miércoles, 22 de febrero de 2012

37. Centro de mando

Los sentimientos son una droga que nublan nuestro sentido del juicio. Lo magnifican todo, envolviéndonos en un manto de peligrosa irrealidad donde lo divertido y lo triste no tiene límites.  Pero lo más peligroso es que, a la mínima distracción, nos convierten en autómatas que reaccionan a órdenes incoherentes dictadas por un centro de mando desesperado.

Durante el último mes Javi no ha dejado de espiar (esa es la palabra) el muro de facebook de Sara. Ha querido escribir miles de veces, pero no lo ha hecho. Incapaz de cortar el cordón umbilical, al menos ha conseguido sellar su boca.

Cuando días atrás Sara tomó la iniciativa y le escribió, la tentación se hizo más fuerte. Aún así, se mantuvo firme. Pero un mensaje de voz es más de lo que está preparado a resistir. Los sentimientos, contradictorios y caprichosos, resquebrajan su voluntad, obligándole a capitular.

- ¿Qué tal estás? - pregunta Javi por facebook. La respuesta llega en apenas segundos
- ¿Me echas de menos?

Sí. Claro que la echa de menos. Es lo que teclea, pero tras un segundo de pausa, se convence para borrar la respuesta y sustituirla por otra pregunta.

- ¿Quieres que te eche de menos?

Silencio. Durante minutos, facebook permanece dormido, sin arrojar nuevos mensajes. Hasta que al final llega la respuesta de Sara, en forma de enlace.

http://www.youtube.com/watch?v=8St3HAwJOYU. Una canción. Un mensaje.

La puerta de entrada a un universo de confusión, esperanza y dolor, deliciosos manjares para el cúmulo de sentimientos que se han hecho con el control de sus actos.

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