"Si seré yo el héroe de mi propia vida o si otro cualquiera me reemplazará, lo dirán estas páginas".
Así comienza el "David Copperfield" de Dickens. Y a esta disyuntiva es a la que nos enfrentamos todos a la hora de analizar nuestra existencia. La huella que dejamos, el modo en que aprovechamos las oportunidades que se nos brindan.
La vida es un juego infinito de historias cruzadas. Todos tenemos una, pero a su vez hacemos acto de presencia en las de otras personas, del mismo modo que hay quienes se convierten en invitados especiales de las nuestras, en ocasiones robándonos el protagonismo.
En esas historias ajenas a veces logramos tener un papel destacado y convertirnos en figuras importantes. Y en otras no pasamos de ser simples extras sin frase. La importancia de nuestras vidas es relativa. Hay quienes nos recordarán con gran cariño y para quienes no seremos nada.
Por ejemplo, Álex es uno de los grandes protagonistas de "La historia de lo imposible". Pero en la vida de Tessa sólo será una nota a pie de página sin relevancia en el resultado final. Si sólo leyéramos esa historia, jamás seríamos capaces de adivinar su gran potencial. Sólo veríamos en él a un viajero cabreado porque le han perdido la maleta.
Es lo que sucede con Eva. Para nosotros sólo es la amiga de Kim, la fugaz novia de Toni. Pero ella es mucho más. Se ha convertido por méritos propios en protagonista de su propia historia. Una que desconocemos pero que, de haber podido descubrir, quizás nos hubiera fascinado. En cualquier caso nos haría mirarla con otros ojos.
Eva es consciente del papel secundario que juega aquí. Pero sabe que en el lugar a donde van las historias que jamás llegaron a contarse en voz alta, sí que es importante. Y con eso le basta.
En esas historias ajenas a veces logramos tener un papel destacado y convertirnos en figuras importantes. Y en otras no pasamos de ser simples extras sin frase. La importancia de nuestras vidas es relativa. Hay quienes nos recordarán con gran cariño y para quienes no seremos nada.
Por ejemplo, Álex es uno de los grandes protagonistas de "La historia de lo imposible". Pero en la vida de Tessa sólo será una nota a pie de página sin relevancia en el resultado final. Si sólo leyéramos esa historia, jamás seríamos capaces de adivinar su gran potencial. Sólo veríamos en él a un viajero cabreado porque le han perdido la maleta.
Es lo que sucede con Eva. Para nosotros sólo es la amiga de Kim, la fugaz novia de Toni. Pero ella es mucho más. Se ha convertido por méritos propios en protagonista de su propia historia. Una que desconocemos pero que, de haber podido descubrir, quizás nos hubiera fascinado. En cualquier caso nos haría mirarla con otros ojos.
Eva es consciente del papel secundario que juega aquí. Pero sabe que en el lugar a donde van las historias que jamás llegaron a contarse en voz alta, sí que es importante. Y con eso le basta.
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