miércoles, 17 de octubre de 2012

275. Finales dulces y amargos

Nuestro mundo gira y gira y jamás se detiene. Siempre hay una tarea incompleta que espera su resolución. Cada noche, cuando nos vamos a la cama, cerramos los ojos intentando poner el contador a cero. Pero es sólo una ilusión óptica. A la mañana siguiente miles de pensamientos regresarán a nuestra mente.

Somos una obra inacabada que siempre encontrará nuevos retos. Al menos mientras respiremos.

Kim es consciente de ello. De la lucha continua que lleva tiempo librando por seguir en el tablero. Pero ahora ya puede descansar. Tiene el beneplácito de Anabel. Uno que no necesitaba pero que aún así agradece.

A veces escuchar por boca de otro lo que ya sabemos es lo que nos hace creer verdaderamente en ello. Son las personas que nos rodean quienes nos ayudan a entender mejor nuestra propia historia.

El accidente no fue culpa suya. Y yéndose no está abandonando a Álex. Siempre estará ahí para él, en un rincón de su corazón, al igual que Anabel. Además, tiene a los chicos.  Toni y Javi cuidarán bien de su novio, como siempre lo han hecho. Son unos amigos maravillosos.

Y, con el tiempo, Álex conocerá a otra mujer y se enamorará de nuevo. Será feliz. Eso es lo verdaderamente importante para ella. Cuando amamos a alguien, al final todo se reduce a ver cómo sonríe una vez más, independientemente de cuál sea el motivo.

Desde que cayó en coma, Kim ha estado resistiéndose a morir porque no quería dejar solo a Álex. Ha aguantado tanto tiempo sólo por él, por una cuestión de lealtad. Y ahora, por fin, se ve liberada de esa pesada carga. Puede volver a pensar en ella misma. Abrazar la libertad.

Sonríe. La sonrisa de quien entiende que ya no tiene asuntos pendientes que resolver.

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En casa de Sara no contesta nadie. 

Puede que haya salido a hacer la compra. Que quedara a desayunar con alguien. En realidad hay cientos de motivos que sirven para explicar su ausencia. Pero aún así, Javi tiene un mal presentimiento. Todos tenemos un sexto sentido que nos hace darnos cuenta de cuándo algo va mal. Si las piezas no encajan, si algo está fuera de sitio. Y así es como se siente ahora mismo.

Llama al timbre de Raquel, la vecina de Sara. Es diseñadora gráfica y trabaja desde su domicilio. Siempre se han llevado bien. Incluso solían bromear al encontrarse en la escalera. Ahora sólo espera que no haya salido y que pueda ayudarle. Tiene suerte y la puerta se abre.

- Perdona que te moleste, Raquel, pero no sabrás por un casual dónde está Sara

La reacción de la chica le confirma sus miedos. Algo pasa. Algo que no es nada bueno. Lo puede ver en sus ojos, en la manera en la que se lleva la mano a la boca, mientras se pregunta qué debe y qué no debe contarle. A fin de cuentas no deja de ser un ex novio que aparece de la nada. Raquel no conoce su historia. No tiene por qué.

- Por favor - le suplica
- Yo...verás...- contesta Raquel cediendo finalmente ante su ruego - Sara ha dejado el piso esta misma mañana. Muy temprano. Me dijo que quería empezar de cero en otro sitio, pero no sé dónde, de verdad. Todo lo que sé es que iba a coger un avión

Javi suspira. Recuerda las palabras de Álex. Sabe por qué está allí, qué es lo que desea de la vida. Cuál es su final feliz soñado. Por eso no titubea en su respuesta ni pierde la sonrisa.

- Entonces será mejor que me dé prisa y vaya rápidamente al aeropuerto

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Ha empezado una nueva vida. Está reinventándose a sí misma. Estudia una carrera. Tiene metas con las que hasta ahora no se había atrevido a soñar. Ha conocido a un chico, Juanfran, con el que va a cenar esta noche y con el que todo indica que terminará acostándose.

Lorena tendría que sentirse extremadamente feliz. Y sin embargo se siente desdichada.

Nunca hay que echar la vista atrás. Hasta hace poco creía que la frase, que tanta importancia ha adquirido recientemente en su vida, debía entonarse en forma de exclamación. Pero últimamente empieza a plantearse si no debería ir rodeada por signos de interrogación, formando una pregunta.

¿Realmente es necesario hacer siempre borrón y cuenta nueva? ¿Que algo no salga bien la primera vez es suficiente como para invalidarlo para siempre? ¿Por qué hay que escapar de las dificultades en vez de abrazarlas y aprender a superarlas?

Su ídolo, Amélie, también escapa de su propia vida, embarcándose en una cruzada por ayudar a los demás, sin darse cuenta de que es ella quien necesita ayuda. La diferencia es que Amélie finalmente encuentra a alguien que la rescata de su error. Pero nadie ha acudido en ayuda de Lorena. Ojalá Toni hubiera ido a buscarla.

Se permite un instante de autocompasión hasta que la voz de su conciencia, hastiada de tanta estupidez, grita que ya está bien. De acuerdo, el príncipe azul no ha cabalgado hasta allí. ¿Y qué? ¿Qué importa? Los caminos sirven para andar en dos direcciones. Sólo tiene que tomar la iniciativa.

Amélie siempre ha sido una inspiración. Debía aprender de sus errores, no copiarlos. No importa qué camino tome, siempre y cuando el desenlace sea el que ella desea. Aunque tenga que ser Lorena quien retroceda sobre sus propios pasos.

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Cuando Álex llega al hospital se encuentra a Eva llorando en la puerta de entrada. La rodea con sus brazos, ofreciéndole consuelo, mientras le pregunta qué ocurre.

- Van de desconectarla - gimotea Eva - Van a desconectar a Kim
- Es una gran noticia
- ¿Cómo dices? - pregunta algo enfadada, incapaz de entender el razonamiento
- Es una manera de acelerar las cosas - se explica Álex - No sé por qué nos empeñamos en aplazar las decisiones importantes, como si nos diera miedo afrontarlas. Los problemas no se desvanecen. Siguen ahí, esperando a que reunamos el valor para enfrentarnos a ellos

"Kim dejará de respirar o empezará a hacerlo por sus propios medios, son las dos únicas opciones. Alargar esto no cambiará las reglas del juego. Podemos pensar que las posibilidades juegan a nuestro favor o en nuestra contra. Que lo tenemos fácil o que nuestros deseos son casi imposibles. Pero a la hora de la verdad,  nadie sabe nada con certeza. Tenemos que esperar y ver qué ocurre"

"La vida se compone de finales dulces y finales amargos. Son como el yin y el yan, mantienen una especie de equlibrio cósmico. Para que algunas personas rían otras deben llorar. Es un ejercicio cruel, pero absolutamente necesario. La alegría se nutre de la tristeza y viceversa. Sin la una, la otra no tiene sentido"

"No todas las historias pueden acabar bien, eso es un hecho. A veces hay suerte y a veces no. Antes de que acabe el día habrá lágrimas de alegría y lágrimas de tristeza, de eso estoy seguro. A quién le tocará qué, lo desconozco. Sólo nos queda esperar y observar qué final nos tiene reservado a cada uno el caprichoso destino. Y cruzar los dedos. Eso nunca hace daño"

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Va en su coche, a toda velocidad, en una carrera contrarreloj para llegar al aeropuerto antes de que la mujer a la que ama coja un avión. Es consciente de que la escena parece sacada de una de sus películas.

¿Y qué tiene eso de malo?, se pregunta Javi. Sí, quizás la gente "normal" no hace estas cosas. ¿Pero quién decide qué es normal y qué no? ¿Cuando optamos por relegar toda la magia a la gran pantalla y vivir en un mundo gris en el que no nos atrevemos a ser quienes queremos ser?

Si todas las comedias románticas acaban igual a lo mejor es porque a la gente le gusta que así sea. Y si les gustan esos finales es porque en el fondo les encantaría poder vivir esas situaciones. La ficción no es más que una versión mejorada de nuestra realidad.

Seguimos sin creer en nosotros mismos, ese es el problema. Pensamos que los finales felices son para los cuentos de hadas y que la vida real sólo trae tristeza y amargura. Y como en las profecías autocumplidas, al final nuestra falta de fe es la que nos ha llevado a que así sea.

Le gustan las comedias románticas. Al final se ha rendido a la evidencia. Si renegaba de ellas era porque se sentía avergonzado, como si escribir acerca del amor eterno fuera algo tonto. Entretenimiento de segunda. Pero algo que hace feliz a tantos millones de personas no puede ser malo. Es la esencia de los sueños. Y a todos nos gusta soñar.

Ahora mismo no intenta imitar a las películas. Intenta que las películas se conviertan en un reflejo de lo que debería ser la vida. Y se siente orgulloso por ello.

Mira el reloj. No sabe a qué hora sale el vuelo de Sara, ni de qué avión se trata. Ni siquiera si llega pronto o tarde. No sabe nada. Pero lo está intentando. Y eso le hace sentirse vivo.

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Lorena entra en casa de Laura como un torbellino, con absoluta determinación. No quiere dar explicaciones. Siente que no tiene por qué. No se trata de convencer a su amiga de que lo que va a hacer es lo correcto. Mientras ella lo piense, el resto carece de importancia.

Se dirige rápidamente a su habitación, sin pararse siquiera a saludar. Tiene prisa. Pero su compañera de piso se interpone en su camino, intentando frenarla.

- Lorena...
- Laura, eres como mi hermana y te quiero. Siempre me das buenos consejos y siento haber sido una capulla y no escucharte lo suficiente. Pero hoy tengo claro lo que debo hacer. Voy a coger algo de ropa, irme al aeropuerto y tomar el primer avión que me lleve a donde está Toni 
- ¿Quieres dejarme hablar un momento?
- ¡No! No tengo un momento. La gente cree que va a tener miles de momentos. Que la vida es eterna y que lo pueden dejar todo para más adelante. Pero es mentira

"No podemos fiarlo todo al mañana, porque a lo mejor mañana resulta ser nunca. Todos tenemos una oportunidad para ser felices. Todos. Pero la gran mayoría la desperdiciamos precisamente porque somos demasiado cobardes como para hacer algo a tiempo"

"Hay una persona a la que quiero. Y me encantaría quedarme dormida esta noche entre sus brazos, y despertarme y saber que sigue ahí, conmigo. Y vale, él no está aquí, pero no pienso quedarme a llorar por ello. Lo que voy a hacer es ir a buscarle y decirle cómo me siento y..."

De repente descubre que no están solas.. Una tercera persona sale de su habitación. 

- Es lo que intentaba decirte - contesta Laura divertida - Toni está aquí

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- Quiero quedarme - dice Kim

Abre los ojos y sonríe, ante la sorprendida mirada de Anabel. Decididamente no se esperaba esa respuesta. La imprevisible Kim ataca de nuevo, se dice a sí misma, infundiéndose valor.

- Tenías razón, no puedo hacerlo sólo por Álex. Es estúpido vivir nuestra vida para complacer a otras personas, por mucho que las queramos. Al final tenemos que pensar en nosotros mismos. Debemos darnos prioridad en algún momento. Ser un poquito egoístas

"El problema es que no quiero morirme. Estoy enamorada y soy feliz, ¿por qué diablos iba a querer renunciar a eso? Quiero besos, caricias, hijos, nietos... una vida plena. No estoy preparada para abandonar tan pronto"

"No me malinterpretes, estoy dispuesta a sacrificarlo todo por las personas a las que quiero. Pero eso no significa que sea una gran amante de los sacrificios. No me gusta el dramatismo innecesario. Si te soy sincera, siempre he odiado a los puñeteros Romeo y Julieta. Su historia será todo lo bonito que tú quieras, pero no acaban juntos. A veces la brevedad no es ninguna virtud"

"No hay nada de malo en rendirse, lo sé. Pero tampoco lo hay en querer seguir intentándolo. Soy una luchadora, qué puedo decirte. Mi momento no está aquí, en el más allá o lo que demonios sea esto. Mi momento está ahí fuera, con Álex. Me lo merezco. Y si no me lo merezco, me da igual. Lo quiero de todas maneras"

Anabel sonríe y se funde en un abrazo con Kim.

- Lo que has dicho es precioso. Y ojalá pudieras realizar todos sus sueños. Por desgracia la decisión de vivir o morir no depende de ti - le susurra al oído, con un deje melancólico

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Sentada cerca de su puerta de embarque, Sara se dedica a mirar por la amplia cristalera cómo aterrizan y despegan los aviones. En su interior, cientos de pasajeros que vienen, que van, que buscan y abandonan, que sueñan, lloran y esperan. 

Ni siquiera sabe cómo se siente. Y no tiene fuerzas para pensarlo en este momento. 

"Señorita Sara Muñoz, por favor, acérquese al mostrador de información", suena de repente por megafonía.

Tarda unos segundos en reaccionar, extrañada de que se estén dirigiendo a ella. Piensa en los posibles motivos para que su presencia haya sido requerida. Se le ocurren muchos. Pero ni en un millón de años hubiera imaginado que todo tuviera que ver con una inesperada visita.

- ¿Javi? ¿Qué diablos haces aquí?
- Vaya, pensé que estarías más interesada en saber cómo han accedido a hacer el anuncio por megafonía. Porque te juro que no ha sido fácil. Pero he pensado que era mi mejor opción para localizarte a tiempo, con tanta gente y sin saber por dónde empezar...

No, no es momento de bromear y lo sabe. Es hora de abrirse y ser él mismo. Ya ha tardado demasiado tiempo en permitirse tener una voz propia.

- Escucha, tenías razón, nunca he estado solo. Y puede que sea lo que necesite. Y si es lo que quieres, te prometo que lo haré. Pero un mes, un año, un siglo, no cambiará el hecho de que te  amo y te necesito a mi lado

Sara se queda muda, sin saber qué decir. Así que no dice nada. Se da media vuelta y comienza a alejarse, lentamente, mientras una lágrima comienza a correrle por la mejilla.

Pero sus pies se niegan a continuar la huida, así que da media vuelta y mira de nuevo a su ex novio.

- Yo también te quiero, idiota. Y este es un momento precioso. Pero sabes que después del fundido a negro de hoy, mañana se volverá a abrir el telón, ¿verdad? Y que entonces tendremos que continuar la función y que no todo será de color de rosa
- Lo sé. Y no me importa. Es más, estoy deseando que llegue mañana.

Se acerca y coge a Sara de la mano mientras la mira fijamente a los ojos, con dulzura.

- No voy a irme de aquí sin ti. Me da lo mismo el tiempo que necesite para convencerte, no tengo prisa. Puedo seguir hablando eternamente hasta que aceptes

Sara sonríe. Primero tímidamente. Luego con todas sus fuerzas. Se besan apasionadamente. No están dispuestos a dejar de hacerlo lo que les reste de vida.

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- ¿Has venido para pedirme que vuelva a casa contigo? - pregunta Lorena
- No

Sólo una palabra hace falta para que el castillo de ilusiones de la joven se derrumbe hasta quedar hecho añicos. Al ver a Toni ha sentido cómo su corazón se aceleraba de alegría. Pero, como si de una broma cruel se tratara, todas sus esperanzas se desvanecen en cuestión de segundos. Se da media vuelta, enrabietada, sin darse cuenta de que el chico aún no ha terminado de hablar.

- He venido para pedirte que seas mi novia

Lorena le mira, aún con lágrimas de tristeza y de furia que se confunden y se mezclan por todo su rostro, enrojecido por la llantina. Toni agacha la cabeza intentando encontrar, por primera vez en su vida, las palabras correctas para describir lo que siente en su corazón.

- Escucha, creo que el que vinieras aquí fue una gran elección. Este es tu sitio, Lorena. Tienes tantos sueños por cumplir... pero eso no significa que tengamos que renunciar a lo nuestro. A no ser que sea lo que tú quieres. Porque lo que soy yo, sólo pienso en estar contigo
- Así que me sugieres que tengamos una relación a distancia
- Algo así
- Las relaciones a distancia son difíciles
- La vida es difícil. O fácil. Dependiendo de cómo nos propongamos vivirla. Te quiero, ¿vale? Y si hace falta que después del trabajo vuele cada noche hasta aquí para dormir contigo, te juro que lo haré. Pero no renuncies a esto. No tienes por qué elegir entre la universidad o yo. Puedes tenerlo todo

Puede tenerlo todo. Se da cuenta de ello. ¿Cuanta gente puede decir lo mismo? Así que decide no complicar más las cosas con dudas absurdas y aceptar la suerte que tiene.

- ¿Algo más que quieras decirme?
- Para ser sincero sí. En tu ausencia he visto Amélie unas cuantas veces. Creo que adoro esa película
- No sé si me estás tomando el pelo - ríe Lorena
- Bueno, tienes todo el tiempo del mundo para descubrirlo, ¿no te parece?

Lorena salta sobre él. Le besa por toda la cara. Se abraza fuertemente a su cuello y le susurra al oído que por favor, nunca, nunca, la abandone. Toni asiente. Es una promesa que está preparado para cumplir.

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La vida está llena de finales felices y finales amargos, que se entremezclan formando una combinación agridulce que nos golpea de un modo inesperado. Una extraña mezcla de sentimientos que se agolpan en nuestros cerebros y nuestros corazones y que nos hacen sentirnos, de algún modo, felices de estar vivos.

Llorar ante situaciones tristes está bien. Nos recuerda que aún somos capaces de emocionarnos con algo. Cada vez que nos sufrimos, reímos, nos interesamos por historias ajenas a nuestra propia vida, ya sea en una película, un libro o algo que le ha sucedido a alguien a quien conocemos, demostramos que aún hay esperanza para la humanidad. Que sentimos empatía y nos preocupamos los unos por los otros.

En el hospital, los médicos le quitan a Kim todos los aparatos que, hasta hace unos segundos, le permitían seguir respirando artificialmente. Lo hacen de manera mecánica, acostumbrados a lidiar cada día con la muerte, hasta haberle perdido no el respeto, pero sí el miedo.

"Para que algunas personas rían otras deben llorar"

Álex se sienta en la cama, junto a Kim. La coge de la mano y la mira con orgullo. Feliz por haberla conocido. Por haber compartido con ella algunos momentos verdaderamente mágicos. Hay gente que en toda su vida no consigue tener algo así. Y en poco más de tres décadas él ya lo ha tenido, en dos ocasiones. Con Anabel y con Kim. Dos mujeres maravillosas.

Sus lágrimas son de alegría.

"No todas las historias pueden acabar bien, eso es un hecho"

¿Qué es un final feliz? Para Álex, lo es haber conocido el amor. Tener la suerte de encontrar a una mujer maravillosa que le enseñó que no podía rendirse. Que estuvo a su lado en sus peores momentos y le dio un motivo para seguir luchando. La vida es hermosa. Aunque hoy llueve, nadie sabe qué tiempo hará mañana.

La esperanza es un final feliz.

"La alegría se nutre de la tristeza y viceversa"

Se inclina sobre el cuerpo inerte de la mujer a la que creyó que podría salvar viendo una exposición de pintura de Rembrandt. Qué deliciosa ingenuidad. Kim estaría encantada de escuchar esa historia. Por eso lo hizo, como un homenaje a su memoria. Esté donde esté, seguro que aplaude su iniciativa. Misión cumplida.

Mientras agarra su mano, piensa en soltar un último discurso. Pero comprende que hay dos palabras que sintetizan perfectamente las miles de frases que podría decir en un momento como éste.

- Te quiero

"A la hora de la verdad, nadie sabe nada con certeza"

Álex besa a Kim en la frente. Y entonces, nota su respiración. Tenue, pero persistente. La chica abre los ojos, lentamente, sin prisa.

- Te he oído - le dice
- Bienvenida a casa - responde Álex - Te he echado de menos




8 comentarios:

  1. 1ª parte del final. Buf! Lagrimita...

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  2. Esto no ha acabado. El capítulo de hoy es especial y está dividido en diez partes, que irán apareciendo a lo largo de todo el día (a razón de 20 nuevas líneas cada hora, hora y media aproximadamente)

    Todavía tienen que pasar muchas cosas... (es más, para ser sincero, ahora mismo aún estoy trabajando en la parte final del capítulo)

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  3. Ayer dije "cabrito"?
    Rectifico: CABRONAZO!

    Pocas veces me he visto con el corazón en un puño como esta semana esperando el final de la historia.
    Me vas a tener todo el dia pegado a la pantalla. Que lo sepas.

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  4. Vale:
    J+S
    L+T

    ¿Pero qué pasará con A y K????

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  5. L + T ...está por ver, ¿no?

    Y A / K, a las 21:00h (horario peninsular, el final final del capítulo)

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  6. Cruzando dedos!
    Los 21!!

    :P

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  7. Por ahora eres de los míos, aunque no creo que Alex y Kim tengan la misma suerte

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