viernes, 18 de mayo de 2012

123. Empezar de cero

Toni llega al aeropuerto con mucha antelación. Es una de sus manías. Lo cierto es que no le molesta esperar durante horas. Es una persona solitaria, así que se ha acostumbrado a aprovechar estas ocasiones para intentar ordenar un poco sus pensamientos.

No tiene un plan. Al menos no uno demasiado elaborado, de esos con los que le gusta contar. Siempre intenta ir dos pasos por delante. Lo que en el fondo es bastante estúpido, porque hasta ahora ese planteamiento no le ha ido demasiado bien. Pero sigue pensando que es lo correcto.

Sin embargo esta vez se está lanzando a la aventura. Sólo quiere alejarse, ver cómo todo se quema hasta los cimientos y renacer de entre las cenizas, con menos equipaje a la espalda.

Sabe que no es tan sencillo, que el pasado jamás desaparece del todo. Incluso entiende que hay quienes puedan pensar que sólo se está tomando unas vacaciones de sí mismo, aunque aún no lo sepa. No le importa. Ahora mismo intenta centrarse en el presente más inmediato.

A pesar de su carácter, a pesar de su falta de empatía, la nómina de actores secundarios en su vida es sorprendentemente larga, aunque muchos no vengan al caso en esta historia. Y es consciente de que debería empezar a acortarla. Aunque hacerlo tampoco tenga repercusiones directas sobre esta segmentada selección de los acontecimientos de su vida.

Es un libro cerrado al que todos creen conocer. Pues bien, mejor para ellos si es así. Aunque está casi seguro de que se equivocan. Lo importante es dejar de sorprenderse negativamente a sí mismo.

Ha cometido errores. Y no hay nada de malo en ello. Siempre y cuando aprenda a no repetir dos veces las mismas equivocaciones.

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