lunes, 18 de junio de 2012

154. Confesiones sinceras

Kim y Álex están sentados en un tranquilo pub, bebiendo unas copas, cuando él, como quien no quiere la cosa, le confiesa:

- Me gustas mucho

Kim se atraganta con la bebida. Realmente no le sorprende el hecho en sí, sino el que se haya atrevido a decírselo con tanta naturalidad. En un intercambio de roles perverso, ella es quien se siente nerviosa mientras el chico parece totalmente calmado tras soltar la bomba.

- Vaya...yo...

"No me lo esperaba", es la coletilla típica que acompaña a ese inicio de frase. Pero Kim es cualquier cosa menos "típica", así que decide cambiar su discurso.

- ...en realidad me lo esperaba. Quiero decir, lo intuía. Pero sinceramente no creí que me lo fueras a soltar así, por las buenas
- ¿Por qué no? - Álex sigue sin perder la compostura - Es lo que yo siento. Lo que tú sientas no tiene que depender en ningún caso de mi confesión. Si te gusto, creo que habré dado un importante paso para acelerar las cosas. Y si no, es mejor que todos sepamos dónde estamos

Por supuesto no le cuenta que ya usó esa técnica en el pasado con Anabel, cuando ella estuvo a punto de rechazarlo. Ni que Toni igualmente la utilizó hace poco, con resultados funestos. Se da cuenta de que tanto él como su círculo de amigos son muy malos planteando este tipo de informaciones. Posiblemente todos los hombres tengan el mismo defecto.

La chica se da cuenta de que tiene que dar una respuesta. Lo que sea, menos el silencio. Y entonces, desobedeciendo a su cerebro, prueba a hacer algo arriesgado: ser igual de sincera.


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