domingo, 5 de febrero de 2012

20. La escena del restaurante

Silvia entra como una exhalación en el despacho. Mira a Javi con tono muy serio, pero al advertir una leve sonrisa en su rostro, recuerda lo que le dijo el primer día y da marcha atrás a las palabras que ya tenía preparadas, añadiendo un poco creíble prólogo

- Primero, sigo sin odiarte. Y segundo, lo que has hecho con la escena del restaurante es sencillamente espantoso
- En tu opinión - apostilla él sacándola de quicio - Pero gracias por el comentario.

Silvia se desespera. Se sienta sin invitación y, atropelladamente, comienza a enumerarle motivos por los que la escena era maravillosa tal y como la tenía ella, y cómo ha perdido toda razón de ser con la reescritura. Habla y habla y habla, y Javi la deja hablar hasta que se queda sin fuelle.

- ¿Has terminado?
- Sí. Eso creo - de repente se siente asustada, al caer en la cuenta de que acaba de abroncar al que, por mucho que intente no verlo de ese modo, ahora es su jefe.

Pero Javi no parece afectado ni enfadado. Es más, sigue de un irritante buen humor.

- Hagamos una cosa - dice con serenidad - Bajemos al plató. Veamos la grabación de la escena. Si está siendo un fracaso, volveré a tu versión. ¿Trato hecho?

Silvia asiente, preguntándose dónde está el truco. Lo tiene tan claro... Y en parte tiene razón, porque la grabación se está eternizando...porque los actores no dejan de reírse. A carcajadas.

Al acabar la toma, hay aplausos. Todo el mundo tiene una sonrisa en los labios. Javi mira a Silvia y se encoge de hombros, lo que, por algún motivo, a ella le parece un gesto de lo más exasperante. En ese momento ni siquiera intenta fingir que no lo odia un poquito.

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