miércoles, 15 de agosto de 2012

212. Lecciones útiles

- ¿Querías verme? - pregunta Silvia

Javi asiente con la cabeza. Se le ve de un inusual buen humor. Lo que, piensa inmediatamente la guionista, quiere decir que ha encontrado un nuevo y retorcido modo de joder mi trabajo.

- Sabes que la película está a punto de acabarse, ¿verdad?  Sólo queda reescribir la secuencia final
- Ajá. Y me has llamado para restregarme por la cara que también me lo vas a cambiar todo
- No. Te he llamado para encargarte que te ocupas tú de escribirlo

Escucha las palabras. Gramaticalmente tienen sentido. Forman una frase perfectamente entendible, clara, coherente. Pero a Silvia le cuesta trabajo asimilarla, como si hubiera una trampa oculta y algo se le estuviera escapando. Nerviosa, no puede evitar sonreír.

- ¿Quieres que...? ¿Yo? ¿En serio?
- Ey, desde el primer momento te dije que tenías mucho talento - Javi no oculta lo feliz que le hace verla tan contenta - Sólo necesitabas pulirlo.
- Gracias, gracias, gracias - no sabe si abrazarle o no y le cuesta respirar con normalidad - Siento haber dicho que eras un gilipollas engreído
- Probablemente lo fuera. Y algún día alguien pensará lo mismo de ti, cuando estés "destrozando" su trabajo para crear algo mejor

En la universidad Silvia no aprendió casi nada de ninguna clase. No está acostumbrada a recibir lecciones útiles. Pero es consciente de que, pese a los malos momentos y a lo duro que ha sido, gracias a Javi ahora es mejor guionista que hace dos meses. Posiblemente debería odiarlo aún más por ello. Pero está demasiado ocupada en saborear la buena noticia como para pensar en eso.




No hay comentarios:

Publicar un comentario