sábado, 12 de enero de 2013

Pistas

A pesar de su carácter imprevisible, o quizás precisamente por eso, Sara cree que el universo tiene sentido. Que si uno se fija lo suficiente es posible predecir el curso de los acontecimientos.

Para ello, claro está, debes conocer las claves del extraño tablero de juego al que nos hemos visto arrastrados y por el que caminamos sin tener demasiado claro cuál es nuestro cometido. Eso es lo difícil, tratar de adivinar las reglas. Entender el idioma en el que la vida intenta hablarnos.

Todo está escrito en algún lugar. Qué será de nosotros, quién nos quiere, quién nos traicionará, cómo reaccionaremos ante diferentes situaciones... cualquier pregunta, por absurda que pueda parecernos, tiene respuesta en ese manual invisible al que desgraciadamente no tenemos acceso.

Que no sepamos descifrarlo no significa que no exista. Es lo que da sentido a nuestras intuiciones, los presentimientos, las certezas que no podemos demostrar pero que nos empujan a tomar una decisión y no otra. Es lo que nos lleva a confiar o desconfiar de una persona. Lo que nos permite sospechar que alguien está enamorado de nosotros, aunque no diga nada.

Estamos rodeados de pistas. Pistas que nos indican el camino a la felicidad, qué hacer, qué decir. Pistas que a veces seguimos y a veces ignoramos y en ocasiones fingimos seguir o ignorar, cuando nuestra cobardía nos hace de lastre. Nos refugiamos en un "no lo sabía" que en realidad es un "sí lo sabía, aunque no pueda explicar cómo".

Por eso, a pesar del escepticismo de Javi, Sara asume que todo en su vida tiene un por qué. Ha seguido creyéndolo hasta en los momentos más oscuros y complicados, en los que nada iba bien. Porque el camino es largo y las situaciones truculentas. Pero si escuchamos con atención, las respuestas correctas siempre terminan mostrándose ante nosotros con meridiana claridad.




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