martes, 24 de abril de 2012

99. Paréntesis

Deciden hacer un paréntesis en sus vidas e irse una semana de vacaciones. Desaparecer para cobrar fuerzas y volver a plantar batalla a la vida.

La idea parte de Álex. Si en las últimas semanas no se veía preparado para abandonar su hogar, ahora es justamente lo contrario. Necesita salir de allí desesperadamente. Tiene que poner algo de distancia para sentirse más próximo a Anabel, si es que eso tiene algún sentido.

No quiere estar solo. No mientras ordena sus pensamientos, no en la parte final de su duelo. Así que se le ha ocurrido invitar a sus dos mejores amigos a la casa de la playa que tienen sus padres. Está convencido de que les vendrá bien pasar algo de tiempo juntos.

Toni y Javi habrían aceptado aunque pensaran que es la peor idea del mundo. Sólo por ver a su amigo feliz (y fuera de esa maldita casa, que por momentos parecía su tumba) ya merece la pena. Pero lo cierto es que a ellos ese cambio de aires también les viene bien. Es el momento propicio para lamer sus heridas y mirar al futuro con un poco más de optimismo.

Nadie les espera ni tienen compromisos que cumplir, así que aceptan con júbilo la idea y comienzan a hacer las maletas, con vistas a salir esa misma noche.

Son conscientes de que tarde o temprano tendrán que compartir sus preocupaciones, porque eso es lo que hacen los amigos. Y que escucharán consejos que no quieren oír y darán opiniones que puede que no sean bien aceptadas al principio. Pero eso también es lo que hacen los amigos. Preocuparse los unos por los otros. Y cerciorarse de que todo está en orden.

Lo ven como un paréntesis, pero en el fondo no lo es. Se trata de un nuevo capítulo en sus vidas. La posibilidad de redimirse y regresar a la tan perdida como anhelada senda de la felicidad.


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