Claudio, uno de los invitados, la encuentra en la playa, sentada sobre la arena mojada, viendo el rugir de las olas a medianoche, perdida en sus propios pensamientos.
- Tu madre te está buscando - le informa
Eva gira la cabeza y sonríe al hombre. Lo conoce desde hace muchos años, es amigo de la familia.
- Necesitaba escaparme un rato - admite - Me sentía atrapada
- ¿En tu propia fiesta de cumpleaños?
- No es mi fiesta. Es la de mi madre
Se levanta y acepta una de las copas de champán que Claudio, no por casualidad, lleva en la mano. Su elegante vestido ha quedado arruinado por la mezcla de arena y salitre, y se le pega al cuerpo como una segunda piel. Le gusta la sensación.
- Es curioso. La gente siempre me habla de lo afortunada que soy por el tema de mi familia y el dinero y todo eso. Cómo los recursos de los que dispongo me ofrecen más libertad de la que ellos podrán jamás soñar. Y sin embargo yo me siento menos libre que nadie
El hombre asiente ligeramente con la cabeza, pero sin decir nada. Se termina su copa y regresa al lugar de la fiesta, dejando que Eva pueda disfrutar un rato más del silencio y de la libertad.
Ya a solas se quita el vestido, hasta quedarse desnuda, y se sumerge en el frío océano. Siente la tentación de comenzar a nadar hasta llegar a otra tierra. Una en la que no tenga que rendir cuentas a nadie. En la que pueda dedicarse a ser quien quiere ser, lo cual ya es suficientemente difícil sin tener que preocuparse de las apariencias, los legados, las sugerencias que son imposiciones.
Se siente encerrada en una hermosa jaula de oro. Dos palabras bonitas, una que lo estropea todo.
Tanta Eva, tanta Eva... esto ya me suena a spin-off!
ResponderEliminarXD
...y lo que queda. Faltan 4 capítulos más dedicados a Eva, luego pasamos una semana a Anabel, más adelante Elsa...
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