viernes, 27 de abril de 2012

102. Agobios

A Javi nunca le ha gustado el juego del tetris. Se pone nervioso al ver cómo las piezas se van quedando atoradas unas encima de otras, creando estructuras imposibles de deshacer.

En su vida muchas veces se siente exactamente así. Como si se le acumularan multitud de asuntos pendientes, hasta el punto de que termina por sentirse bloqueado al querer hacerlo todo a la vez y no tener ni remota idea de por dónde empezar.

Mientras está en la cama, de repente le han venido a la cabeza multitud de cosas que necesita hacer. Luchar por su guión, arreglar las cosas con su padre, leer libros que tiene pendientes, ver a amigos a los que prometió llamar hace una eternidad, recuperar películas que tiene prestadas... asuntos serios y banales que se entremezclan sin orden ni concierto y que, por algún motivo, le parecen igualmente importantes todos,. 

Incapaz de priorizar, y sintiendo que empieza a agobiarse, se levanta de madrugada y sale al porche, para tomar algo de aire fresco.

Pasados unos minutos Álex sale de la casa y se sienta a su lado, en silencio. No le pregunta nada, cosa que Javi agradece. Simplemente permanece allí, a su lado, mirando el horizonte.

Por extraño que resulte, la presencia de su amigo hace que Javi por fin encuentre un poco de paz. Sintiéndose arropado, logra disipar las preocupaciones de su cabeza. Comprende que debe encarar las cosas tal y como vengan, sin ponerse nervioso. Paso a paso.

Javi sonríe, aliviado. Al comprobar que su amigo está mejor, Alex se levanta y regresa al interior de la casa, en silencio, con la sensación del trabajo cumplido. A veces las palabras estorban y los gestos imperceptibles son los que marcan la diferencia.

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