viernes, 21 de diciembre de 2012

El punto de partida

- Esto es una estupidez - refunfuña Toni - Nos hemos levantado a las siete de la mañana para venir a la universidad, ¿y ahora nos vamos a fugar de la primera clase?
- Nadie te obligó a venir con nosotros - le contesta Álex

Javi observa la situación casi sin poder contener la risa. Para ese entonces cada uno de ellos ha adquirido ya un rol muy específico dentro del grupo. Toni es el gruñón, Javi el temerario y Álex, en teoría, ejerce de voz de la conciencia. Aunque lo cierto es que la mayoría de las ideas descabelladas siempre surgen de su mente.

Los tres vagan sin rumbo fijo, buscando un lugar en el que poder refugiarse. Finalmente Álex señala una cafetería que le transmite buenas vibraciones. Está empezando a llover, así que ninguno de sus amigos cuestiona su sugerencia.

Cuando entran son exactamente las 7.45 de la mañana.

Permanecen en la cafetería tres cuartos de hora, hablando de tonterías. Mujeres, fútbol, películas... No dicen nada destacado, pero aún así Álex se siente extrañamente feliz

- Deberíamos instaurar esto como una tradición - dice, de repente - Venir una vez por semana aquí, a esta misma cafetería, a la misma hora. Y así el resto de nuestras vidas
- Te juego lo que quieras a que no lo hacemos ni siquiera tres semanas seguidas - le rebate Toni
- Puede ser. Pero también podría tratarse del punto de partida de una tradición que perdure en el tiempo. Nunca podemos saber si algo será efímero o adquirirá un gran y duradero valor en nuestras vidas. Es cuestión de fe. Y yo hoy quiero creer que, dentro de muchos años, seguiremos aquí. Y por si acaso me equivoco, intentaré disfrutar de cada instante en este lugar


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