viernes, 10 de febrero de 2012

25. Motivos por los que Javi es guay

En el salón de su casa, acompañada por su amiga Marta, Lorena se entretiene elaborando una lista sobre los motivos por los que Javi, el guionista que acaba de llegar al pueblo, es un tío guay.

Lorena siempre se deja llevar por las primeras impresiones. Y Javi le cayó bien desde que se plantó en la taquilla y sonrió mientras pedía su entrada. Casi nadie sonríe nunca.

Lorena coge el bolígrafo y comienza a escribir, empezando por lo evidente.

1. Le gusta Amelie. Eso es importante. Sobre todo porque no la mira como un bicho raro cuando habla del tema. Incluso sabe datos de la peli que ella desconocía.

2. Es divertido. A pesar de ser algo cortado (aún recuerda la cara que puso cuando lo invitó a su casa, como si le estuviera haciendo algún tipo de proposición deshonesta) tiene gracia. Y además se ríe con las ocurrencias de Lorena. No es algo que le suceda muy a menudo. Y sienta bien.

3. Es mono para ser mayor.  4. Trabaja en el cine. 5. Ha viajado mogollón. 

Probablemente hayan más cosas, pero Marta se aburre y Lorena deja aparcada la lista para salir con su amiga a dar una vuelta. De todos modos ha hecho trampas. El motivo principal no lo ha apuntado, eso se lo guarda para ella.

Porque Lorena sabe calar a la gente. Vaya si sabe. Y detrás de esa fachada de guionista bohemio, de tipo listo con un trabajo interesante, Javi parece estar completamente perdido. Tiene ese aire de no saber qué hacer con su vida, de dar vueltas en círculo golpeándose contra las mismas paredes.

No le habla a Lorena con ese molesto tono de superioridad de los adultos, de saber todas las respuestas. Al contrario, parece suplicar ayuda desesperadamente para encontrarlas. Y ese punto de tristeza existencial es, en último extremo, lo que le hace tan jodidamente guay para su gusto.

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