lunes, 24 de diciembre de 2012

Un día de felicidad

En una ciudad de cuatro millones de habitantes cada día hay cuatro millones de historias que contar. Pero hoy, 24 de diciembre, todas se concentran en un único lugar y un solo pensamiento.

Las luces navideñas están encendidas y la gente abarrota la avenida principal, donde se ha instalado una pista de patinaje. Hay música a todo volumen y numerosos puestos ambulantes.

Anabel y Sara se adelantan a paso ligero hasta la zona de las tiendas, riendo como niñas pequeñas. Rezagados, Javier niega con la cabeza y suspira, mientras Álex, sonriente, le pasa el brazo por encima de los hombros.

Toni y Elsa cierran la comitiva. Van cogidos de la mano y se miran con cariño. Dos amigos especiales que tienen la suerte de compartir un momento mágico en un día igualmente mágico.

En la pista de patinaje, Kim y Eva intentan mantener el equilibrio, evidenciando su falta de pericia en esta actividad. Kim se cae de culo al frío suelo. Suelta una carcajada y se levanta de inmediato.

Un par de calles más atrás Silvia y su novio Jorge, que están de visita en la ciudad para cenar en Nochebuena con los padres de ella, observan el espectáculo de luces y música y se besan.

Debajo del tradicional árbol gigante que cada año se decora en el centro de la plaza, Eli, en compañía de Pedro, su compañero de reparto en la película que está rodando y ocasional amante, se emociona al contemplar a tanta gente feliz a su alrededor. La alegría siempre es contagiosa.

Hoy no hay dramas ni conflictos. Todos están felices. Mañana regresarán a sus preocupaciones. A lo que quieren lograr, lo que intentan cambiar, sus anhelos y frustraciones. Pero hoy toca disfrutar de lo que tienen. Dar gracias por la suerte que significa poder amar y ser amados. Hoy es un día para creer en los finales felices y brindar por la gente que nos quiere. Y por la que no, también.


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