lunes, 30 de enero de 2012

14. Lo que Elsa odia

Elsa odia despertarse sin tener la sensación de que una lluvia de estrellas teñirá el cielo de sueños imposibles.

Elsa odia que su risa ya no suene como cuando era una niña. Pero odia aún más no recordar exactamente cómo sonaba aquella risa.

Elsa odia sentirse sola en mitad de una multitud. Y no tener el valor de gritar en voz alta cuando se siente agobiada, para restaurar el orden natural de las cosas.

Elsa odia los spaghetti.

Elsa odia que Pablo acabe las frases que ella empieza.

Elsa odia que Pablo ya no muestre interés en acabar las frases que ella empieza.

Elsa odia tener miedo a tener miedo. Y a que las equivocaciones dejen de llegar por ello, o lo hagan en oleadas.

Algunas mañanas, Elsa odia a Elsa.

Elsa odia que la gente le diga "no te preocupes". O "sé cómo te sientes". Porque si ni siquiera ella misma lo sabe, ¿cómo puede alguien atreverse a hacer semejante afirmación?

Elsa odia a los hombres con bigote. Piensa que no se puede confiar en ellos.

Elsa odia que la vida tenga reglas que ella no entiende.

Elsa odia que sus pensamientos escapen a su control y campen a sus anchas por su cerebro.

Elsa odia estar pensando en las cosas que odia, mientras intenta, sin éxito, reprimir las furtivas lágrimas que, por motivos desconocidos, han decidido teñir sus lindas mejillas de un azul triste, como los actuales sueños de Elsa.

1 comentario:

  1. Entiendo como se siente Elsa...
    Tampoco yo confiaría en un bigotudo.
    Aún menos si fuese político.
    Seguro que Elsa también piensa en esa sonrisa terrorífica de Aznar!!

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