viernes, 30 de marzo de 2012

74. Tabú

En las películas, el fundido a negro final nos evita tener que reflexionar sobre preguntas incómodas que ninguno queremos hacernos. Como el hecho de que el último beso en realidad marca el punto de partida de una nueva historia. Una en la que no hay garantías de que todo vaya a ir bien.

Un enfoque más realista es el de la película "Garden State". Cuando, tras reencontrarse decididos a ser felices para siempre, Zach Braff y Natalie Portman se miran y se preguntan "¿y ahora qué?".

Esa es la cuestión. Y ahora qué.

Toni y Elsa desean vivir en el fundido en negro. Haciendo malabarismos para no tener que admitir, ni siquiera pensar, lo jodidos que están. Sus risa, su tregua, son sólo parches temporales colocados en las heridas que ambos atesoran y que algún día tendrán que curar debidamente.

Pero mientras, en la cafetería, actúan como si hace menos de una semana no se hubieran dicho adiós para siempre. Como si él no la amara y ella no temiera que él nunca deje de amarla. Juegan a ser normales. A alejar sus fantasmas con risas sinceras.

Durante un buen rato lo consiguen. Entonces Elsa piensa en Pablo y está a punto de nombrarlo en la conversación. Se detiene a tiempo.

Sin embargo Toni es capaz de adivinar su pensamiento. Y una punzada de dolor reabre su herida, pero no permite que la tristeza le avata. Tras un segundo de dudas por parte de ambos, continúan la conversación donde la habían dejado, en un tono cálido y amistoso.

Entre ellos todavía hay ciertos temas que son tabú. Que puede que nunca dejen de serlo. Lo saben y optan por ignorarlo, mirando hacia otro lado. Aplazan su "¿y ahora qué?" hasta que sepan, si no la respuesta, al menos cómo encarar la pregunta.

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