A Álex le emocionan los finales felices de casi todas las películas. Le ocurre incluso con las comedias románticas más tontas, esas que Javi desprecia vehementemente por estar basadas en fórmulas manidas, sin un mínimo atisbo de originalidad. Pero a Álex le da igual. No puede reprimir las ganas de llorar de alegría cuando las parejas acaban juntas en la gran pantalla.
Al principio se sentía un poco tonto por reaccionar así. Pero con el tiempo comprendió que si se siguen haciendo esos finales es porque debe haber más idiotas como él que salen satisfechos del cine cuando ven que a dos personajes ficticios, a los que no conocían dos horas atrás y de los que nunca volverán a saber nada, resulta que las cosas les salen bien.
Es su válvula de escape. El truco que utiliza para recordarse las cosas que son verdaderamente importantes en la vida, y que no tienen nada que ver con los asuntos mundanos que suelen ocupar sus pensamientos a lo largo del día.
Nos preocupamos por el éxito. Nos obsesionamos con nuestro físico. Nos cabreamos cuando las cosas salen mal. Pero al final de la jornada todo eso es secundario si tenemos a una persona que nos rodee con sus brazos y nos bese con una sonrisa en los labios.
Por eso le gusta el cine. Por eso dirige películas y se pasa la vida viendo films realizados por otros directores .Porque así, con su obsesiva afición, es como ha llegado a entender que la vida es una película deliciosa en la que todo resulta posible. Que la magia de los sentimientos es real y que todos podemos protagonizar una historia fascinante de esas que te llegan muy adentro.
El mundo y todas sus maravillas nos están esperando. Da miedo dar el primer paso, pero si nos lanzamos viviremos la aventura de nuestras vidas. Porque somos especiales. Somos infinitos.
Al principio se sentía un poco tonto por reaccionar así. Pero con el tiempo comprendió que si se siguen haciendo esos finales es porque debe haber más idiotas como él que salen satisfechos del cine cuando ven que a dos personajes ficticios, a los que no conocían dos horas atrás y de los que nunca volverán a saber nada, resulta que las cosas les salen bien.
Es su válvula de escape. El truco que utiliza para recordarse las cosas que son verdaderamente importantes en la vida, y que no tienen nada que ver con los asuntos mundanos que suelen ocupar sus pensamientos a lo largo del día.
Nos preocupamos por el éxito. Nos obsesionamos con nuestro físico. Nos cabreamos cuando las cosas salen mal. Pero al final de la jornada todo eso es secundario si tenemos a una persona que nos rodee con sus brazos y nos bese con una sonrisa en los labios.
Por eso le gusta el cine. Por eso dirige películas y se pasa la vida viendo films realizados por otros directores .Porque así, con su obsesiva afición, es como ha llegado a entender que la vida es una película deliciosa en la que todo resulta posible. Que la magia de los sentimientos es real y que todos podemos protagonizar una historia fascinante de esas que te llegan muy adentro.
El mundo y todas sus maravillas nos están esperando. Da miedo dar el primer paso, pero si nos lanzamos viviremos la aventura de nuestras vidas. Porque somos especiales. Somos infinitos.
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