martes, 25 de septiembre de 2012

253. Pasar página

Las primeras semanas de Lorena en la universidad son desconcertantes para ella. Se siente como pez fuera del agua, desprotegida, vulnerable. Acaba de entrar en un universo completamente nuevo con reglas que aún no comprende del todo. Y eso la asusta y la motiva a partes iguales.

Sale de fiesta con Laura prácticamente todas las noches. Se divierte sin divertirse y habla sin contar nada. Por cada confesión que hace, se guarda dos. Apenas menciona a Toni. Para contrarrestarlo, piensa en él constantemente, de un modo casi obsesivo.

El día que termina de desembalar la última de sus cajas sufre una crisis de pánico. Se siente una impostora y por un momento tiene la tentación de salir corriendo y regresar a su pueblo natal. Afortunadamente se calma a tiempo, dándose cuenta de lo absurdo que resulta ese pensamiento.

Conoce a unos cuantos universitarios, la mayoría de los cuales trata de coquetear con ella. Belleza y novedad, irresistible combinación. Al principio mantiene la guardia alta. Luego la baja lo suficiente para ser encantadora sin comprometerse a ser nada más. Y finalmente conoce a un chico, Juanfran, con el que descubre que no le importa pasar el tiempo. Empiezan a quedar. Tontean.

Por ahora no llega más lejos con el chico porque no se puede quitar de la cabeza a Toni. O piensa en Toni como excusa para no llegar más lejos con Juanfran, en este caso el orden de los factores sí sería importante, si supiera a ciencia cierta cuál es el pensamiento dominante. Pero no lo sabe.

Sus miedos, cada día, se hacen un poco más pequeños. Empieza a sentirse cómoda y asentada. Lo nuevo comienza a resultarle familiar. Sus recuerdos se difuminan lentamente. Poco a poco va pasando página. Porque el pasado sólo es algo a lo que acudimos cuando el presente no es tan emocionante como ahora mismo lo está siendo para Lorena.



No hay comentarios:

Publicar un comentario