viernes, 23 de marzo de 2012

67. Domingo

Es domingo y Javi está sentado en la cama del hotel que ahora llama casa, mirando a Silvia mientras duerme, preguntándose cómo de grande es el error que está cometiendo. Y como no le gusta la respuesta que se da, se concentra en acariciarle el pelo y besarla en los labios cuando ella despierta, con una sonrisa que no se corresponde con la de alguien que acaba de cometer una gran traición.

Es domingo y Toni y Elsa ríen en una cafetería, en el día 2 de su nuevo, imperfecto y provisional arreglo, como si hubieran averiguado el modo de introducirse en un paréntesis en medio de su historia, disfrutando simplemente de su compañía, sin que pasado o futuro importen lo más mínimo.

Es domingo y Eli echa de menos a Javi en el rodaje, tras buscarlo infructuosamente con la mirada. Y recuerda un baile, y una sonrisa, olvidando otros demonios que hacen cola por atormentarla.

Es domingo y Pablo sale de casa, preguntándose si Elsa volverá esa noche, y sin tener del todo claro si desea que lo haga. Entiende que, pase lo que pase, hoy tampoco será un buen día.

Es domingo y Lorena duerme hasta tarde, tras otra noche de fiesta con sus amigas. Pero contenta tras recibir un mensaje de buenas noches de su nuevo amigo, el guionista sin rumbo, que la ha llamado Amelie y le ha puesto un divertido emoticono de un pingüino en el texto.

Es domingo y Álex tiene el coche preparado para un viaje sólo de ida, del que no sabe absolutamente nada salvo que su determinación por encontrar respuestas es inquebrantable. Y está a punto de arrancar el coche cuando alguien se presenta en su casa, ofreciéndose como copiloto si el puesto todavía está disponible. Y Álex le abre la puerta a Kim, sintiendo que, pase lo que pase, este viaje ya ha merecido la pena.


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