martes, 13 de noviembre de 2012

Mentiras piadosas

Esta historia tiene lugar después del capítulo 94

Cuando Pablo abre la puerta descubre a una Elsa seria y taciturna, que intenta mantener cierto aire de dignidad, a pesar de que aún quedan en sus mejillas vestigios de las abundantes lágrimas que debe haber vertido no muchas horas atrás.

- Pensé que habías decidido no volver nunca - dice, sin acritud, pero con un ligero toque irónico
- ¿Quieres que pase o no? - contesta Elsa - Escoge rápido

Pablo se aparta y Elsa entra en el piso. Ha decidido que no va a humillarse con excusas o explicaciones que no quiere dar. Tiene el propósito de ser ella quien controle la situación en todo momento. Aunque no sea así, necesita creer que lo está consiguiendo.

Su ex novio le pregunta qué tal está, más por cortesía que por auténtico interés. Eso le hace más fácil mantenerse en silencio. Se quita la ropa, se mete en la cama y hacen el amor.

- Debería irme - dice Elsa, al acabar

Para Pablo, que haya dicho esto en voz alta es una señal inequívoca de que realmente no desea hacerlo. Sin embargo la frase también implica que la chica está dispuesta a irse si la alternativa es tener que ser ella quien pida permiso para no hacerlo. No va a rogarle ni a mostrar su debilidad. Necesita una victoria. Aunque sea una fingida.

- Por favor, quédate - le ruega Pablo - Por mí

Satisfecha, Elsa se apoya sobre su hombro y cierra los ojos. Hoy no quiere estar sola. Necesita sentirse acompañada, permitir que sean otros los que por una noche carguen con el peso del mundo. Sabe que se está engañando, pero no le importa. A veces necesitamos contarnos mentiras piadosas que nos permitan irnos a dormir con una ligera sonrisa en los labios.



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