jueves, 3 de enero de 2013

La compañía de la tristeza

Nunca un nombre indujo tanto a engaño. Porque a pesar de que todos sus integrantes se refieren siempre a él como "La compañía de la tristeza" no hay nada de triste en ese grupo. Al contrario, está formado por personas que intentan tomarse sus problemas de amor con mucho humor.

Queda claro que el nombre con el que fue bautizado es, a todas luces, equivocado. Todos lo sabían y aún así les dio igual. Porque cuando se propuso, decidieron que sonaba bien. Y con eso fue suficiente. A veces no hay que darle más vueltas a las cosas.

El alma de "La compañía de la tristeza" es Mike. No, aún no lo conocen. Y no tienen por qué. Jamás se ha cruzado con ninguno de nuestros protagonistas. Pero lo hará. Y en ese momento dará comienzo una nueva historia que será contada o no, eso aún está por ver. No todas las historias terminan siendo escritas. Algunas únicamente existen en la cabeza de sus creadores.

Mike tiene un bar, pero odia escuchar las historias de sus clientes. A decir verdad ni siquiera le gusta tratar con otras personas. Así pues, todos se preguntan extrañados por qué decidió abrir este negocio. Pero a Mike esto le importa más bien poco. No pierde el tiempo intentando complacer la curiosidad de los demás.

Al menos cuenta con la ayuda de Tina, la mejor camarera que ha existido sobre la faz de la tierra y que peca justo de lo contrario: es propensa a empatizar demasiado con los problemas de la gente. Sin ella "La compañía de la tristeza" jamás se habría formado.

Un grupo de personas entra por separado en un bar y, para cuando llega la hora de cenar, ya se conocen como si fueran viejos amigos. Este es el punto de partida. Porque las historias, como la vida, jamás descansan. Cambian o se reinventan. Pero nunca desaparecen.



No hay comentarios:

Publicar un comentario