jueves, 5 de abril de 2012

80. La zona oscura

Ni siquiera las historias corales pueden hacer justicia al amplio, complejo, a veces confuso pero en líneas generales fascinante entramado que es la vida.

Simplificamos los sucesos. Intentamos hacernos comprender a base de pequeñas pinceladas. Lo que no es malo, siempre y cuando no nos olvidemos de que, a nuestro alrededor, siempre hay mucho más de lo que aparenta a primera vista. Como se suele decir, el diablo está en los detalles.

Esto significa que, más allá de sus problemas con Sara, Silvia, Lorena o Eli, más allá de su inquebrantable amistad con Álex y Toni, lo cierto es que Javi tiene una vida íncreíblemente rica, llena de otros personajes importantes que, para los propósitos de esta historia, permanecen en la zona oscura. Pero no en el olvido.

Javi tiene una familia que le quiere y a la que adora. Padres, hermano, tía, prima, pequeñajas a las que llama sobrinas. Una abuela a la que echa mucho de menos.

Javi tiene muchos amigos, más de los que sinceramente cree merecer. Pero ha llegado a convencerse de que algo bueno debe hacer para que la gente se resista a abandonarle. Para que de vez en cuando, como en su cumpleaños, se vea sorprendido por muestras de cariño de personas cercanas y no tan cercanas, a los que puede que lleve mucho tiempo sin ver (aunque en un rinconcito de su alma siempre los lleva consigo). Pero que siempre están ahí.

Toda esa gente, y mucha más, hacen de Javi quien es. Le completan. Y aunque no caben en una historia que debe limitar su número de cabos sueltos, se merecen también su pequeño homenaje. Porque en el día a día la zona oscura puede parecer invisible e irrelevante. Pero en realidad es la especia que da a su vida ese sabor tan delicioso del que no está dispuesto a desprenderse jamás.

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