martes, 2 de octubre de 2012

260. Lo que realmente importa

A la gente le gusta apostar en contra. Es una característica intrínseca al ser humano. Ni siquiera tiene que ver con la maldad. Es un mecanismo de defensa. Si creemos que los demás van a caer derrotados, eso nos ayuda a sentirnos mejor con nuestro propio fracaso.

Pocos creían que Álex conseguiría conquistar a Anabel. Le decían que no tenía ninguna oportunidad. Y casi aciertan. Pero al final la chica decidió hacer algo diferente a lo que todos-los-que-afirmaban-conocerla-mejor-que-ella-misma consideraban que era la única opción posible.

Cuando Javi expresó su deseo de ser guionista de cine sus familiares y amigos le dijeron que estaba loco. Los que le apoyaban lo hacían con la boca pequeña, mientras imaginaban mentalmente cuánto tiempo tardaría en darse de bruces. Hoy todos lo niegan, por supuesto. Pensamos en derrota pero nos gusta sentirnos parte del éxito. Lo llaman jugar a caballo ganador.

Mientras estaba en la revista, Toni era un escritor difícil pero talentoso. Una vez que mandó a la mierda a su jefe, se convirtió en un pomposo mediocre sin posibilidad de triunfar. Sus propios ex-compañeros no da un duro por la revista que está intentando sacar adelante. Ya veremos qué pasa.

Al final, cuando intentamos nadar contracorriente y hacer algo distinto, en algún momento todos estamos solos. La idea no me convence, no es el momento oportuno, no te veo haciendo eso... Es más fácil poner pegas que aportar soluciones. Los saltos de fe se cotizan muy caros.

Lo bueno es que si conseguimos sobreponernos a la negatividad de nuestro entorno, como hicieron Álex, Toni y Javi, la primera victoria ya es nuestra. Porque entendemos mejor que nadie que intentarlo es, en sí mismo, un triunfo. Todos adoramos ganar. Pero creer en ti mismo cuando nadie más lo hace es algo muy especial. Para ser sinceros, es lo único que realmente importa.



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