¿Nerviosa? ¿Excitada? ¿Preocupada? El gran problema de Elsa es que no sabe cómo debe sentirse con respecto a la gran fecha que se avecina. Porque está a 24 horas de que se cumpla el plazo que Toni propuso para que volvieran a encontrarse, y aún no tiene claro si debe acudir o no.
A decir verdad, casi ni ha pensado en ello. Fiel a la promesa que se hizo, lo borró de su mente hasta que llegara el momento de rescatar el asunto y tomar una decisión. Y su agenda la ha sobresaltado a las nueve de la mañana recordándole que el momento ha llegado.
Al menos T.J. está en la ciudad y puede acudir a él para que la escuche y la ayude a tomar la decisión correcta. Aunque pedir consejo a un ex-novio sobre alguien que pudo ser su novio, teniendo actualmente un novio, no parece la idea más sensata del mundo.
- ¿Has decidido qué vas a hacer? - le pregunta T.J.
- No lo sé - admite Elsa - Quiero decir, a lo mejor Toni ni siquiera aparece
- Eso es irrelevante. Si quisiera saber lo que va a hacer él le llamaría para preguntárselo
- Buena idea. Eso me dará una pista - bromea, para intentar espantar los nervios
- ¿Sabe algo Daniel de todo esto?
- ¡Dios, no! A decir verdad ni siquiera sabe quién es Toni. Pero tampoco es para tanto, ¿verdad? Quiero decir, no es como si le estuviera engañando...¿o sí?
Aunque lo intente ocultar con un tono distendido, la confusión de Elsa es real y T.J. se da cuenta.
- Elsa, mírame a los ojos - le ordena - ¿Quieres ir o no quieres ir?
- Sí, quiero - contesta. Pero el que suena igual que si se estuviera casando no le hace sentir mejor.
Sigue sin saber si está obrando bien. Al menos ya ha tomado una decisión. Algo es algo.
Sigue sin saber si está obrando bien. Al menos ya ha tomado una decisión. Algo es algo.
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