domingo, 23 de septiembre de 2012

251. Una noticia inesperada

- ¡Estoy embarazada! - grita Eli al ver entrar a Javi en la habitación del hotel

Miles de pensamientos se agolpan en la cabeza del chico, mientras trata de decidir cómo se supone que debe reaccionar ante la inesperada noticia. No hay segundas oportunidades para las primeras impresiones, y no quiere hacer o decir nada de lo que más tarde tenga que arrepentirse.

Mentiría si dijera que está alegre. No es algo con lo que contara. Al menos no en este momento y desde luego no con esta mujer. Hubo un tiempo en el que pensó que Sara sería la madre de sus hijos, pero ni siquiera entonces lo consideró en serio. La ironía es que, aunque él no lo sabe y nunca lo sabrá, durante unos días su ex novia creyó que estaba en estado.

A Javi se le dan bien los niños y disfruta en su compañía. Adora a sus tres sobrinas, esas mocosas descaradas por las que daría la vida. Y siempre ha sabido que sería un buen padre.

Pero también es consciente de que es una persona egoísta que no está preparada para tener descendencia aún. No es lo mismo pasar unas horas en compañía de las hijas de su hermana que tener un bebé propio. A esos no se les puede dejar de lado. Y Javi adora viajar solo y disfrutar de su tiempo libre y coger su pequeña maleta y empezar de cero cada pocos meses.

"Y ahora es posible que tengas que hablar de todas esas cosas en pasado", se dice a sí mismo. Aún conmocionado, besa a Eli y le dice lo contento que está. Porque entiende que es lo que se espera que diga. Porque confía en que con el tiempo esas palabras sean verdad.

Se esfuerza mucho por fingir, sin darse cuenta de que no es necesario. Porque Eli ni siquiera le está prestando verdadera atención, concentrada como está en intentar hacer creíble la mentira que acaba de contar. Una que, si todo va bien, se convertirá pronto en una profecía autocumplida.


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