martes, 1 de mayo de 2012

106. Una sonrisa

Como sucede con las grandes revelaciones de la vida, todo sucede de un modo casual e inesperado.

Están en la playa. Javi ha saltado al agua, mientras Álex y Toni permanecen en la arena, tumbados en sus respectivas toallas, tomando el sol. Sumidos en sus pensamientos.

Álex tiene los ojos cerrados, por lo que no es testigo del inicio de la acción, aunque es fácil rellenar los huecos. Los gritos de Toni. El agua salpicándole. La cara de Javi mientras sostiene un cubo de playa que ahora está vacío, pero segundos antes no.

Toni se levanta como un resorte, enfadado, mientras Javi no puede dejar de reír. Al ver cómo su amigo se acerca con muy malas pulgas, comienza a retroceder a marchas forzadas.

Comienza la persecución. Toni jura que se lo hará pagar. La amenaza es seria y Javi lo sabe, pero aún así, por algún motivo, no puede dejar de reír, lo que exaspera aún más a la víctima de su broma, para quien atraparle se convierte ya en una cuestión de orgullo.

Sin  escapatoria, Javi termina rindiéndose, pero todavía debe afrontar el castigo por su travesura. Toni le hunde la cabeza en la arena, sin hacer caso a sus súplicas.

Parecen dos críos pequeños jugando despreocupadamente. Y al verlos Álex piensa "qué payasos" y sonríe de un modo tan sincero que llega a asustarse, porque es una sensación que creía olvidada. Y comprende que por fin la vida está siguiendo su curso.

Pero no le apetece pensar en ello, sino disfrutarlo. Así que corre hasta la orilla, llena de nuevo el cubo y lo derrama sobre Javi y Toni, entre risas. A veces lo inteligente es divertirse como un crío y no darle vueltas a los grandes misterios de la vida, creyendo que eso es lo que significa ser adulto.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario