jueves, 2 de febrero de 2012

17. El mejor día

El día más feliz en la vida de Alex no tuvo nada de especial y a la vez lo tuvo todo.
´
Era un sábado de enero y hacía frío. Anabel estaba agotada porque había empezado a trabajar hacía solo unas semanas, así que Alex le llevó el desayuno a la cama. La despertó con un beso y ella iluminó el mundo con su sonrisa.

Tras desperezarse, Anabel lo convenció para que se fueran de excursión. "Hace un día estupendo", dijo en tono de súplica. Era mentira, por supuesto. Pero a pesar de lo mucho que él odiaba los planes improvisados, quiso complacerla y fingió que la creía. Ella fingió no darse cuenta.

Se vistieron. Él se puso unos vaqueros viejos. Ella, un gorro blanco con orejeras y un anorak violeta. Estaba preciosa. Siempre lo estuvo.

Cogieron su viejo coche, que los dejó tirados en la cuneta en mitad de ninguna parte. Los dos se miraron y se rieron. Y bajaron del coche, decididos a que aquel contratiempo no estropeara su día.

En la zona había nevado. Anabel le lanzó una bola de nieve que le dio en la cara. Él contraatacó. Jugaron como niños pequeños y rieron hasta que acabaron agotados.

Llamaron a la grúa. Volvieron a casa y se acurrucaron. Anabel tenía sueño, pero se resistía a dormir. Le confesó que tenía miedo a que, si cerraba los ojos, la magia desapareciera. Pero sus temores no se cumplieron. Vivieron muchos más días excepcionales. Hasta que se acabaron.

Ese fue el mejor día en la vida de Álex. El problema es que los detalles están equivocados. Las fotos demuestran que el anorak era verde, no violeta. Y Anabel consiguió trabajo en mayo.

Alex se estremece al pensar lo frágiles que son los recuerdos. Le aterra la idea de irla olvidando poco a poco en su mente. De confundir el orden de sus sonrisas, sus besos, sus "te quiero".

No hay comentarios:

Publicar un comentario