jueves, 18 de octubre de 2012

276. Reales

Si tiráramos una moneda al aire cien veces, al final veríamos aparecer tantas veces la cara como la cruz. La vida es equilibrio. Tenemos buenos y malos días. Triunfamos tantas veces como fracasamos. Nadie gana siempre.

Aunque en esta ocasión Álex, Toni y Javi han conseguido que así sea.

¿Era previsible que sus historias tuvieran un final feliz? ¿Probable? ¿Posible? Sinceramente, ¿a quién le importa? No malgastemos el tiempo preguntándonos por qué suceden las cosas. Aprovechémoslo disfrutando de los regalos que de vez en cuando nos hace la vida. Entender los "por qué" nos ofrecerá conocimiento, pero no cambia las cosas.

Personalmente soy fan de los finales felices. Me gustan porque son raros. Se escabullen entre los dedos, se corrompen con facilidad. Por mucho que los adoremos, se resisten a dejarse ver. Son esa opción que muchas veces ni siquiera está sobre el tablero. Tanto en el arte como en la vida.

Por eso me reconforta saber que mis chicos estarán bien. Que de algún modo, coherente o ilógico, se las han arreglado para salir ilesos y felices de esta aventura. Bien por ellos. Hay personajes a los que también quería muchísimo que no tuvieron tanta suerte en el pasado.

Pero Álex, Toni y Javi han sabido abrirse paso a través de todas las dificultades que se han ido encontrando. Han conseguido encontrar una voz propia, apoderarse de sus historias, marcar sus reglas. Es su tenacidad la que les ha permitido llegar a donde lo han hecho. Sin perder jamás la fe en lo que es sin duda la lección más importante que han aprendido en este tiempo.

Que nada es imposible.

Y ahora tomemos su ejemplo y salgamos a conseguir nuestros propios finales felices.




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