viernes, 4 de enero de 2013

Una corazonada

La realidad no es como en las películas. Allí la chica entra en el bar, coge el cartel de "se busca camarera" y sale del local en menos de cinco minutos con el trabajo.

Pero cuando Tina abre la puerta se encuentra a otras diez jóvenes que buscan exactamente lo mismo. Y todas le parecen más guapas y muchísimo más cualificadas que ella para conseguirlo.

Se sienta en una mesa a esperar, con la vista clavada en el suelo. La suya es la cuarta entrevista de la tarde. Cuando le llega su turno, Tina opta por decir la verdad. Le explica a Mike, el dueño, que no tiene experiencia y que jamás ha trabajado como camarera. Pero que es una persona responsable y que trabajará muy duro. 

- No necesito ver a nadie más, estás contratada - le dice, de sopetón - Empiezas mañana
- Vaya...yo...es una sorpresa. Ha sido por mi sinceridad, ¿verdad?
- Qué va, ahí casi lo estropeas. Es el único momento en el que he tenido algunas dudas
- ¿Y entonces por qué? ¡Si te he dicho que soy nueva en este trabajo!
- Llámalo corazonada. Tengo un buen presentimiento acerca de ti. Y deberíamos hacerle más caso a nuestros instintos. Nos iría mejor en la vida, ¿no te parece?

"Sé que crees que estoy loco porque en el fondo piensas que no te mereces este trabajo. Pero te equivocas. Yo lo sé y, con suerte, algún día tú también lo sabrás. No siempre podemos jugar sobre seguro. A veces simplemente hay que arriesgarse y apostar por alguien. Otorgarle tu confianza"

"Puede que esa persona te decepcione, por supuesto. Pero si sólo te preocupas por conservar lo que tienes, con el tiempo lo perderás. La vida es dar un salto adelante. Y ahora tú eres mi salto. Por favor, no me hagas quedar como un idiota y demuestra que tengo razón"



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