lunes, 19 de marzo de 2012

63. Dudas y misterios

Álex hace un resumen precipitado de lo que María le contó horas atrás. Al parecer, Anabel se veía con otro chico de una ciudad cercana. O eso cree María, aunque Anabel no llegó a confesárselo abiertamente. Pero  ella conocía a su amiga. Y además están todos esos viajes, el secretismo...

Kim reflexiona sobre los datos que Álex acaba de proporcionarle e intenta encajarlos.

- Así que, hasta donde sabes, Anabel quizás conocía a alguien que puede que fuera un hombre y que tal vez suponemos que fuera su amante. Cielos, es todo tan evidente...
- Yo tampoco quería creerlo. Pero volví a casa, rebusqué entre sus cosas y encontré esto.

Le muestra a Kim una  fotografía de una sonriente Anabel junto a un joven desconocido.

- ¡Uau! Anabel y otro tío posando para la cámara delante de un centro comercial. Vale, me has convencido. Esta sí que es una prueba esclarecedora. Qué putón.
- No te burles. Mañana por la noche salgo  de viaje, para encontrarle y aclararlo todo
- ¿Y qué vas a ganar con eso? - Kim intenta ser la voz de la razón - Quiero decir, suponiendo que fuera real, suponiendo que tuviera una aventura, ahora, ¿qué más da?
- No lo sé - admite Álex - Pero tengo que averiguarlo. Y me gustaría que vinieras conmigo
- ¿Te has vuelto loco? ¿Y qué hago con mi consulta, la cierro? ¿Y mis otros pacientes? Eso por no hablar de lo poco ético que es que como terapeuta...
- Te lo estoy pidiendo como amiga.

Kim mira a Álex y niega con la cabeza. Álex no muestra enfado. Se limita a pedir perdón, darle las gracias e irse, cerrando la puerta con delicadeza. Eso es lo que más le duele a Kim. Que incluso en ese momento, en el que ella acaba de fallarle, él sea capaz de comportarse con tanta gentileza.


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