domingo, 27 de mayo de 2012

132. Celos

Javi llega al hotel sin ganas de hablar sobre su día. Pero entonces Toni le cuenta que ha conocido a Lorena y comprende que, en comparación, preferiría estar relatando todos los sucesos del día.

Está celoso. Lo sabe desde el primer momento, al menos no se engaña a sí mismo. No quiere compartir a Lorena con nadie. Su historia debería ser sólo suya, sin intromisiones, sin nuevos jugadores sobre el tablero. Él la conoció primero, fue su primer amigo. 

Por supuesto, nada de eso es verdad. Antes de que llegara al pueblo, Lorena ya tenía amigos y una vida. Pero no tenían nada que ver con el guionista, de manera que, en su cerebro, eso no cuenta. 

Es como lo que sucede en el amor. Podemos entender que nuestras ex parejas rehagan sus vidas con una nueva persona. Pero si se trata de alguien a quien conocemos, un amigo...es una conexión demasiado íntima, demasiado profunda. Y por alguna razón, nos molesta mucho más.

Lo cierto es que las personas a las que queremos tenían una vida antes de nosotros y seguirán teniéndola después. Aún así, deseamos pensar que nosotros nos llevamos la mejor parte. No soportamos la idea de ser sólo una nota a pie de página en la vida de alguien que fue tan importante en nuestra existencia.

Javi quiere que Toni sea feliz. Pero una parte de él desea que lo consiga con una desconocida y no con Lorena. Se siente como si le estuviera robando su sitio, su papel, sus recuerdos.

Al final es una cuestión de inseguridades y egos. La base de los celos. El temor a que exista alguien que pueda triunfar donde nosotros fracasamos. 

No dice nada. Pero un dolor en el lugar en el que siempre ha creído que se aloja el alma le mantiene en vela buena parte de la noche.


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