sábado, 7 de abril de 2012

82. El otro lado del espejo

Hay una escena en la película "Primos" que a Javi siempre le ha gustado especialmente. Es esa en la que el protagonista admite que le da lo mismo quedarse con cualquiera de las dos chicas. Sólo quiere que alguien le quiera.

Es triste tener que admitir que una persona puede actuar guiada por ese principio. Y sin embargo, en la habitación del hotel, enfrente del espejo, Javi está listo para confesarse a sí mismo que esas cosas no sólo suceden en las películas. Porque es lo que le está ocurriendo ahora mismo.

Días atrás aún pensaba en Sara. Después flirteó con Eli. Se ha liado con Silvia y tiene fuertes sentimientos por Lorena (no cree estar enamorado de ella, por favor, más complicaciones no. Y aún así no puede pasar por alto la conexión que tiene con la excéntrica y encantadora taquillera del cine) Denasiadas mujeres en la ecuación.

Una vez una amiga, metida en un triángulo amoroso, le dijo que cuando quieres a más de una persona a la vez es que realmente no estás enamorado de ninguna. Con el tiempo ha escuchado varias veces teorías opuestas, pero este razonamiento siempre le ha parecido el más coherente, sincero y honesto.

Así que sabe cuál es el problema y el por qué de su actitud. Ojalá con eso se resolviera todo. Pero entender qué te ocurre y ser capaz de ponerle remedio son dos cosas muy distintas.

Lo único que sabe es que él, que siempre ha tenido una especie de idilio consigo mismo, en este preciso instante no está nada contento con el rostro que le suplica perdón desde el otro lado del espejo. Quizás porque todavía no sabe cuál es exactamente el pecado, ni cómo va a encontrar la salida del laberinto de sentimientos en el que se haya sumido por su propia torpeza y debilidad.

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