esta historia, ¿realmente importa algo que Laura sea lesbiana? ¿De verdad le confiere un valor especial o la hace menos digna de elogio? ¿Por qué nos preocupan tanto cosas que no son de nuestra incumbencia y que no tienen ninguna importancia? ¿Tan frívolos somos?


domingo, 9 de diciembre de 2012

Promesas

Dicen que un hombre vale lo que vale su palabra. Y es cierto.

Todos entendemos que la vida es imprevisible y que los contratiempos pueden jugarnos malas pasadas. Pero precisamente por eso deberíamos aprender a no hacer promesas a la ligera. Tenemos la mala costumbre de usarlas como muletillas, simples palabras que se lanzan al viento, sin valor vinculante, de modo que podamos saltárnoslas cuando nos plazca.

Para Toni su palabra es sagrada. Por eso, horas después de que Elsa le rompa el corazón, con la mente en otra parte, el corazón dividido en mil pedazos y los nervios destrozados, se sienta delante de su ordenador y comienza a teclear la historia que prometió que entregaría al día siguiente.

Sabe que puede poner una excusa y librarse del problema. Si su historia no sale en la revista esa semana no pasará nada. El mundo no se acabará, la gente no se rasgará las vestiduras. Son contratiempos, gajes del oficio, cosas que pasan. Seamos sinceros: a nadie le importa.

A nadie menos a Toni. Prometió que haría algo y piensa cumplir su promesa. Aún cuando no le apetece escribir, cuando sabe que no está en las mejores condiciones para hacerlo. Porque al final lo que queda no son los motivos, sino el resultado. Si rompe su palabra, poco importará el por qué.

Acaba la historia. Es mediocre, muy por debajo de sus posibilidades. Posiblemente se convierta en un borrón en su historial como escritor. Una vez que lo publique, jamás podrá retornarlo al cajón de lo inédito. Si le da vida, la obra, por mala que sea, vivirá.

Y aún así, no le importa. Prefiere decepcionar con el resultado que no faltar a su promesa. Es su credo, su religión. Porque tiene miles de fallos, pero su palabra aún significa algo. Y no está dispuesto a sacrificar esta verdad por nada del mundo.


sábado, 8 de diciembre de 2012

Ironías

Hay miles de cosas en su plan que podrían haber salido mal. Pero lo curioso es que todo salió tal y como lo había previsto. Si alguien creyó que en algún momento la situación iba a descarrilar, es que estaba subestimando los deseos de venganza de Álex.

Pero lo realmente irónico del asunto es que durante un breve periodo de tiempo tuvo absolutamente todo con lo que alguien puede soñar. Empezando por una novia maravillosa por la que llegó a sentir cosas que nunca había sentido antes en su vida y que realmente le amaba.

Encontró a un amigo de verdad. Alguien con quien tenía muchas cosas en común y que hubiera estado dispuesto a dar su vida por él.

Hasta recuperó la excelente relación que mantenía con su ex. Su mejor amiga, su confidente. La persona que mejor le entendía y que más se preocupaba por él.

Una novia, una amiga, un hermano de batalla. Lo tuvo todo. Y renunció a ello conscientemente.

No podemos achacarlo a un arrebato de furia o a un momento de locura transitoria. Tuvo mucho tiempo para pensar en ello. Para rectificar. Pero decidió no hacerlo. Sólo podemos consolarnos pensando que, con el tiempo, acabó aprendiendo de esta experiencia. Que el recuerdo de su error le convirtió en mejor persona. Pero es sólo una suposición. No lograremos nada más.

Álex es el único culpable de la historia. Por satisfacer su ego, causó un gran dolor a tres personas que no se lo merecían. Jugó con ellos, los manipuló y luego los abandonó a su suerte.

No es nuestro Álex, no dejamos de repetirnos. Preferiríamos cambiarle el nombre y descubrir que hemos estado hablando de otra persona. Pero no es así. Todo esto sucedió, aunque en otra vida. En el tiempo en el que Álex no fue Álex. Una situación que, por fortuna, jamás volvió a repetirse.



viernes, 7 de diciembre de 2012

La penitencia

Julia se presenta en casa de Álex, con lágrimas en los ojos. Es lista. Quizás demasiado. Uno de los rasgos que más le enamoró de ella es, en estos momentos, el causante de su perdición.

- Dime que no fue cosa tuya - le pide, casi suplicante - Porque, llámame loca, pero empiezo a pensar que todo lo que has hecho formaba parte de un plan para vengarte de Ángeles

Ha dicho tantas mentiras que no resultaría difícil decir una más. La última. En realidad ni siquiera necesita resultar convincente. Julia le ama y si él lo niega le creerá, porque es lo que desea hacer.

Sólo un último engaño y todo habrá acabado. Tendrá su "felices para siempre". Será el gran triunfador, habrá hecho realidad todos sus sueños

Pero el pozo de mentiras se ha secado. Ya no le quedan fuerzas ni ganas para seguir adelante con la pantomima. Quizás el verdadero Álex, ese al que llegaremos a querer, está tomando las riendas desde el lugar al que ha sido desterrado este último año. Quizás sólo está cansado y ya no quiere seguir adelante. En cualquier caso, se limita a agachar la cabeza.

Julia no le grita ni le hace reproches. Eso es lo que más le duele, que la chica es capaz de conservar la calma. Y antes de irse, simplemente añade, a modo de despedida

- Te quería

Podría decirle que él sentía lo mismo. Es la verdad. Pero, ¿realmente cambiaría algo? Tomó una decisión. Pudo cambiarla muchas veces y no lo hizo. Y ahora tiene que pagar por sus pecados. 

"Ten cuidado con lo que deseas, por si acaso terminas consiguiéndolo". El viejo dicho no se equivoca. Todo salió a las mil maravillas. Así que debería ser un final feliz.

Pero ni siquiera el Álex más cruel y vengativo podría llegar a creérselo. No es tan estúpido.


jueves, 6 de diciembre de 2012

La última venganza

A estas alturas Ángeles y Julia prácticamente han dejado de ser amigas. Y la relación entre su ex novia y Richard pende de un hilo. Es responsable de ambos sucesos y aún así permanece libre de sospechas. Si lo dejara así, ya habría ganado.

Pero quiere más. Todavía no ha saciado su sed de sangre.

Espera dos días y llama a Ángeles. Le pide que se reúna con él y, una vez a solas, le confiesa que no puede dejar de pensar en ella. Se debate entre falsas dudas. Las necesarias para arrancarle a la chica la confesión de que ella también está enamorada de él. Se besan. Hacen el amor.

Álex la convence de que tienen que hacer lo correcto. Han de romper con sus respectivas parejas.  Hoy mismo. Y a la noche volverán a verse en el parque y comenzarán su segunda vida juntos.

Ángeles queda con Richard. Le explica lo que él ya temía: que está enamorada de Álex. La conversación es muy corta. Ella tiene prisa por regresar al lado de su amante.

Pero cuando se encuentran hay una invitada inesperada. Julia, que permanece abrazada a su novio. Ángeles no entiende nada. ¿No se lo ha dicho?

"¿Decirle el qué?", replica Álex. Y entonces Ángeles lo entiende todo. 

Era un trabajo limpio, demasiado limpio. Pero para sentirse satisfecho, Álex necesitaba que Ángeles supiera que él era el responsable de todas sus desgracias. Que lo ha hecho por venganza. Una tan bien ejecutada que la deja a ella como única responsable a ojos de los demás.

Ángeles da media vuelta. Sabe que es estúpido tratar de volver con Richard, pero aún así lo intenta. Se siente demasiado triste, demasiado confusa como para pensar con claridad. Él la rechaza.

El círculo se cierra. La venganza se completa. Telón.



miércoles, 5 de diciembre de 2012

Reacciones provocadas

Ha desperdiciado seis meses de su vida en una venganza absurda. Aunque Álex no estaría de acuerdo en usar la palabra "desperdiciado". Porque para él, cada minuto ha valido la pena. 

Lleva un mes saliendo con Julia, de manera secretamente pública. Lo que quiere decir que no ha tratado de esconderlo, pero se ha asegurado muy bien de que Ángeles no lo sepa. 

Pero llega el momento de propiciar un encuentro casual. Álex y Julia van juntos al cine a la misma sesión a la que él sabe que acudirán Ángeles y Richard. 

Se encuentran a la entrada. Álex los ve primero, a lo lejos. No es de extrañar, los ha estado acechando. Con lo que es capaz de preparar el terreno y besar apasionadamente a Julia a tiempo para ser sorprendidos en el acto.

La reacción de Ángeles no es la que esperaba. Es aún mejor. La cara desencajada de la chica, sus ojos al borde de las lágrimas, el modo en que le tiembla todo el cuerpo. Lo peor es que, aunque lo intenta disimular, todos son testigos de su estado de ánimo. Sobre todo Richard.

Ángeles intenta disimular. Admite su extrañeza al verlos juntos. Y Álex agacha la cabeza, avergonzado. Si no le dijo nada fue porque...porque...

No necesita completar la frase. Queda claro que no es porque él se avergüence de Julia o no la quiera. De ser así no se habría paseado con ella a la vista de todos. Y tampoco porque aún esté enamorado de Ángeles, ya que entonces no se entenderían sus consejos a Richard. La única explicación posible es que sea ella quien aún siente algo por su ex novio.

De repente Ángeles es la mala y la víctima de la película al mismo tiempo. Traicionera y traicionada. Dulce ironía, grata venganza. Y esto todavía no ha acabado.

martes, 4 de diciembre de 2012

Palabras envenenadas, actos reprochables

Queda con Ángeles a petición de la chica. Acaba de tener una discusión horrible con su novio y necesita hablar con alguien. Y no hay persona en el mundo que sepa escucharla como Álex.

Su conversación está plagada de medias verdades, frases inacabadas y pensamientos que no se dicen, pero que están ahí. Ángeles se siente segura, creyendo que el código que utiliza es indescifrable, sin darse cuenta de que el chico con el que habla es quién creó el lenguaje que está usando, quien orquestó la situación y creó los espacios en blanco que tanto la atormentan.

Así es como Álex descubre que Richard y ella han peleado porque ella quiere que le haga más caso y él cree que está siendo egoísta. Intenta consolarla, quitarle hierro al asunto. Seguro que no es más que un malentendido. Están hechos el uno para el otro.

Lo que Ángeles no sabe es que es él quién, de forma velada, animó a Richard a comportarse así. "Somos jóvenes", le dijo. "Hay que disfrutar la vida". "El gran error que cometí mientras estaba con Ángeles fue estar demasiado centrados el uno en el otro. Creo que al final ese círculo vicioso perjudicó nuestra relación"

Cuando la ve más vulnerable, hace una referencia casual a Julia y a lo raro que es que no salga con nadie. Consigue el efecto deseado. De repente la chica, molesta, se empieza a preguntar si al dejar a Álex no cometió un gran error. Uno del que otra mujer parece estar sacando partido.

Ángeles intenta besar a Álex, pero éste se lo impide. Es un error, le dice. Ella en realidad no quiere hacerlo. Si la deja continuar, al día siguiente estará muy arrepentida de sus actos.

El gesto gentil de Álex hace, por supuesto, que Ángeles lo desee aún más si sabe. Ese era el plan, por supuesto. Que sigue saliendo a pedir de boca.


lunes, 3 de diciembre de 2012

Peones

Julia se enamora de Álex, como éste había previsto. Pero lo que no entraba en sus planes es que el sentimiento fuera mutuo.

Esa parte no es fingida. Realmente disfruta de la compañía de la mujer, lo suficiente como para olvidarse de que no mucho tiempo atrás sólo fue el medio para alcanzar a un fin. Ahora es feliz a su lado. Como no recuerda haberlo sido nunca.

Una noche, a la salida de un concierto, se besan. Durante unos segundos dudan sobre qué hacer a continuación, si es buena idea seguir adelante. Pero al final sus emociones ganan la batalla y deciden que, independientemente de lo que el resto del mundo pueda llegar a pensar, tienen todo el derecho a tratar de ser felices.

Hacen el amor. Duermen abrazados toda la noche, sin una sola preocupación. Y el día siguiente vuelven a pasarlo juntos, dando validez a su relación. No ha sido una historia de una sola noche. Lo suyo puede tener futuro. Ambos lo creen, ambos lo desean.

Álex se siente inmensamente feliz. Durante 36 horas olvida todos sus planes de venganza. A pesar de que en este caso no se lo merece, la vida se muestra magnánima con él ofreciéndole una segunda oportunidad de ser feliz. Sólo tiene que aceptarla. Así de sencillo.

El problema llega cuando regresa solo a su apartamento, para ducharse. Sin el olor de Julia embriagando sus sentidos, Álex recuerda sus planes. La rabia aletargada vuelve a adueñarse de su pensamiento, susurrando palabras envenenadas.

Ama a Julia. Debería ser suficiente para parar la locura. Pero no lo es.

No se puede ganar una partida de ajedrez sin sacrificar varios peones. Por mucho que se les quiera.
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domingo, 2 de diciembre de 2012

Ventrilocuos y muñecos

Álex invita a Richard a tomar unas copas, para conocerse mejor. La idea no es suya, sino de Ángeles. Al menos eso es lo que cree la chica. En realidad no es más que el muñeco obediente que, creyéndose vivo, mueve la boca al son de lo que le marca su ventrilocuo.

Para hacerlo creíble, Álex al principio es rehacio a aceptar, aduciendo que es una situación rara. Ángeles se ve forzada a insistir. Prácticamente le ruega que lo haga como un favor personal hacia ella. De esta manera, cuando accede, parece que lo ha hecho por bondad, muy a su pesar.

Lo curioso del caso es que, mientras charla con él por la noche, se da cuenta de que Richard realmente no es tan idiota como pensaba. A decir verdad, en otras circunstancias incluso podrían haber llegado a convertirse en auténticos amigos. Por desgracia nunca lo sabrá.

Ríen y se lo pasan tan bien que a lo largo de la noche comienzan a hacer planes para los siguientes días. Ir a jugar al baloncesto, retarse en una partida de billar... 

En otras circunstancias posiblemente todo se habría quedado en agua de borrajas. En los buenos deseos de un par de tíos con unas copas de más que, a la mañana siguiente, se dan cuenta de que realmente no tienen tantas cosas en común como les gustaría pensar. Pero de nuevo Álex se ocupa de que no sea así. Llama a Richard, le recuerda sus planes. Y el joven acepta, encantado.

Se convierten en inseparables. Tanto que, de nuevo, Ángeles comienza a ponerse celosa. Habla de eso una noche con Richard, que la acusa de ser egoísta. Lo que no deja de ser verdad, aunque la hayan empujado a comportarse así. Tienen una fuerte discusión.

Lo peor es que ni siquiera puede pedirle a Álex que no sea amigo de su novio. No, teniendo en cuenta que la idea fue suya. O al menos eso es lo que cree el pobre muñeco engañado.


sábado, 1 de diciembre de 2012

Amigas

Álex decide usar el arma más destructiva del mundo: la verdad.

Le cuenta a Julia que ha vuelto a ser amigo de Ángeles y que ha conocido a su nuevo novio. Habla maravillas de él, admitiendo que es capaz de hacerla feliz de un modo que él nunca fue capaz. Se menosprecia a posta, con falsa humildad.

De repente, se le ocurre una gran idea. Deberían quedar los cuatro para tomar algo. Lo dice con despreocupación, sin que la situación le parezca extraña. Es imposible detectar segundas intenciones en sus palabras. Pero las hay. Vaya que sí.

Lo curioso del caso es que, cuanto más insiste Álex, menos ganas tiene Julia de que su amiga se una a ellos. Ha empezado a disfrutar de la compañía del chico y ahora no le apetece compartirlo con nadie. Y menos con la mujer que le destrozó el corazón. Por mucho que esa mujer sea, teóricamente, su mejor amiga.

Una vez que Álex se percata de este hecho, una tarde, de forma aparentemente casual, le comenta a Ángeles que ha quedado con Julia. Sí, se han hecho amigos. ¿No se lo había dicho?

Su ex novia hace exactamente lo que él espera: va rápidamente a hablar con Julia. A pedirle que no quede con Álex. Pero no es capaz de darle un sólo motivo convincente por el que tendría que hacerle caso. Y como jamás admitirá que está un poco celosa, su alegato no tiene ninguna fuerza. Simplemente parece el capricho infantil de alguien acostumbrado a salirse siempre con la suya.

Julia, por su parte, se molesta ante la actitud de su amiga. No le gusta que le digan a quién puede ver y a quién no. Y de este modo su interés por Álex se acrecienta. No piensa hacerse a un lado.

Las dos amigas pelean. En las sombras Álex observa, satisfecho.