sábado, 6 de octubre de 2012

264. Mentiras y sospechas

Desde si encuentro con Sara, Toni le ha dado muchas vueltas al asunto. Ha intentado encontrar algo que tire por tierra sus sospechas. Pero al final vuelve al principio de la Navaja de Ockham. Si la chica recibió un mensaje del móvil de Javi y éste no lo escribió, sólo queda un sospechoso.

- Eli te ha engañado - sentencia

Javi quiere sentirse indignado por la acusación de su amigo. El problema es que lo que acaba de decir resulta no sólo plausible, sino más que probable. Y lo sabe.

- A ver si lo entiendo. ¿Me estás diciendo que Eli le mandó un mensaje a Sara haciéndose pasar por mí sólo para conseguir que no volviera a hablarme?

Toni frunce el ceño. Sí, es lo que quiere decir. Pero eso no es todo cuanto tiene que contar. El problema de atreverse a abrir la caja de Pandora es que luego resulta imposible volver a cerrarla.

- Ojalá sólo fuera eso. Me temo que hay más
- ¿A qué te refieres? - pregunta Javi. Y antes de terminar la frase, adivina la respuesta. Es el sexto sentido que todos tenemos, que nos ayuda a unir los puntos un segundo antes de ver el dibujo completo. Comienza como una idea absurda que va cobrando fuerza hasta convertirse en una verdad incuestionable

- Bueno, no tengo pruebas al respecto - dice Toni, bajando la mirada - Es una intuición, y sabes que me gusta seguirlas porque rara vez me equivoco. Y...no hay manera sencilla de decirlo...creo que deberías hablar con Eli sobre su embarazo. Pedirle alguna prueba

Javi se queda inmóvil. Es justo lo que estaba pensando. De algún modo se siente enfadado, traicionado, nervioso. Pero también aliviado. Esa es la verdad.

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