viernes, 25 de mayo de 2012

130. Después del final

El corazón humano es tan voluble como caprichoso. Lo que hoy ansiamos, mañana podemos odiarlo con todas nuestras fuerzas. Anhelamos lo que ayer ignorábamos con determinación.

Hubo un breve periodo de tiempo en el que Javi contenía la respiración al doblar cada esquina en el plató, deseando ver a Silvia a lo lejos. Su día mejoraba sólo con respirar el mismo aire que ella.

Hoy, por el contrario, lleva todo el día tratando de evitarla a toda costa. Consciente de que no podrá hacerlo eternamente. Pero sintiendo al mismo tiempo que aún no está preparado para quedarse a solas con ella. No sabe qué decirle. No sabe qué sentir. Y la incertidumbre es el peor de los sentimientos. Totalmente imprevisible e incontrolable. Dos palabras a las que siempre ha temido.

Su historia terminó. Pero en la vida real no hay fundidos a negro ni títulos de crédito, así que la vida sigue incluso cuando creemos haberle dado carpetazo a nuestro relato. Aquí no existe la simetría, los finales perfectos, las historias redondas. Vivimos en un mundo confuso y desorganizado.

Piensa que ha ganado la batalla a este día cuando encuentra a Silvia en la puerta de entrada.

- ¿Vas a evitarme todo el rodaje?- pregunta Silvia, tan directa como siempre
- Yo no... tienes razón, es infantil. Simplemente no sabía qué decir. En fin, ¿cómo estás?
- Bien - contesta una Silvia que acaba de darse cuenta de que ella tampoco sabe muy bien cómo abordar la situación

Javi sigue caminando, pero tras avanzar unos metros se gira de nuevo hacia la chica.

- Conseguiremos que esto funcione. Te lo prometo

Pero no sabe si se refiere al trabajo o a su amistad. En cualquier caso, tampoco está seguro de estar siendo del todo sincero.


No hay comentarios:

Publicar un comentario