sábado, 2 de junio de 2012

138. Choques

Por un momento le creyó. Por un breve instante de tiempo pensó que Javi podía volver a ser aquel encantador chico que tenía fe en ella aunque a veces corrigiera su trabajo. Que era posible que olvidaran todo lo ocurrido y recuperaran su amistad. Hasta esta mañana.

Silvia entra como una exhalación en el despacho del guionista y arroja sobre la mesa un manojo de papeles arrugados que originariamente eran un guión.

- Lo has cambiado todo - le acusa - Absolutamente todo el tercer acto
- Lo sé

Por un instante Silvia no sabe qué responder. La contestación tan sincera de Javi la ha desarmado, era algo que no se esperaba. Creía que él trataría de defenderse, de explicar lo inexplicable. Pero no. El chico, con toda la calma del mundo, se limita a asentir mientras la mira fijamente sin que en sus ojos se adivine ni el más mínimo sentimiento de culpa.

Tarda en reaccionar, pero cuando lo hace es golpeando la mesa con rabia.

- ¿Es una venganza? - le espeta - Porque yo no he hecho nada malo. Es más, te recuerdo que fuiste tú quien...
- No es ninguna venganza - le corta Javi antes de que Silvia diga algo de lo que luego pueda arrepentirse. O que él prefiere no escuchar. 
- ¿Entonces de qué se trata? - pregunta, aún dolida, con suspicacia

Javi inspira profundamente y se levanta, decidido a explicárselo. Eso es lo que más saca de quicio a Silvia. Que vuelva a comportarse como un profesor dando una lección a una estudiante de primer curso. Exactamente como lo hacía antes de que las cosas comenzaran a complicarse.


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