lunes, 22 de octubre de 2012

Los secretos del corazón humano

Los hechos tienen lugar mucho antes del capítulo 1

No podemos decidir de quién nos enamoramos.

Podemos optar por alejarnos de esa persona. O desear con todas nuestras fuerzas amar a alguien porque sentimos que lo merece y queremos corresponderle. Podemos hacer miles de cosas, hasta engañarnos a nosotros mismos. Pero por mucho que lo intentemos, jamás podremos borrar nuestros auténticos deseos o alterarlos a nuestra conveniencia.

Anabel no se sentía atraída por Álex. No de esa manera. Le encantaba su compañía, hablar con él, reír, pasear... Necesitaba escuchar su voz cada mañana, contarle cada pequeño detalle que le sucedía a lo largo del día. Y, sin embargo, era incapaz de imaginar un futuro a su lado.

No es que no lo hubiera intentado. Lo hizo, con todas sus fuerzas. Le dio vueltas, analizó los pros y los contras. Pero si tienes que pensar en ello es que no estás realmente enamorado. No del modo en que ambos lo merecían. Aún así, se resistía a dejarle marchar.

Todos queremos tener cerca a la gente que nos importa, aún cuando sabemos que no vamos a ser capaces de darles aquello que buscan. Es egoísta, pero comprensible. Así somos los humanos.

Hasta que, como temía, llegó el día en que Álex le dio un ultimatum. La necesidad de ser feliz es una calle de ambas direcciones, y estaba en su perfecto derecho de intentar encontrar a una mujer que le quisiera del modo en que él necesitaba. Anabel había pensado mucho en ese momento y estaba dispuesta a dejarle marchar. Sólo que, por algún motivo, no lo hizo.

Decidió decir que sí. Obviar sus instintos y apostar por esa relación. Fue un gesto estúpido y equivocado. Antinatural. Y sin embargo, en su caso terminó funcionando. ¿Por qué? Quién lo sabe.

El corazón humano es un ente misterioso al que no le gusta revelar sus secretos.




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