miércoles, 2 de enero de 2013

Pastel

Lorena deja las páginas sobre la cama, se muerde el labio y gira la cabeza en ambas direcciones. Toni entiende que hay algo en el manuscrito que no ha terminado de convencerla.

No le gusta enseñar su trabajo, y menos cuando aún no está acabado. Pero por alguna razón se siente cómodo con la excéntrica taquillera de cine a la que acaba de conocer. Y cuando ésta le pidió que le dejara leer lo que llevaba de novela, no pudo ni quiso negarse. 

- A ver cómo lo digo - dice Lorena, preocupada - Me ha gustado mucho, pero...no sé. Conociéndote me esperaba algo un poco más cínico. A ratos es...demasiado pastel

Dice esta última frase cerrando los ojos, como si creyera que Toni se va a sentir ofendido por su comentario. Pero tras unos segundos en silencio, el novelista se echa a reír aliviado.

- Mira quién fue a hablar - contesta, burlón - La que adora la peli de Amelie. Pero sí, tienes razón. Es excesivamente pasteloso...adrede

"Antes escribía cosas más oscuras. Personajes egoístas, ambiciosos, arrogantes. Y era implacable con ellos. No me importaba lo que les pasara con tal de crear una buena historia".

"No hay nada de malo en ello, de hecho me siguen gustando esas historias. Pero un día me di cuenta de que también me apetecía escribir algo en lo que pudiera poner mi corazón. Más ingenuo, más naif, si quieres verlo así. Pero que, al leerlo, me recordara lo que quiero para mi propia vida"

"Aunque no lo creas, tu comentario es halagador. Porque es fácil ver el mundo tal y como es, cruel y despiadado. Pero a veces tenemos la suerte de visitar en sueños el reino de los finales felices. Un lugar tan fantástico que debo escribir sobre él, con la esperanza de poder visitarlo algún día en el mundo real. Y si eso me hace ser "pastel", es una etiqueta que llevaré en la frente con orgullo". 



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