domingo, 29 de enero de 2012

13. Estados de ánimo

Son las 2 de la mañana. En la pantalla, Amelie y Nino recorren en moto las calles de París. En el desordenado cuarto, recostado sobre una cama llena de ropa arrugada,  Javi se pregunta cómo ha acabado allí, en la casa de una excéntrica y joven taquillera, de nombre Lorena, que le trata como si fuera un amigo de toda la vida.

No se queja. Ha sido una noche maravillosa.

Se han pasado la mitad de la película hablando, aunque a Lorena le ha dado igual, porque se la conoce de memoria. Le ha contado a Javi que adora el cine, que no sabe si irá a la universidad, que quiere viajar a Tailandia (aunque no sabe explicar por qué) y que a veces se pregunta si no será lesbiana. Javi, para corresponder a su anfitriona, le ha hablado de su trabajo, de la película, de su viaje a Japón y de todo cuanto se le ha ocurrido. De todos menos de Sara.

- Creo que debería irme - termina por decir él, con desgana. A decir verdad, se siente muy a gusto
- Ok - contesta ella - Oye, ¿vendrás mañana al cine?
- Lo intentaré - contesta Javi, sin estar seguro de si realmente hará el esfuerzo.

Dos besos en la mejilla, una sonrisa y Javi sale a la calle, con algo de frío, pero contento por el modo en que se ha desarrollado la noche. Se maravilla al pensar cómo los estados de ánimo pueden ser tan volátiles, pasando de la tristeza a la alegría en cuestión de segundos.

Disfruta la sonrisa de la comisura de sus labios cuando un sonido lo cambia todo de nuevo. Mira su blackberry, estudia la notificación de facebook. Su tranquilidad se desmorona mientras lee el mensaje de Sara.

"¿Estás ahí?"

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