martes, 7 de febrero de 2012

22. Nubes

Un perro que persigue su propia cola, un corazón en busca de su propietario, un descapotable que se ha dado a la fuga...

Esas son las figuras que ve Kim en las nubes, tumbada en la hierba, sonriendo ante los pequeños detalles que se escapan cada día entre los dedos de observadores menos avispados, que caminan con prisa como si creyeran que el mundo se detendrá si clavan ambos pies en el suelo.

Eva localiza a su amiga. Sabe dónde buscarla, es lo que tiene la amistad. Códigos secretos que sólo tienen sentido en círculos reducidos. Se recuesta a su lado y mira hacia el cielo

- ¿Qué tal con tu nuevo paciente? - pregunta
- Encontró al amor de su vida a los 25. Y cree que la vida le ha castigado por la suerte que tuvo
- ¿Tú estás de acuerdo con él?
- ¿En lo del castigo?
- En lo de que encontró al amor de su vida.

Kim se queda en silencio. Un vaquero se desliza por los aires, seguido por una carroza gigante que lleva a la Cenicienta a su baile.

- No lo sé. Quizás. Es como el haba en el roscón de Reyes, ¿no? A alguien le tiene que tocar

Eva le da un beso en la mejilla a Kim. Ambas han compartido historias de amores y desamores que, por desgracia, no terminaron siendo "el amor de sus vidas".

El cielo se ve invadido, de repente, por una gran nube gris que comienza a descargar una intensa lluvia. Eva se levanta, intentando no mojarse. Kim permanece tumbada, en el suelo, preguntándose quién le partió el corazón a esa nube para que ahora se sienta tan triste.

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